jueves, 18 de septiembre de 2025

ECO.86 DERECHOS HUMANOS (XXVI)

 

Derechos humanos (XXVI), por A. Fernández García

(continuación del comentario al Artículo 25)

 

Buenos días, Antonio: Espero de corazón que hayas tenido un buen verano. El nuestro no ha sido fácil. Hace unos días te escribía para compartir contigo una noticia increíblemente dolorosa: la hambruna había sido declarada oficialmente en la Gobernación de Gaza. 

Hoy me gustaría explicarte, con más detalle, qué significa esto y por qué es tan grave. La verdad es que para que se declare hambruna deben cumplirse unas condiciones muy específicas, tan extremas y terribles que rara vez llegan a darse. Para que te hagas una idea de la magnitud del sufrimiento: es la primera vez en la historia de Oriente Medio que se cumplen las condiciones necesarias para declarar hambruna. Hace un par de semanas, Antonio, cruzamos esa línea. Otra más. Para que se reconozca oficialmente la existencia de hambruna deben superarse dos de estos tres umbrales críticos: 

Al menos el 20% de la población debe sufrir escasez extrema de alimentos. Al menos el 30% de los niños y niñas debe sufrir desnutrición aguda. Dos de cada 10.000 personas -cuatro si hablamos de niños y niñas- deben morir cada día como consecuencia de la inanición y las enfermedades que provoca. Hablamos de PERSONAS. Con nombre, rostro e historias que contar… Cada cifra es una vida interrumpida, Antonio. 

Una madre que no verá crecer a su hijo. Una mano que no encontrará quien la sostenga. Una risa que no estallará de nuevo. Vidas que aman, que sueñan. Igual que las nuestras. Y cada una de ellas importa. La hambruna, Antonio, no solo tiene que ver con la falta de alimentos. Es el colapso absoluto de todo lo necesario para la supervivencia humana. Y no aparece de repente. 

Es el resultado de un proceso lento y cruel: primero se destruyen las infraestructuras y los sistemas alimentarios, luego se agotan las reservas y se dispara el precio del pan, después las familias se ven obligadas a saltarse comidas y empiezan a rebuscar entre la basura, a pelear por un puñado de harina, a mendigar. Y cuando la dignidad se quiebra y el silencio se apodera de los cuerpos sin fuerzas siquiera para llorar, la muerte comienza a extenderse por todos los rincones. 

Esto, Antonio, es lo que está ocurriendo en Gaza. Y no es accidental. Por eso, no basta con compadecerse. Tenemos que seguir hablando, gritando, presionando, exigiendo. El alto el fuego y el acceso humanitario son la única opción. La suya y, por tanto, la nuestra. Aunque duela leerlo, aunque incomode decirlo: el silencio también mata. Por eso, no tengas ninguna duda de que tu voz, tu compromiso y tu lucha están marcando una diferencia real para miles de personas. Y lo seguirán haciendo. 

Gracias por unir tu voz a la de UNRWA y mostrar tu apoyo a Palestina.

 

Con cariño, 

Cristina y el equipo de UNRWA.”

 

UNRWA es la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina en Oriente Próximo (United Nations Relief and Works Agency for Palestine Refugees).

 

Considero que esto es lo más actual y grave a nivel mundial frente a los derechos expresados en este artículo 25.


(continuará)






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