miércoles, 24 de abril de 2019

ECO.45 EL "ROCE DE LAS CUERDAS" EN EL CABEZO DEL CASTELLAR

El "Roce de las cuerdas", en el Cabezo del Castellar, por Paco Acosta


El Cabezo del Castellar es uno de los muchos yacimientos arqueológicos de Mazarrón que se encuentra expoliado desde antiguo. Mis abuelos me contaban que un vecino, “arqueólogo aficionado”, a principios del siglo XX, había realizado excavaciones allí y había encontrado bastantes “piezas” que conservaba en su casa.

Y efectivamente cuando subes al Cabezo, te encuentras con multitud de trozos de vasijas de barro diseminados por toda su superficie. También se ven unos restos de lo que parecen cimientos de edificaciones, que podrían confirmar que allí hubo, en época romana, almacenes donde se depositaban ánforas de pequeño tamaño a juzgar por el grosor de las paredes de las vasijas.

Ahora bien, ¿tiene sentido almacenar algo en lo alto de un montículo de no fácil acceso? Sí, siempre que se tratase de los almacenes de un puerto para dar salida a algo bastante valioso, como pudo ser el muy apreciado “garum” de Mazarrón, incluso es posible que allí arriba hubiese alguna fábrica de salazones, próxima al puerto de embarque.

Si se observa con cierto detenimiento, es muy probable que el “muelle” de ese puerto se encontrase en la zona baja del cabezo, la que mira hacia la playa de El Castellar, hoy rebautizada por la avidez inmobiliaria como Playa Grande, nombre que, al parecer, tiene más atractivo turístico. El muelle está al abrigo de los temporales de levante y podría ser un buen fondeadero para pequeños barcos y gabarras. Lo que no “encaja” del todo es la poca profundidad que hay en la zona del posible muelle, ya que únicamente permitiría realizar la carga en barcos de muy pequeño calado.

Pues bien, si llegamos a la punta del Cabezo, en la roca que mira hacia el mar profundo, se pueden ver unas marcas muy pulidas, excavadas en la roca. Y esa punta es conocida desde siempre por los pescadores como “el roce de las cuerdas”. ¿Es posible que esas marcas hayan sido producidas por cuerdas? Probablemente sí, pero se trataría de maromas recias, de las que se utilizan para amarrar barcos grandes. Efectivamente el continuo roce de estas maromas con la roca por el vaivén de las olas moviendo los barcos atracados (la profundidad es allí importante), durante mucho tiempo, podría haber realizado estas erosiones, que llegan a profundizar varios centímetros en la roca.


Si no recuerdo mal, se pueden observar allí seis o siete acanaladuras de este tipo. Por tanto, si es cierta la hipótesis de que allí había un punto de atraque de barcos de cierto calado, es decir, barcos de gran tamaño, entonces resulta que el Cabezo del Castellar era un importante puerto desde el que el preciado garum de Mazarrón era embarcado en grandes navíos para su transporte directo, y rápido, a Roma. Vamos, algo similar a lo que ocurre actualmente con el atún rojo del mediterráneo, que es llevado en avión a Japón.

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