Los días 12 y 13 de octubre del año en curso he
tenido oportunidad de visitar Almadén, La mina, en la etimología del árabe
clásico e hisp. Sin embargo, estas minas tienen
2000 años. Los autores romanos Estrabón, Vitrubio y Plinio, sitúan la
extracción del mercurio en las proximidades de Sisapón, la ciudad romana, y su
comercialización como bermellón, producto de lujo en la época.
Se abandona en el periodo visigodo y reaparece la
extracción de este metal durante el largo periodo de dominio musulmán con el
nombre actual.
Se
reconquista en el siglo XII y queda bajo control de la Orden de Calatrava hasta
que en 1499 pasa a dominio de la corona y este metal adquiere especial
importancia para la obtención de la plata en las minas americanas. Entre 1525 y
1563 estuvieron arrendadas a los Fugger, banqueros alemanes que financiaban las
campañas de Carlos V, el emperador.
Luego, volvió a control de la corona, con intensa
actividad dirigida a la obtención de plata en América, siglos XVI, XVII y
XVIII. En este siglo, bajo el reinado de Carlos III, se hacen grandes obras en
la ciudad:
Plaza de Toros hexagonal en 1752, hoy monumento nacional;
Real Cárcel
de Forzados en 1754, hoy Centro de Interpretación;
Hospital de Mineros de San
Rafael, hoy Archivo histórico de Minas de Almadén;
Escuela de Minas, 1ª de
España y 4ª del mundo en 1777, “Geometría
Subterránea y Mineralogía”.
De 1836 a 1922
estuvieron administradas por los Rothschild y desde entonces han
dependido del Estado, hoy la SEPI.
Se han clausurado en 2002 y desde 2012 son Patrimonio
de la Humanidad por la UNESCO.
La visita guiada es de tres horas en las
instalaciones cercanas, sin incluir el tiempo que pueda llevar el Hospital, la
Escuela de Minas o la Plaza de Toros. Desde el Centro de Interpretación nos
dirigimos a las instalaciones, como harían los mineros, nos ponemos el casco y
nos acercamos a la jaula. En ella descendemos
50m en grupos de 14 personas dirigidos por un exminero al pozo de San
Teodoro y recorremos una larga galería de los siglos XVI y XVII. Casi hora y media.
Se ha reforzado respetando la estructura por lo que
a priori nos movemos con seguridad. Nos llama la atención la destreza o el
ingenio en habilitar poleas mecánicas para elevar, a base de contrapesos,
pequeñas vagonetas con basculante, que, a su vez, se podían desplazar sobre
raíles. El guía insiste en que son de la época.
Sin embargo, la manera de picar el mineral y
portarlo en corto en capazos no habría evolucionado desde los romanos. En esta,
en vez de esclavos había forzados, galeotes, traídos de la cárcel de Toledo y
otras. Era con mucho la pena más temida por los delincuentes.
En el XVIII la Junta de Azogues y la monarquía
empezaron a tomar conciencia de la cantidad de enfermedades y muertes por
azogamiento, la dureza del trabajo tanto entre los forzados como entre los
libres y fijaron la jornada en seis horas.
En 1755 se
incendió una mina, que estuvo dos años incendiada hasta que se apagó por
ahogamiento. Desde entonces los forzados solo trabajaban fuera, dejando el
interior para los libres, lo que no quiere decir que sus condiciones hubieran
mejorado. Los de cadena perpetua difícilmente superaban los diez años, por lo
que se optó por darles libertad, si la deseaban o darles ración hasta su
muerte. En 1799, a petición de la
Junta, el rey mandó que no hubiese allí más presos forzados y al año siguiente
dejó de funcionar este presidio.
El mercurio
obtenido salía de Almadén a 300km del mar para ser exportado desde Sevilla. Se
estima que de Almadén salió un tercio de la producción mundial. Su mayor empleo
en los siglos XVI, XVII y XVIII fue como amalgama de la plata y el oro. Sirva de
ejemplo que la plata, así obtenida, hizo crecer la ciudad de Potosí, a más de
4000m de altitud en la actual Bolivia, hasta alcanzar los 160.000 habitantes a finales
del XVI.
Cerca, en Huencanvelica, en 1633, Saavedra descubre
el método de calcinación en hornos para extraer el mercurio del cinabrio. En la
Península lo aplica Bustamante en 1646. El procedimiento resultó muy eficaz y
duró más de tres siglos.
A finales del XIX, con los nuevos sistemas de
fundición alcanzó un gran rendimiento, aunque será en 1929, con 2.476Tm, cuando
alcance su máximo histórico. Después de la crisis mundial de ese año y la
Guerra Civil se recupera lentamente hasta 1os sesenta, sin alcanzar esa cifra,
para ir decayendo después.
Actualmente, Almadén, con apenas cinco mil
habitantes en su casco urbano, conserva bastante bien sus instalaciones mineras
y sus construcciones afines, que son visitadas con regularidad. A simple vista,
no se ven escombreras ni estériles. La mayoría de ellos están en el parque
minero, tapados de plástico y ocultos bajo una capa de tierra con su masa
herbácea natural, por lo que pasan desapercibidos al público.
Sin embargo, uno no entiende ciertas cosas:
Si hay una más que aceptable cafetería restaurante
¿por qué cierra los fines de semana?
El museo del mercurio es muy digno de ver, nos
ofrece información sobre el proceso de
obtención del mercurio en estado puro de muchas múltiples aplicaciones en la
industria química, de la electricidad, la electrónica…. Entre otros pudimos ver
el termómetro, el barómetro y manómetro tradicionales, la bomba del vacío…
Vi alguna joven manejarlos con cuidado, tal vez
recordando algún conocimiento de física, y algunos niños manipularlos de manera
inadecuada e insistente, incluso cuando ya no funcionaba. No si sus padres no
controlan lo que hacen sus hijos, como debieran hacer en lugar como este, miran
hacia otro lado o consideran que todo objeto, sobre todo si es público, puede
ser usado como juguete.
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