Cuando
se oye hablar de nuestros antepasados de hace más de 5000 años, generalmente
nos imaginamos unas tribus de hombres prehistóricos, primitivos, guerreros, que
vivían en cuevas, casi desconocedores de cualquier avance “tecnológico” (rueda,
palanca, torno, etc.). Pero si pensamos así, incurrimos claramente en un error.
La
visita al Yacimiento Arqueológico de Los Millares, que realizamos el pasado 19
de Noviembre, nos mostró rotundamente que allí, 3500 años adC, es decir, hace
más de 5500 años, hubo un asentamiento prehistórico de unos 1500 ocupantes, con
capacidad de fundir metales (se encontraban ya en la Edad del Cobre), levantar
viviendas, enterrar a sus muertos, construir murallas defensivas bastante
evolucionadas. Habían fundado una verdadera ciudad con abastecimiento de agua
desde unos manantiales algo alejados mediante un acueducto, habían situado
estratégicamente fortines de observación (a día de hoy se han descubierto 13) para
defender el poblado. Sabían tejer el esparto y el lino, cultivar la tierra y eran
capaces de apacentar ganado, manejar artísticamente el barro para hacer
vasijas, o tallar el hueso para hacer bonitos amuletos…
La
amena explicación de las guías del yacimiento, nos ayudó a comprender el modo
de vida de sus pobladores, de manera que al contemplar los restos de sus
viviendas, talleres y murallas, casi podíamos verlos en su vida familiar, trabajando
en sus oficios, o vigilando, desde los fortines y las barbacanas las puertas de
sus potentes murallas (de hasta 4 metros de altura), para impedir el acceso a
los posibles enemigos…
La
excursión constituyó una muestra más de la integración cultural que promociona
y constituye una de las bases de nuestra Asociación. Más de la mitad de los
excursionistas no tenían nacionalidad española, pero de ninguna manera habría
que considerarlos “extranjeros”, ya que buena parte de ellos han elegido
nuestra tierra para su residencia habitual.
El
objetivo de la excursión se cumplió plenamente. Dar a conocer, entre propios y
foráneos, nuestra historia, nuestra cultura, nuestro paisaje y, cómo no,
también la variada gastronomía de nuestra tierra. Fueron bastantes los que se
atrevieron a degustar el “Guiso de trigo” por vez primera…
Por
la mañana admiramos la labor de los arqueólogos que han ido sacando a la luz, campaña
a campaña, a pesar de las limitaciones presupuestarias (actualmente está
excavado únicamente un 15% de la superficie del poblado y la necrópolis), los
restos de esa gran población de Los Millares, cuyos moradores con toda
probabilidad estaban culturalmente emparentados con los que habitaron por
aquella época en las proximidades de la Bahía de Mazarrón.
El
autobús y la comida fueron una “Babel de lenguas”. Se conversaba en alemán,
ingles, francés, holandés, español,… cada uno como podía. Para algunos
constituyó una práctica más de los Intercambios
de idiomas que, para facilitar el conocimiento práctico de nuestra lengua patrocina
desde sus orígenes, allá por 2011, nuestra asociación.
Con
la tarde a punto de caer, llegamos a Mojácar, donde gracias al buen hacer de la
guía que nos esperaba, pudimos recorrer los pintorescos rincones de este bonito
pueblo turístico, ver el panorama que se divisa desde sus miradores, y escuchar
anécdotas, sucesos y leyendas referidas al pueblo y sus habitantes, tal como se
acostumbra a hacer para amenizar el recorrido.
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