Nuestro Mar Menor y La Manga, por A.F.García
Si se
estudia a fondo el problema y se buscan soluciones a medio y largo plazo, lo
del Mar Menor ¡tiene solución!. Lo que ha sucedido era de esperar, fruto de
graves y grandes errores, que se deben corregir de raíz, no parchear, tapando
el agujero para que no se vea.
Hay que empezar, ¡pero ya! a cortar
radicalmente los vertidos y filtraciones y, simultáneamente, realizar un serio,
completo y profundo proceso de saneamiento. Apliquen medios humanos, técnicos y
materiales.
Es posible. En las playas de Poniente, que yo
llamo Bello Rincón, ha sido posible hacer un alcantarillado y desembocarlo en
una planta depuradora.
Lo que ahora sobra y no procede de ninguna manera
es buscar culpables y responsables: económicos, cuanto más poderosos; políticos,
cuanto más cercanos; sociales, personas irresponsables en sus vertidos.
El dinero fácil y rápido junto con la
comodidad, son los motivos móviles de estos desastres: las explotaciones
mineras de Portman y La Unión; ambición urbanística descontrolada e
irresponsable…, graves errores que nos dejan terribles consecuencias.
Lamento que no haya servido de ejemplo la
genialidad del ilustre ingeniero cartagenero Ricardo Codorníu, que en la
Reserva Natural de Sierra Espuña nos ha legado un maravilloso modelo creativo
de flora y fauna que nos sorprende, admira y supone un grato refugio para quien
ama la naturaleza.
La Manga tiene un futuro muy oscuro, sobre
todo si el cambio climático evoluciona como lo está haciendo. Aquel liberalismo
urbanístico con el que se construyó en las décadas 60 - 70 no se podría
desarrollar en las actuales condiciones de la UE.
En este objetivo de salvar nuestro suelo,
nuestro clima, nuestros ríos y madera tenemos que comprometernos todos: poderes
políticos, económicos, socioculturales y los simples ciudadanos de a pie.
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