lunes, 25 de diciembre de 2017

ECO 39. Los Renegados de Murcia, Lorca y Cartagena

Los Renegados de Murcia, Lorca y Cartagena, por Cándido Román 

Este artículo trata de la Carta de Felipe II al Corregidor de Murcia, Lorca y Cartagena, ordenándoles que se prohíba a los patrones de barcas pesqueras llevar muchachos menores de 14 años para evitar frecuente captura por los moros, que fue elegida por el conferenciante para terminar su presentación relativa a la Redención de Cautivos en Cartagena, que ha sido publicada en números anteriores de este boletín.       (pasar a la parte I)   (pasar a la parte II)   (pasar a la parte III)   (pasar a la parte IV

“Por parte de la ciudad de Cartagena se me ha hecho requerimiento que siempre que los barcos de los pescadores de ella salen a pescar acostumbran a llevar los patrones, entre demás gente, muchachos de poca edad y que cuando acaece darles saca alguna galeota de moros y les fuerza dar tierra para no caer en sus manos cogen a los dichos muchachos por no poder huir y los hacen renegados y a los que no los quieren ni por ningún dinero los quieren rescatar, por lo que había en Argel y Constantinopla muchos renegados, suplicándome que esté atento que era en ello nuestro señor muy des servido, fuese de servido mandar cédula mía para que vos no consintiese de ninguna manera que los dichos pescadores y patrones llevasen en sus barcos ningunos muchachos que fuesen de 14 años hasta 6 y que guardase e hiciese guardar y ejecutar la ordenanza la dicha ciudad de Cartagena…”

Se les conocía como renegados a todos los cristianos europeos que, estando en tierra del Islam, renunciaban a la religión y cultura cristiana. Muchos llegaban a integrarse totalmente en la sociedad musulmana y escalaron importantes puestos de responsabilidad como ministros, consejeros, jefes superiores militares, jefes de cuadrillas corsarias berberiscas, etc. La mayor parte de ellos, sin embargo, se adaptaban solo externamente a las prácticas religioso-sociales del Islam y permanecían siendo cristianos de corazón, siempre con la nostalgia de los países de origen y al acecho del retorno.

Hay que señalar que los europeos cercanos a las tierras de Berbería eran considerados como “gentes de frontera” que se sentían cristianas en su propia tierra, pero que se adaptaban con facilidad a las prácticas del Corán en tierras del Islam, percibiendo mal la diferencia entre el Dios del profeta Mahoma y el proclamado por Cristo. Bennasar los denominó “los cristianos de Allah”.

Lo normal era que todos los que eran arrastrados por la violencia a tierras musulmanas, una vez allí, para escapar de los horrores de la esclavitud y a toda clase de vejaciones, se convirtieran al Islam. ¿En qué lugares de África del Norte se hallaban las mayores concentraciones de renegados y, por tanto, de cautivos? Los españoles eran los más numerosos en la ciudad de Argel, pero los había también en mucho menor número en Túnez y Trípoli. Los había también repartidos en tierras del interior de Marruecos. Algunos eran los artilleros del ejército del sultán, cuyos corsarios eran renegados europeos.

Para hacerse idea del elevado número de españoles que se hicieron renegados a lo largo de los años, recordemos que en un documento español del siglo XVIII se señala que en los presidios de Ceuta y Melilla hubo más de 20.000 “pasados” a tierras del Islam; y estos pasados eran precisamente los que engrosaban las filas de renegados.

Tiempos duros, compulsos, difíciles de vivir, donde la vida pendía de un golpe de suerte. Las gentes que vivían en lugares como La Azohía necesitaban protección. La torre es la prueba de ello, pero no era suficiente. Un ataque rápido de un navío berberisco podía, en muy poco tiempo, no solo apresar a pescadores (como fue el caso de Pedro Paredes y sus hijos) sino entrar en el pueblo, violar mujeres, capturarlas, acabar con la resistencia de los varones, simples pescadores, incluso también penetrar hasta Campillo de Adentro, antes de que las autoridades de Cartagena enviaran las milicias a caballo a socorrerlos. Realmente, eran tiempos difíciles, tiempos complicados…


Hasta aquí la conferencia que D. Cándido Román Cervantes nos impartió a un nutrido grupo de asistentes en el Bar Restaurante "Piscis" de La Azohía el 7 de Agosto de 2014,  sobre el tema de La Redención de Cautivos en Cartagena, que hemos venido transcribiendo a nuestras páginas en sucesivos números de nuestra modesta revista.

El profesor Román Cervantes es Catedrático de Ciencias Humanas en la Universidad de La Laguna y cartagenero ilustre, muy ligado a su ciudad y a nuestro Bello Rincón, donde pasa una parte de sus vacaciones.

Le agradecemos esta extraordinaria conferencia, fruto de un gran trabajo de investigación, y toda su permanente colaboración en nuestra labor cultural.

Vaya desde nuestras páginas nuestro agradecimiento y aprecio. En nombre de toda la Asociación A.F.García.

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