lunes, 25 de diciembre de 2017

ECO 39. La Nacra

La Nacra, por Eva Sevilla Cervantes

Mamá mira ¡he pescado un mejillón gigante!  -gritaba contento el pequeño Juan mientras subía las gafas de bucear y levantaba con la otra mano, ese trofeo tan preciado, ¿para qué? Pues no sé, es espectacular, aunque no se come; pero siempre hay alguna persona que la arranca del fondo y finalmente, acaba de cenicero en alguna bonita mesa. Desgraciadamente, ya no va a poder ser, han desaparecido, se han muerto.

¿Qué es la nacra? Un molusco bivalvo de grandes dimensiones que se ancla al suelo marino con unos filamentos dorados que antaño se usaban para bordar, como hilo de oro. Las valvas son de nácar marrón en el exterior y blanco donde se aloja el cuerpo. Esta parte se usaba para hacer botones.


La importancia de este molusco viene dada por su función filtradora. Es garantía de aguas limpias.

Por desgracia, su muerte la causa un protozoo parásito que destruye la glándula digestiva, dejándola inservible e incapaz de absorber alimento.



Lo que está demostrado es que su hábitat queda sembrado de conchas vacías a modo de lápidas que nos avisan de que algo grave está pasando y no somos conscientes de ello.

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