sábado, 27 de abril de 2019

ECO.46 LA CASA FISAC EN ISLA PLANA. DE ARQUITECTURA ORIGINAL A ...

LA CASA FISAC EN ISLA PLANA. DE ARQUITECTURA ORIGINAL A ..., por Paco ACOSTA



Vaya por delante que no tengo relación alguna con la arquitectura ni con la construcción. Quizás por eso, llevo bastante tiempo reprimiendo mis deseos de escribir sobre la evolución que ha sufrido esta construcción original, formada por 4 módulos rectangulares, que se levantó entre 1964 y 1968 en una ladera rocosa, frente al mar, en una ubicación privilegiada de Isla Plana.


En aquellos años esa casa era considerada “extraña”, muy diferente en forma y distribución a los chalés que comenzaban a edificarse en esta bella zona litoral. Algunos despectivamente la bautizaron como “la cajonera”. Y los más pensaban que resultaría incómoda de habitar…. Sin embargo, resultaba distinta, atractiva y original.


Miguel Fisac (1913-2006), considerado como importante renovador de la arquitectura española del siglo XX, con reconocida fama por muchas de sus obras, pasó en la década de los sesenta del pasado siglo por la Bahía de Mazarrón, quedó admirado por el lugar y decidió construirse en Isla Plana su residencia de verano.

Una construcción simple, que entonces llamaba fuertemente la atención, realizada con materiales sencillos, que se adaptaba perfectamente a una parcela de pronunciada pendiente. Sus formas rectangulares y las magníficas vistas al mar desde sus amplios miradores, destacaban en aquella agreste ladera sin otras construcciones alrededor.

Con posterioridad, la casa Fisac se vio rodeada por otras, ya de tipo tradicional, y aunque no perdió su llamativo carácter original, sí que ocultaron algo de su singularidad monumental. Me inclino a pensar que esa fue la causa de que Miguel Fisac se desprendiera de su residencia vacacional, que trasladó a Mallorca.

Esta vivienda singular, que, a mi juicio, debería haberse mantenido tal como la diseñó Fisac, sufrió en 2006 una importante reforma y ampliación. Como consecuencia de ésta, a los iniciales prismas rectangulares superpuestos que le conferían su carácter, se le han añadido sendos volúmenes laterales, que esconden y camuflan las peculiaridades de la construcción original.


 

El resultado no soy quién para juzgarlo…, pero esto es lo que ahora vemos cada vez que vamos o venimos de La Azohía. 




Las imágenes del antes y del después son suficientes para que ¡cada cual saque sus conclusiones!



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