miércoles, 12 de abril de 2017

ECO 34. ¿NO SIEMPRE ES UN BUEN DÍA?



¿NO SIEMPRE ES UN BUEN DÍA?,  por Nuria Llerena

El ser humano pasa la vida buscando la felicidad, sentirse mejor y aunque muchas veces lo hace de forma inconsciente, emplea mucho tiempo en mejorar su calidad de vida. Desde pequeños competimos por ser los mejores en todo porque nos han inculcado que los mejores serán los primeros, serán los que tengan sueldos más altos, puestos de mayor responsabilidad,, mejores vidas… pero esto, ¿realmente es así?. Conozco muchas personas que han estudiado duro para encontrar el trabajo que querían, que tienen un buen sueldo, una buena casa y un coche fantástico y aún así, no son felices. Es evidente que para poder vivir en paz, necesitamos tener nuestras necesidades cubiertas, no solo las primarias, pero no siempre el tener más cosas hace que nuestra vida sea mejor. Cuanto menos tenemos, menos tenemos que preocuparnos por ello (que nos lo roben, que nos lo rompan, que un huracán se lo lleve...) por lo que, a veces, el no tener también tiene sus ventajas. Quizá haya llegado el momento de parar un instante y darnos cuenta de que pertenecemos a ese reducido tanto por ciento de seres humanos que habitan este planeta que tiene un plato de comida caliente cada día, agua potable y un techo bajo el que cobijarnos. Quizá también sea el momento de dar gracias por ello, porque esa también es una forma de hacernos conscientes de lo afortunados que somos.  


Y aunque nos propongamos a diario trabajar en nosotros mismos para ser un poco más felices cada día, “por desgracia” vivenciamos situaciones en las que es muy difícil sentir felicidad.

Todos pasamos momentos en la vida en los que la tristeza se adueña de la situación, momentos difíciles en los que la preocupación o el cansancio son los protagonistas. La vida fluctúa, es cíclica, los cambios de estación nos hablan de ello y nosotros, como seres vivos que somos, también cambiamos, crecemos, evolucionamos…; y para ello es necesario sentir todas las emociones. Aunque busquemos ser felices, es irremediable estar de vez en cuando tristes e incluso permitirnos pasar una temporada tristes, porque todas las emociones hacen su labor, en el fondo son buenas y hay que exteriorizarlas, no es conveniente que se queden dentro. Es tranquilizador hablar de lo que sentimos y de como nos sentimos; no pasa nada por estar tristes, por llorar, que desahoga mucho, lo importante es no quedarnos ahí, “enganchados” en la tristeza. Tenemos que hacer por normalizar la vida y encontrar la parte buena a ese suceso que nos ha desestabilizado, aunque a veces resulte difícil encontrarlo; cada vivencia tiene una parte positiva, un aprendizaje. Cada experiencia de nuestra vida va forjando nuestra forma de ser y la forma en la que la vivenciemos, la sintamos, la expresemos, hará que esas situaciones que no nos gustan, que nos hacen sufrir, pasen de forma más suave, sacando la enseñanza, para de esta forma poder decir, con conocimiento de causa que:
Sí, ¡Siempre es un Buen día!

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