Los Renegados de Murcia, Lorca y Cartagena, por Cándido Román
Este artículo trata de la Carta de
Felipe II al Corregidor de Murcia, Lorca y Cartagena, ordenándoles que se prohíba a los patrones de barcas pesqueras llevar muchachos menores de 14 años
para evitar frecuente captura por los moros, que fue elegida por el conferenciante para terminar su presentación relativa a la Redención de Cautivos en Cartagena, que ha sido publicada en números anteriores de este boletín. (pasar a la parte I) (pasar a la parte II) (pasar a la parte III) (pasar a la parte IV)
“Por parte de
la ciudad de Cartagena se me ha hecho requerimiento que siempre que los barcos
de los pescadores de ella salen a pescar acostumbran a llevar los patrones,
entre demás gente, muchachos de poca edad y que cuando acaece darles saca
alguna galeota de moros y les fuerza dar tierra para no caer en sus manos cogen
a los dichos muchachos por no poder huir y los hacen renegados y a los que no
los quieren ni por ningún dinero los quieren rescatar, por lo que había en
Argel y Constantinopla muchos renegados, suplicándome que esté atento que era
en ello nuestro señor muy des servido, fuese de servido mandar cédula mía para
que vos no consintiese de ninguna manera que los dichos pescadores y patrones
llevasen en sus barcos ningunos muchachos que fuesen de 14 años hasta 6 y que
guardase e hiciese guardar y ejecutar la ordenanza la dicha ciudad de
Cartagena…”
Se les conocía como renegados a todos los
cristianos europeos que, estando en tierra del Islam, renunciaban a la religión
y cultura cristiana. Muchos llegaban a integrarse totalmente en la sociedad
musulmana y escalaron importantes puestos de responsabilidad como ministros,
consejeros, jefes superiores militares, jefes de cuadrillas corsarias
berberiscas, etc. La mayor parte de ellos, sin embargo, se adaptaban solo
externamente a las prácticas religioso-sociales del Islam y permanecían siendo
cristianos de corazón, siempre con la nostalgia de los países de origen y al
acecho del retorno.
Hay que señalar que los europeos cercanos a las
tierras de Berbería eran considerados como “gentes
de frontera” que se sentían cristianas en su propia tierra, pero que se
adaptaban con facilidad a las prácticas del Corán en tierras del Islam,
percibiendo mal la diferencia entre el Dios del profeta Mahoma y el proclamado
por Cristo. Bennasar los denominó “los
cristianos de Allah”.
Lo normal era que todos los que eran arrastrados
por la violencia a tierras musulmanas, una vez allí, para escapar de los
horrores de la esclavitud y a toda clase de vejaciones, se convirtieran al
Islam. ¿En qué lugares de África del Norte se hallaban las mayores
concentraciones de renegados y, por tanto, de cautivos? Los españoles eran los
más numerosos en la ciudad de Argel, pero los había también en mucho menor
número en Túnez y Trípoli. Los había también repartidos en tierras del interior
de Marruecos. Algunos eran los artilleros del ejército del sultán, cuyos
corsarios eran renegados europeos.
Para hacerse idea del elevado número de españoles
que se hicieron renegados a lo largo de los años, recordemos que en un
documento español del siglo XVIII se señala que en los presidios de Ceuta y
Melilla hubo más de 20.000 “pasados” a
tierras del Islam; y estos pasados eran precisamente los que engrosaban las
filas de renegados.
Tiempos duros, compulsos, difíciles de vivir, donde
la vida pendía de un golpe de suerte. Las gentes que vivían en lugares como La
Azohía necesitaban protección. La torre es la prueba de ello, pero no era
suficiente. Un ataque rápido de un navío berberisco podía, en muy poco tiempo,
no solo apresar a pescadores (como fue el caso de Pedro Paredes y sus
hijos) sino entrar en el pueblo, violar mujeres, capturarlas, acabar con la
resistencia de los varones, simples pescadores, incluso también penetrar hasta
Campillo de Adentro, antes de que las autoridades de Cartagena enviaran las
milicias a caballo a socorrerlos. Realmente, eran tiempos difíciles, tiempos
complicados…
Hasta aquí la conferencia que D. Cándido Román Cervantes nos impartió a un nutrido grupo de asistentes en el Bar Restaurante "Piscis" de La Azohía el 7 de Agosto de 2014, sobre el tema de La Redención de Cautivos en Cartagena, que hemos venido transcribiendo a nuestras páginas en sucesivos números de nuestra modesta revista.
El profesor Román Cervantes es Catedrático de Ciencias Humanas en la Universidad de La Laguna y cartagenero ilustre, muy ligado a su ciudad y a nuestro Bello Rincón, donde pasa una parte de sus vacaciones.
Le agradecemos esta extraordinaria conferencia, fruto de un gran trabajo de investigación, y toda su permanente colaboración en nuestra labor cultural.
Vaya desde nuestras páginas nuestro agradecimiento y aprecio. En nombre de toda la Asociación A.F.García.
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