miércoles, 8 de diciembre de 2021

ECO.63 EXCURSIÓN A GUADALEST

Excursión a Guadalest, por A.F.García

El 25 de septiembre la Asociación Recreativa, Deportivo y Cultural hizo su primera excursión después de la pandemia COVID. En realidad, fue retomada una aplazada por el Decreto de Alarma de 14 de marzo de 2020.

Por la premura de llegar pronto a Guadalest y poder estacionar un bus grande abreviamos nuestra visita a Polop, renunciando a algunos de sus encantos como las murallas medievales. En cambio, admiramos la Fuente de los Chorros, Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO y nos conformamos con el exterior y el busto de la Casa Museo de Gabriel Miró, el autor de "Años y Leguas".

Efectivamente, nuestro autocar hubo de esperar vez para estacionarse y con nuestro guía al frente empezamos el recorrido en el tradicional lavadero público de las vecinas.

Desde allí, siguiendo un bello recorrido, ascendimos al túnel, seguimos por una calle empedrada hasta la plaza de san Gregorio y el Mirador, donde admiramos la bella panorámica y tomamos fotos.

En retroceso, parte entró a la Casa Orduña y ascendió hasta el Castillo; otros visitamos y admiramos el Museo Etnográfico. Aunque no pudimos tomar fotos, nos dejamos impresionar por la complejidad y abundancia de detalles de un hogar en el campo: algunos animales domésticos: la prensa de la uva y sus accesorios, la de la aceituna y los suyos, los telares, los cedazos de los cereales… Vale la pena ver, descubrir cómo vivían nuestros antepasados.

Nuestro guía, Emilio Pérez, amable, culto, desenvuelto, muy orgulloso de su labor, demostraba conocer bien el entorno y manifestaba que Guadalest sería el pueblo más visitado de España en proporción al número de habitantes. Creo que no estaba equivocado. La localidad hervía de gente.

Aunque quedaban museos y tiendas por ver, yo me terminé alegrando de que el Restaurante Nou Salat estuviera a las afueras para comer tranquilos, sin agobio de gente alrededor y pudiendo admirar el entorno natural. Me gustó, además, que el menú típico lo compusieran media docena de platos variados, sanos, bien cocinados y servidos con puntualidad. Tal vez, algunos de los compañeros hubieran preferido comer en el casco urbano.

Al casco urbano volvimos por la tarde por un espacio máximo de dos horas. Algunos pudimos comprar algo y sobre todo ver algo que no había podido por la mañana. El Museo de los Belenes, donde, como no era posible tomar fotos con flash, le pedí a la responsable que lo anulara y repusiera al final. Así me traje conmigo la mayor parte de los belenes en fotos.


Fotos en Polop




Fotos en Guadalest
















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