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De Cartagena dijo además: "Es un palacio de elevados muros, cuyo
techo son las estrellas", afirmación que comparto totalmente.
La vida de Hazim en su infancia y
juventud hubo de ser magnífica, imaginamos cómo podría ser la Cartagena de hace
novecientos años, cuando describe en sus poemas sus salidas de mañana a navegar
con su pequeña chalupa de vela, un día hacia la isla de Escombreras y otro día
hacia la isla de los Palomos. Cómo descubre las Algamecas, la grande y la chica
donde se lanza desde las rocas y se sumerge en aguas cristalinas. Muy
posiblemente, vivía en la parte de Galifa, un paraíso antes y ahora de
Cartagena, y sus menciones al Roldán, monte al que llama en su poema el
“Sillong”.
Haciendo
un inciso en esta historia y por la importancia que tiene para todos los
cartageneros, nos detendremos un poco en el Roldán. Éste es el monte más alto
de los que rodean la ciudad de Cartagena, y se llama así desde siglo XIII. Esta
denominación aparece ya en un Privilegio de Alfonso X de 1272, por el que se
otorga a Cartagena, entre otras cosas, el título de “dehesa concejil”, y en el
Roldán se sitúa uno de sus hitos. Denominándolo así en reconocimiento del apoyo
de Roldán, aquel Roldán legendario paladín, hermano de San Ginés, hijo del rey
de Francia Roldán Magno y sobrino de Carlomagno.
Pero por qué antes se le denominaba
“Sillong”, si se observa el Roldán desde el Norte, desde la rambla y camino de
Canteras, y en especial cuando la luz de la tarde hace resaltar sus dos
contrafuertes laterales, se puede apreciar que su mole adquiere un aspecto de
sillón bastante aparente.
Hazim Al-Qartayanni, en su poema, al
describir un típico temporal de levante, menciona un monte llamado el Sillóng,
en el que se estancan las nubes que acaban de regar la huerta. Como es sabido,
esta huerta, hoy prácticamente desaparecida, se extendía al noroeste del
Roldán, entre el actual barrio de San Antón y la Rambla de Benipila.
En Cartagena, cualquiera sabe, o sabía
hasta hace poco, que los temporales de levante se anuncian, precisamente, con
nubes en la cima del Roldán, como acredita el dicho, "cuando el Roldán se
pone la montera, en Cartagena lluvia se espera".
En lo que respecta a Hazim y La
Azohía, en su poema describe con minucioso detalle los bellos parajes de
Cartagena y su comarca. En las tierras de poniente ubica Al-Zawiya.
(continuará)
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