Ésta es la
pregunta que surgió cuando comentábamos un capítulo del libro de Javier Orrico
“La enseñanza destruida”. El libro,
desde mi punto de vista no tiene mucho comentario. Es una colección de
artículos periodísticos destinados a criticar la LOGSE (Ley Orgánica General
del Sistema Educativo/realizada por el PSOE, una más entre el montón de leyes
que se han hecho, en teoría para mejorar la educación pública, en la práctica
no han hecho otra cosa que empeorarla. Todavía está vigente la que hizo el sr.
Wert, por parte del PP, que es el colmo. Pero dejémoslo aquí. Si quieres
conocer mi opinión sobre el particular, puedes consultar en el número anterior
de este boletín un texto con el título: “La educación: una revolución
pendiente”
Pero en el
libro de Orrico aparece un artículo titulado “¿Castellano o Español Sr. De la
Cierva?”, porque se dirigía al que era por entonces Consejero de Cultura y
Educación de la Región de Murcia. Nosotros, el grupo de lectura buscamos con
interés una respuesta. Ruego a quien esto lea que se plantee también cuál es la
lengua que usa y luego pase adelante.
Nosotros,
tras debatirlo, llegamos a la conclusión de que hablábamos en español, con
deje, mazarronero, murciano, andaluz…, pero español a fin de cuentas, la lengua
que surgió del castellano tras siglos de uso e historia común como herramienta
de comunicación entre las gentes de los territorios que hoy llamamos España. Paso
a ofrecerte algunas referencias del libro que no puedo copiar entero, para que
te hagas una idea.
Por un
lado cuenta la anécdota ocurrida a un gramático español, que, en cierta
ocasión, preguntó a un campesino de La Palma, la isla bonita de las Canarias,
por la lengua que hablaba, a lo que él contestó: “Mire usté, aquí hablamos en español porque el castellano no lo sabemos ‘pronunsiar ’”.
A
continuación, hace referencia a un artículo de Miguel Delibes en el ABC, en el
que mostraba gran cantidad de palabras estrictamente castellanas que no han
pasado a formar parte de la lengua española. Puedo dar fe de algo similar que
me ha ocurrido hace unos días leyendo la novela original de Delibes titulada “Los santos inocentes” para compararla
con el guión de la película del mismo título: hay palabras y frases castellanas
que no he entendido, quizás porque sólo se usan en la vieja Castilla).
Estas,
según el texto, son sólo anécdotas para redundar en algo que hasta el más
humilde de los filólogos conoce: que hace siglos que el castellano, el viejo
romance de frontera…terminó por convertirse en lengua de todos y para todos, en
la lengua española, en el español.
Hoy
sabemos cómo se produjo este proceso con bastante detalle, sobre una base del
latín en descomposición, incorporando palabras y sonidos del vascuence, como la
famosa ‘ñ’, del gallego, del visigodo, del catalán, y hasta del árabe en buena
medida.
Entre
tanto consenso, llama la atención, la polémica suscitada por Cela, en un
Congreso de la Lengua, con motivo de la elaboración de la Constitución, cuyo 40
aniversario celebramos el día en que emborrono esta página. Cela, muy enfadado,
llegó a afirmar que llamar castellano a nuestra lengua no es más que complejo y
cobardía. Según él, para los enemigos de España, rebajar el español hasta
devolverlo al castellano suponía un gran triunfo: anulaba su condición de
lengua integradora y de todos.
Por mi
parte, me parece ridículo este debate en un momento en que más de 572 millones
de personas en todo el mundo, se reclaman hispanohablantes y dicen que hablan
el español o la lengua española. Por esta vez estoy de acuerdo con Cela y ésta
es también mi posición. Además de que él era un escritor importante y yo soy
solo un ciudadano de a pie.
Quiero
añadir algo más, aunque apenas me queda ya espacio. En la pag.85 del libro de
Orrico se afirma que el Rey, hoy emérito, dijo que “una cosa es que se
declarara al español como lengua oficial, porque el Estado necesitaba dotarse
de un vehículo de comunicación general dentro del mismo, y otra que se obligara
a todos a hablar en español”. Y que, por decir esto, dando más relevancia al
español, por poco le excomulgan catalanes, vascos, gallegos y otras
nacionalidades. Aunque me cueste decirlo, estoy también de acuerdo con el
Emérito esta vez.
A
continuación, una nota advierte que todo esto ya se hizo en la Constitución que
elaboró la 2ª República en 1931. Lo he comprobado, como puedes hacerlo tú, y he
visto que esta afirmación es falsa. La Constitución republicana también
claudicó ante los nacionalistas catalanes, vascos, gallegos y demás. El
artículo 4º dice: “El castellano es el idioma oficial de la República”.
Finalmente, he comprobado el “adelanto” que consiguieron los “Padres de la
Constitución” del 78 tras muchas horas y debates: “El castellano es la lengua
española oficial del Estado”. Compara el adelanto.
Y luego se
fueron a contratar una batería de intérpretes para que tradujeran en el
Congreso y en el Senado las sesudas intervenciones en lenguas “propias” de los
señores y señoras diputados y diputadas…
¡Así estamos en el siglo XXI! ¡Qué vergüenza!
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