EL SER HUMANO ACTUAL -PRODUCTOR CONSUMIDOR- (VI), por Eladio Chávarri filósofo [1952-2002] en estudio y comentario de Baldomero López Carrera, filósofo.
Entregas anteriores en nº 66, nº 67, nº 68, nº 69 y nº 70
Función terapéutica: cada modelo de ser y hacerse hombre pretende curar las inhumanidades causadas por otros modelos
Todo
estilo de vida o modelo humano aspira siempre a curar (terapia) las
inhumanidades creadas por otros modelos. Los ilustrados europeos, por ejemplo,
pretendían sanar con el estilo de hacerse hombre ilustrado todas las
inhumanidades y todos los sufrimientos que habían causado los estilos de
hacerse humanos anteriores.
El
nivel
de vida de un país se mide únicamente por la capacidad de consumo
que tienen sus ciudadanos. Nadie parece dudar de que el consumo sea ahora el nuevo
dios que nos va a liberar de todas nuestras calamidades. No entendemos
que Cristina la hija del multimillonario Onassis tuviera depresiones y que
dijera: “soy tan pobre que solo tengo dinero”.
Continuamos las funciones de humano e inhumano señaladas en la diapositiva anterior
Función de dar cohesión al conjunto de los valores y de las experiencias
Frecuentemente consideramos a los valores y las experiencias como disgregados unos de otros, como autónomos. Pero no es así; cada modelo humano da una gran cohesión a todas las experiencias que se viven dentro de él, de tal modo que todas están perfectamente engarzadas en las demás.
Los
valores biopsíquicos y económicos fueron muy despreciados en la cultura europea
por filósofos, teólogos, moralistas y místicos. Siempre se ha creído que solo
los valores morales, religiosos y sociopolíticos eran capaces de dar cohesión
al resto de los valores. Pues bien, en el pasado siglo veinte ha aparecido un
estilo de vida fundamentado en los valores biopsíquicos y económicos. De
momento, en occidente, el modelo humano de la sociedad de consumo ha creado una
conexión entre las naciones jamás conocida antes.
Función de dar orientación y sentido a la vida en general
a) La vida depende de estar bien orientados
Es
muy probable que las primeras actividades humanas que recibieron la
calificación de “horizontes de sentido” fueran los movimientos en el espacio
vital humano. La vida del nómada (las relaciones con el medio, el sustento
diario, la protección, la comunicación con otros grupos más próximos y lejanos,
etc.) dependía de estar bien orientados en el espacio (orientar = oriente = oriens o lugar por
donde sale el sol). Por ello, la orientación y el sentido espacial de
sus movimientos eran al mismo tiempo orientación y sentido de la vida. Hallarse
perdido en el espacio vital casi equivalía a hallarse perdido en la vida.
(continuará)
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