EL SER HUMANO ACTUAL -PRODUCTOR CONSUMIDOR- (IV), por Eladio Chávarri filósofo [1952-2002] en estudio y comentario de Baldomero López Carrera, filósofo.
Entregas anteriores en nº 66, nº67 y nº 68
Si la dimensión modalizante es la económica, ¿en qué situación valorativa se encuentra de hecho la relación esposo-esposa o la de madre-hija? ¿Sería acertado centrarse en entender esos valores y sus respectivos contravalores “en sí mismos”, sin tener en cuenta la situación valorativa concreta que han adquirido al ser modalizados por una u otra dimensión valorativa? ¿Se puede analizar correctamente la propia institución familiar, un valor de valores, si se prescinde de su respectiva situación valorativa modalizada, tanto en el pasado como en el presente? Si la modalización valorativa proviniera de la dimensión estética, ¿sería posible vivir lo valioso y lo disvalioso de todas las instituciones sin tener en cuenta dicha modalización? ¿Qué configuración mostraría el desarrollo humano bajo una situación valorativa esteticista? Las preguntas pueden multiplicarse al infinito.
Función biográfica: el modelo de ser y hacerse hombre es el punto de referencia para construir la identidad y los proyectos vitales de cada biografía
Julia Iglesias, Andrés Alfaro, Inés López, Eladio Chávarri o Cándido Ániz son «biografías», es decir, modos peculiares, únicos, intransferibles de ser hombre. Cada uno nació de unos padres concretos, en un lugar determinado, comió papillas de una marca específica y va desarrollando modos peculiares de comportarse, divertirse, relacionarse con los amigos, expresar las emociones o de organizar el tiempo de trabajo. Pues bien, la mayoría de esos modos biográficos de ser y de actuar no se heredan por vía genética ni los construye uno a su antojo, sino que se aprenden. El punto de referencia en ese aprendizaje es el modelo humano que hay en la forma de vida en la que uno vive. De acuerdo con él vamos elaborando nuestra identidad biográfica, nuestros proyectos vitales. Ello explica que pocas personas de nuestra ciudad tengan como proyecto vital hoy ser samuráis, cazadores de cabelleras o anacoretas en el desierto; pero sí ser ricos, juveniles y triunfadores.
Función judicativa: cada uno de los modelos humanos concretos es el criterio último para juzgar lo que es humano o inhumano
Estamos
acostumbrados a valorar a las personas y a sus acciones desde algún
criterio particular como, por ejemplo, la división del trabajo. Y así
decimos que fulanito de tal es abogado, físico, estudiante, panadero,
barrendero, comerciante, obrero o empresario. Hablamos también de acciones
concretas: comer, pensar, hablar, estudiar, hacer pasteles, etc. Pero también,
en algunas ocasiones, aplicamos a esas mismas personas y acciones el
calificativo de humano o de inhumano.
(continuará)
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