miércoles, 24 de abril de 2019

ECO.45 ESPAÑA, LA PATRIA

España, la Patria, por A.F:García


España y la patria son equivalentes para el ciudadano normal, entre los que me incluyo. Para algunos de nuestros dirigentes y más de un periodista son un símbolo a utiliza interesadamente con un lenguaje, bronco, agresivo, intolerante porque da resultado electoralmente, obtiene adeptos y votos.

Yo pregunto ¿cómo puede uno sentir tal pasión por la bandera y no mostrar sensibilidad por los problemas de los ciudadanos a los que esa bandera representa?  

Para los catalanes independentistas, siendo minoría y no compartiendo la misma patria de los que se sienten españoles, lo importante es su procés, sus presos, ... difundir la sensación de víctima de España, como estado opresor contra el que hay generar por cualquier medio, una actitud negativa y de rechazo.

Los patriotas catalanes y españoles se alimentan mutuamente en una bronca constante, cada día, casi cada hora. Su ardor dialéctico no se percibe el problemas del ciudadano de a pie: el que está en paro, el que no tiene para llegar a fin de mes, que le desahucian de la vivienda, … que los salarios medios sean igual que hace diez años, que se hayan disparado las desigualdades sociales, duplicándose el número de ricos y más que duplicado el de pobres, que muchos de los mayores malviven en pobreza, que muera una mujer asesinada cada semana a manos de su pareja, … que haya restricciones en educación y sanidad. Estos problemas parecen quedar en segundo plano para estos ardorosos patriotas de uno y de otro lado.

Al acto de conmemoración de la constitución asistieron tres supervivientes del honorable grupo que la redactó. A uno le abuchearon ¿Por qué? Se preguntarían los tres “¿para esto hemos hecho tanto esfuerzo?” También asistieron los expresidentes del Gobierno vivos.  A más de uno le abuchearon ¿por qué? ¿Acaso no han regido una patria común? Se recordó con elogio el esfuerzo que supuso su redacción con el objetivo de alcanzar la deseada concordia entre españoles. ¿Ni siquiera ese día se pueden apaciguar esos patriotas tan ardorosos?

Una bandera y un himno, son de manera diferente, símbolos identificativos de un país. Son un trozo de tela y una pieza musical con ese valor simbólico, no un ídolo al que adorar. En actos oficiales, sobre todo a nivel internacional, se le debe el respeto que se debe a cualquier país. Es un uso indebido, impropio, indigno e irrespetuoso utilizarla como arma de enfrentamiento o intolerancia entre los ciudadanos, porque esos símbolos nos representan a todos. No es mejor patriota quien usa su bandera para mostrarse intolerante y perseguir a otros compatriotas. Cualquiera de ellos, como persona humana, tiene un valor muy superior.

El Rey Juan Carlos se comprometió, claramente y desde el principio, con la democracia, la Constitución y la concordia entre los españoles. Su hijo, Felipe, no lo está haciendo menos. Ambos, a mi entender, a extender la imagen de España fuera de nuestras fronteras. ¿Es el momento de plantearse el cambio de la forma de Estado? ¿Es realmente un problema urgente? Sobre todo cuando vemos aún alargada la sombra de la dictadura.

Lamentablemente estas malas maneras que vemos por los medios audiovisuales de nuestros dirigentes y representantes políticos así como de los participantes de algunas tertulias trascienden a la sociedad como un mal ejemplo a imitar, que da justificación a sus desmanes.

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