miércoles, 8 de diciembre de 2021

ECO.63 NUESTRAS LECTURAS: "LA FIESTA DEL CHIVO"

NUESTRAS LECTURAS:  "La Fiesta del Chivo", por A.F.García


Mario Vargas Llosa nacido en Arequipa (Perú) 1936, ha escrito muchas obras y relatos y ha obtenido El Premio Cervantes, el Premio Príncipe de Asturias de las letras y el Premio Nobel de Literatura en 2010. Publicó esta obra en el 2000.

En estas 518 páginas en XIV capítulos Vargas Llosa los distribuye entre tres tipos de personajes:

El Dictador Trujillo y sus colaboradores; los conspiradores; y Urania. Ésta empieza la novela y la finaliza tratando de dar respuesta a las preguntas con las que los editores encabezan la contraportada:

¿Por qué regresa Urania Cabral a la isla que juró no volver a pisar? ¿Por qué sigue vacía y llena de miedo desde los catorce años? ¿Por qué no ha tenido un solo amor?”.

Trujillo, formado con los marines de manera brillante desea mantener esa disciplina hasta el final en una especie de superhombre, superior a todos los que le rodean.

¿Mantiene esa superioridad a los 70 años o tiene que fingir? “Había aceptado que la hijita del senador Agustín Cabral viniera a la Casa de Caoba solo para comprobar que Rafael Leónidas Trujillo Molina era todavía, pese a sus setenta años, pese a sus problemas de próstata, pese a los dolores de cabeza que le daban los curas, los yanquis, los venezolanos, los conspiradores, un macho cabal, un chivo con un…, por su próstata, por su… muerto, por tener que tirarse a las doncellitas con los dedos, como le gustaba a Petán”. Al final, llega a lo que censura en su hermano (Petán). Él, que había empezado la velada como un educado y hábil seductor.

Uno se pregunta por qué necesitaba esta vileza para sentirse seguro.

Sus armas eran el miedo, el culto a la persona y la rotación o cambios imprevisibles entre sus colaboradores; ninguno podía sentirse seguro.

El único que se comunicaba a diario con él, sin cita previa, era Johnny Abbes, su esbirro, el que le hacía el trabajo sucio, e incluso iba más allá que su jefe.

El eficiente y sumiso Chirinos -siempre en la órbita cercana al dictador, ocupando sucesivamente cargos de confianza-.

Joaquín Balaguer -Presidente de la República, bajo las órdenes de Trujillo-, el hombrecito, que a la postre resulta el más hábil y capaz. 

 

Había habido más de un intento de eliminar al dictador, que había reprimido con dureza y crueldad; eso había hecho reaccionar a la OEA y, sobre todo, a Estados Unidos, que da un giro de 180º e indirectamente apoya a los conspiradores y, bajo la presidencia de Kennedy, espera una transición a la democracia y el respeto de los derechos humanos.

La conspiración seguía latente. Y, salvo 7 hombres armados, que, apostados en dos vehículos separados, esperaban a Trujillo esa noche de 30 de mayo, haciendo el trayecto, desde Ciudad Trujillo a la Casa de Caoba.

Nadie sabía nada salvo estos siete: 4 en un chevrolet en dirección a la Casa de Caoba y tres en un cadillac en dirección contraria poco más allá. El chevrolet sale en persecución del coche del Chivo al que alcanza en el Km 9 y en una maniobra de adelantamiento abaten al Dictador.

No mucho antes había dejado duramente embarrado y humillado a “Pupo” Román, jefe de las Fuerzas Armadas. Un subalterno hace que un todoterreno le lleve a su casa.

Esto rompe la coordinación, porque da orden de que se cierre la base, donde debe llegar el vehículo con el cadáver de Trujillo para que Román lo vea y actúe en consecuencia, que es hacer efectivo su mando al frente de una Junta Cívico Militar y desactivar el SIM (servicio de inteligencia militar).

Realmente, hace llamar a los altos mandos del ejército y éstos acuden a la base, pero no hace lo que esperaban de él. Da orden de que permanezcan acuartelados. A partir de ahí, actúa desorientado, haciendo lo contrario de lo que debiera hacer, para su persona, para sus amigos y para la república.

Balaguer no acude a la base, sino al Palacio Nacional como Presidente. Allí encuentra a los familiares de Trujillo llenos de rabia y manejados por Johnny Abbes. Le esperan el Nuncio del Vaticano y el cónsul de USA, porque miembros del SIM han entrado en el Colegio de Santo Domingo, han maltratado a las monjas y detenido al obispo Reilly.

Consigue mantener su serenidad y condición de Presidente de la República en este caso y otros no menos difíciles, incluso con Ramfis -hijo del Dictador-, que acepta a cambio de mantener el control de la Seguridad y de las Fuerzas del Estado.



La serenidad y habilidad de este pequeño hombre le permite avanzar por etapas.

1º Preside un solemne funeral de Estado al Dictador muerto, con panegírico.

2º Interviene en la ONU, anunciando una nueva democrática para la República Dominicana:

3º Ramfis se retira a su vida licenciosa en París, después haber vengado duramente la muerte de su Papi.

4º Con la asistencia del cónsul de USA y la presencia de la 2ª flota en el puerto logra desarmar y hacer salir a Johnny Abbes y a los hermanos de Trujillo, Petán y Negro. Contando con Chirinos, como Presidente del Senado, proclama una amnistía general y una nueva época.

Urania Cabral se despide de su tía y primas con deseo de mantener correspondencia por ambas partes.


No hay comentarios:

Publicar un comentario

Se ruega NO COMENTAR COMO "ANÓNIMO"