Esta palabra, dispepsia, nos puede
sonar rara, pero es una dolencia de lo más habitual, dado que se considera que
una persona tiene dispepsia cuando presenta síntomas que se originan en
el tracto gastrointestinal superior,
en ausencia de cualquier causa estructural o enfermedad metabólica que pueda
explicarlos. Es tan frecuente que una de cada cuatro personas suele padecerla.
¿Por qué se produce?
En la mayoría de las personas no se sabe muy bien
porque se produce. En algunos casos está relacionada con un exceso de comida o
con haber consumido determinados alimentos aderezados con picante o comidas
grasas, aunque también los alimentos muy ricos en fibras y la cafeína pueden
producir estas molestias. Igualmente, el consumo de alcohol, tabaco o
antiinflamatorios, sobre todo aspirina o salicilatos dañan la pared gástrica y
producen molestias.
Otras veces se produce porque hay una lesión,
ulcera, en la mucosa del estómago o duodeno e incluso un estado de ánimo
depresivo o ansioso se relaciona con esta sintomatología.
En las personas con dispepsia, el estómago no se relaja en respuesta a una
comida, produciéndose alteraciones de las contracciones y del vaciamiento
gástrico, con mayor percepción de la actividad gástrica.
El principal síntoma de la dispepsia en el malestar producido en la
parte superior del abdomen, que sucede durante o después de las comidas.
Esta molestia es como calor o ardor en la zona que se encuentra debajo del
esternón, y se acompaña de una sensación de hinchazón molesta al empezar a
comer o después. Se suele acompañar también distensión abdominal o las
náuseas. En las embarazadas estos síntomas suelen ser pirosis, reflujo,
regurgitación o vómitos.
¿Cómo prevenir?
·
Relajarse y descansar después de las comidas. El
estrés puede ocasionar al paciente una indigestión. Por lo tanto, se recomienda
evitar realizar ejercicio inmediatamente después de la ingesta.
·
Destinar tiempo suficiente para las comidas, masticando
los alimentos cuidadosamente y no tragar precipitadamente.
·
No tomar medicamentos como antinflamatorios y sobre
todo el ácido salicílico con el estómago vacío.
·
Evitar el consumo excesivo de alcohol.
·
Evitar el fumar.
·
No comer comidas con exceso de grasa y abundantes, ni
comidas muy ricas en fibra ni aderezadas con mucho picante.
·
Si hay un problema orgánico de base como úlcera
gastroduodenal, protegerse con una dieta adecuada y la toma de medicación
protectora.
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