EL "CHAMBI", por Marco A. Santos Brandys
La palabra “chambi”
es muy conocida en el Levante en referencia al helado. Pero poca gente conoce
su historia y menos aún los que han llegado a conocer el auténtico chambi,
ya que desapareció hace años.
Fueron los americanos quienes
inventaron e industrializaron este helado de mantecado entre galleta y galleta
de barquillo, al que llamaron “sándwich”. Dado el aumento del turismo americano
en la península -particularmente en el Levante- y por tanto, la demanda de
estos “sándwiches”, los heladeros incorporaron este nuevo producto en sus
carritos, que con el tiempo -posiblemente por deformación fonética- derivó a la
palabra “chambi”, un elemento que entusiasma a jóvenes y adultos
-a unos por la novedad y el ser golosos y a otros por despertar recuerdos de
infancia- con el carrito de los helados o el carro del chambilero.
La palabra chambi,
viene como he dicho de la palabra “sándwich”, pero en aquella época, los
conocimientos del inglés entre la gente eran mínimos y por deformación, empezó
a llamarse así.
Y “chambi” empezó a llamarse al resto de los helados que vendía el chambilero como el cucurucho o la tarrina.
Para hacer el chambi se ideó una pequeña máquina metálica, un molde que incorporaba un muelle, un tirador y un mango, para calcular el grosor del corte de helado dependiendo de la petición del cliente. Se ponía una galleta, se llenaba de helado, se ponía la otra galleta y se servía.
Destacaba la ausencia de
plástico, pues el chambilero es anterior a su generalización. De ahí que los
vasos para las bebidas fuesen de cristal -lo que obligaba a la cliente a tomar
su bebida cerca del carro- y que las cucharillas para los helados fuesen de
cartón y las pajitas naturales. Si le faltaba helado, el niño que le ayudaba a
reponerlo era obsequiado/a con uno gratis.
La desaparición de este oficio tradicional se debió, en parte, a la aparición, venta y popularización de las primeras barras de corte de helado, así como al auge de los negocios de venta fija de helados, que poco a poco fueron sustituyéndolo.
- ¿Vamos a tomar un chambi?, decía mi amigo Antonio a
sus amigos al lado del Café-Bar.
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