lunes, 29 de abril de 2019

ECO.47 Toponimia de La Azohía y el Campo de Cartagena (VII)

Toponimia de La Azohía y el Campo de Cartagena (VII), por Ginés Mota

(Continuación)


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El término municipal concedido por Alfonso X en 1254 a Cartagena incluía el territorio entre el mar y una línea que iba desde La Azohía hasta Fuente Álamo, siguiendo la rambla del Albujón hasta el Mar Menor. El proceso de eliminación de la población musulmana y su sustitución por población cristiana fue radical.

A la despoblación acaecida como consecuencia de la Reconquista castellana se sumó el hecho de que ni Fernando III ni Alfonso X fueron capaces de atraer a un número suficiente de castellanos, por lo que debieron recurrir a los cristianos de cualquier procedencia, entre los que predominaron los judíos aragoneses de los condados catalanes.

 

Sin embargo, no se lograron compensar los contingentes demográficos perdidos, ya que la inseguridad de la costa por las incursiones granadinas y berberiscas hacía que las familias aragonesas, catalanas y castellanas prefirieran instalarse en tierras más fértiles y seguras.

A estas causas de despoblación se unieron los episodios de epidemias (Peste Negra de 1348) y la debilidad de la agricultura cartagenera derivada de los rigores de un clima extremadamente árido.

 

Volvemos a nuestra querida Azohía.

Más referencias a La Azohía encontramos en el Acta Capitular del Concejo de Murcia de 1477, donde se refiere a “las pesquerías de la Asuya e El Gorguer e en Pertux  e en Pormán”, lugares costeros hoy llamados La Azohía, El Gorguel, El Portús y Portmán.

 

Muy interesante, por cuanto podría servir perfectamente para una novela de Arturo Pérez Reverte el acuerdo tomado por el Ayuntamiento de Cartagena, en 1599, para acudir en socorro de la Torre de La Azohía, que combate contra tres galeras corsarias.

 

Del libro de actas del Cabildo de Cartagena, que dice así:

“Que salga gente de pie y de caballo de la ciudad a socorrer la torre del Azohía. En la ciudad de Cartagena, a nueve días del mes de noviembre de mil y quinientos e noventa e nueve años, se juntaron a cabildo el doctor Santiago Cabeza de Vaca, alcalde mayor desta ciudad, Diego Bienvengud Cáceres, Pedro Márquez de Rueda, Luis de Molina, regidores desta ciudad, y así juntos acordaron lo siguiente: Dijeron que, por cuanto ahora ha venido la guarda del castil Tiñós y ha dado aviso que tres galeotas gruesas de moros vinieron tras un bergantín de nueve bancos, y lo hicieron zabordar en tierra junto a la torre del Azoguía, la cual dicha torre les tiró el artillería, e las dichas galeotas tiraron ansí mesmo otras piezas, de que se entiende están combatiendo a la dicha torre; acordaron que salga la gente de infantería y de a caballo con la mayor diligencia que convenga, y para que les envíe los bastimentos necesarios,  nombraron por comisario al dicho Diego Bienvengud Cáceres, regidor, y que el mayordomo pague por sus cédulas lo que en ello se gastare, con las cuales se le dará recaudo en forma.

Pedro Márquez de Rueda, escribano…” 

(Continuará)

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