En el calendario tenemos establecidos muchísimos Días
Mundiales. Sabemos que estos días se utilizan para hacer un llamamiento a la
sociedad en general; pero, sobre todo a los gestores de los recursos públicos
-“políticos”- para que reflexionen y elaboren estrategias, establezcan
programas y diseñen planes que aborden las diferentes “patas”, donde se
sustentan estos problemas, que pueden ser de cualquier índole:
medioambientales, sociales, de salud, etc..
El 4 de febrero se celebra El Día Mundial de la lucha
contra el Cáncer; y he querido dedicarle estas líneas, porque este problema de
salud va aumentando todos los años y se perpetúa como la segunda causa de
muerte en los países desarrollados y amenaza con destronar del primer puesto a
las familiares enfermedades cardiovasculares, de cual solemos morir la mayoría.
Este año se han dado a conocer los datos referentes a la magnitud del
problema, cifrándose que en España se han diagnosticado 277.234 casos nuevos, y
que suponen un 12% más que en 2015, donde se diagnosticaron 247.000 casos.
Entre los hombres, los cánceres más diagnosticados son los de próstata,
colorrectal, pulmón y vejiga. Y en mujeres, los de mama, colorrectal y pulmón,
que asciende año tras año en este colectivo.
En relación a la mortalidad, en el año 2017, ha ascendido al 26% de las
muertes totales, solo siendo rebasado en un 2,1% por las muertes producidas por
el sistema circulatorio; pero si observamos estos datos separados por sexo,
vemos que en los hombres el cáncer pasa a ser la primera causa de muerte,
mientras en las mujeres se mantiene en segundo lugar. Si profundizamos más en
el problema, observamos que en los grupos de edad más jóvenes es la primera
causa de muerte, truncando la vida precozmente.
En la lucha contra el cáncer, la prevención
es, sin duda, el arma más eficaz. Esta es una tarea, que, como hemos dicho
anteriormente, debe de ser liderada por los gobiernos, con políticas claras,
donde se den los instrumentos necesarios para que los profesionales sanitarios
puedan ejercer sus labores y favorezca que los ciudadanos adquieran estilos de
vida que prevengan contra el cáncer.
No voy a entrar a enumerar actividades
preventivas a realizar por profesionales o ciudadanos, voy a resaltar las
medidas que los gobiernos pueden poner o han puesto en práctica para revertir
la situación. En ese sentido, LA LEGISLACIÓN es el instrumento y debe
contemplar medidas:
PROTECCIÓN DE LAS PERSONAS: Esta medida está recogida en casi todas las
estrategias, dado que todo lo que proteja contra el cáncer protege las
personas, como ejemplo, podemos hablar de la “Ley 28/2005, de 26 de diciembre
de ese año, de medidas sobre el tabaco y posteriores modificaciones”, donde se
prohíbe fumar en lugares de trabajo, espacios cerrados, se regula contenido
de sustancias en las labores de tabaco
y los puntos de venta. Esta ley ha generado que muchos trabajadores dejen de
fumar o, al menos, disminuyan el número de cigarrillos consumidos y también que
no estén expuestos al tabaquismo pasivo (inhalación de aire contaminado por
humo de cigarrillos), mayor dificultad para conseguir labores de tabaco y
permite la utilización de locales de hostelería libres de humo de tabaco.
CONTROL DE SUSTANCIAS CANCERÍGENAS: Estas medidas legislativas favorecen que se
eliminen o reduzcan la concentración de sustancias cancerígenas o
potencialmente cancerígenas en alimentos, insecticidas, pinturas, derivados de
los hidrocarburos, etc. y niveles medioambientales. Así como, establecen las
medidas de protección de los trabajadores que manipulan estas sustancias y sus
exámenes de salud periódicos para la detección precoz.
IMPUESTOS:
Las políticas de impuestos sobre productos que tienen un efecto directo sobre
la producción de cáncer. En ese sentido, los más relevantes son las labores de
tabaco, fundamentalmente cigarrillos, aunque habría que incrementar mucho más
las picaduras; y el alcohol. Últimamente, se está actuando sobre bollería y
productos con exceso de azucares añadidos. Estos incrementos de precio
dificultan el acceso a los mismos, haciendo que disminuya su consumo, sobre
todo en los más débiles económicamente. Hay estudios que demuestran que el
incremento de un 10% del precio de los cigarrillos disminuye el número de fumadores
en un 4%.
HABITAT SALUDABLES: Creación de espacios que faciliten la
adopción de estilos de vida que favorezcan la salud: zonas verdes, canchas
deportivas, centros educativos, centros sociales, etc.
EDUCACION:
La medida más importante, es la estrategia educativa, fundamentalmente en la
infancia y adolescencia, dotando a todos los centros educativos de los
instrumentos necesarios para que la persona en formación pueda elegir
libremente entre las diferentes opciones que se le planteen en la vida.
NOTA:
Aunque se legisle si no se potencia la inspección y no existe una presión
social de poco valen las leyes.
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