EL ECO DE LA TORRE

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B. Restaurante Villamares
Café Bar El Ancla
Chiringuito La Cangreja -La Azohía-
Farmacia Martínez García –Isla Plana-
EL ECO DE LA TORRE
(continuación)
Artículo 23
1.
“Toda persona tiene derecho al trabajo, a la libre elección de su
trabajo, a condiciones equitativas y satisfactorias de trabajo y a la
protección contra el desempleo.”
Si tener un trabajo parece una utopía en el mundo
actual cuanto más lo es el poder elegir aquello que nos gustaría más.
La presión ha existido siempre, desde muy antiguo;
pero creo nunca se llegó a la presión que se ejerce desde África, especialmente
desde El Sahel, hacia Europa y desde la América Latina hacia Estados Unidos.
Las zonas muy pobladas con pocos recursos, desde muy antiguo dan lugar a
procesos migratorios. ¿No dará lugar a ello en la India?
España durante casi dos siglos ha sido un país de emigrantes.
Desde la Guerra de la independencia frente a Napoleón hasta la implantación de
la Dictadura del general Franco hacia Hispano América. Desde 1940 la emigración
se fue dirigiendo hacia Europa, que en la década de los sesenta llegó a
acercarse a los tres millones, lo que supuso una significativa ayuda para la
recuperación de la economía de nuestro país. Durante el siglo XXI empieza ser
un país de inmigrantes superando los 5 millones en los años 2007 y 2008.
Actualmente, se da la paradoja de que el número de
trabajadores extranjeros y el número de parados españoles se acerca a los tres
millones.
En lo que se refiere a condiciones equitativas y
satisfactorias de trabajo diríamos que la evolución es positiva y que la
protección contra el desempleo ha alcanzado un hito histórico.
Si el poder elegir el empleo o trabajo deseado es
harto difícil, aún es más difícil lograr que se den unas condiciones
equitativas y satisfactorias, no sólo en nuestro país sino también en la mayor
parte de la humanidad.
(continuará)
(continuación)
Artículo 41. Seguridad Social
“Los poderes públicos mantendrán un régimen público de Seguridad Social para todos los ciudadanos, que garantice la asistencia y prestaciones sociales suficientes, especialmente en caso de desempleo. La asistencia y prestaciones complementarias serán libres.”
En nuestro país ha existido y se
ha aplicado desde hace décadas un régimen de Seguridad Social que se ha ido
perfeccionando según avanzan los años. Podemos asegurar que nuestra sanidad
figura entre las mejores de Europa. Ahora bien, debemos reconocer que hay
limitaciones, especialmente en las listas de espera cuando se trata de la
atención de un especialista o de una intervención quirúrgica.
Por otra parte, al estar
adjudicada a las Administraciones Autonómicas, se producen diferencias y
problemas a la hora de una adecuada coordinación. Sin olvidar las preferencias
por asistencia pública o privada según quien rige en esa comunidad. Ambas pueden
coexistir, según nuestra Carta Magna, siempre que se salve el derecho humano de
la equidad de la asistencia y el trato.
En cuanto a prestaciones sociales
suficientes en situaciones de necesidad parecían avanzar muy bien, acaso en el
mejor periodo de la historia; pero, precisamente esta semana, en una votación
adversa para el Gobierno, se han venido abajo el salario mínimo
interprofesional, la subida de las pensiones según el IPC y las subvenciones al
transporte público. Tres reveses de gran calado social, ¿una postura de fuerza
frente al Ejecutivo para hacerle ver su debilidad? ¿habrá alguna
reconsideración en las próximas semanas? Dios lo quiera.
Artículo 42. Emigrantes
“El Estado velará especialmente por la salvaguarda de los derechos económicos y sociales de los trabajadores españoles en el extranjero y orientará su política hacia su retorno”.
España ha sido un país de
emigrantes: la mayor parte del siglo XIX y casi todo el siglo XX. Ahora
llevamos casi tres decenios de descenso de la natalidad y necesitamos empleados
en casi todas las ramas de trabajo, de producción: el campo, la hostelería, la
construcción, especialistas cualificados en los tradicionales oficios.
Eso nos tiene que hacer
reflexionar sobre la inmigración y la poco explicable xenofobia. Eso no quiere
decir que no se deba controlar y regular adecuadamente con una legislación
humana y justa.
Artículo 43. Protección a la
salud
1. “Se reconoce el derecho a la protección de la salud”.
Al derecho yo añadiría el deber.
El derecho hace referencia básicamente al sistema sanitario, a quienes lo
dirigen y también quienes lo ejercen: las largas listas de espera puede dar
lugar a que un paciente en situación grave no llegue a la urgente intervención
o simplemente no se le descubra a tiempo; he podido saber que alguna
persona cercana no le descubrieron el mal de fondo mientras le estaban
atendiendo un mal menor; un cáncer de hígado mientras le preparaban para una
operación de cadera; un tumor cerebral después de más un año de observaciones
por problemas de vista y de niveles de glucosa; una médico de cabecera que
despacha a un paciente con un jarabe cuando necesita una operación urgente de
apéndice y muere horas después de una peritonitis.
Los fallos también pueden proceder de la persona, que no se observa periódicamente o no lo hace cuando tiene los síntomas de algún mal: un compañero docente acude al médico cuando los demás le insistimos por su tos. Acude y le queda una semana de vida. Aunque soy profano en medicina, pienso que las sorpresas nos las damos nosotros por nuestro descuido, acaso en mayor proporción que las que nos las da nuestro organismo. No nos descuidemos en someternos a alguna observación. Lo dice uno que está vivo gracias a las atenciones médicas.
(continuará)
NO me gustan los malos Decretos Ómnibus. Creo que un Decreto Ómnibus únicamente se debería emplear en casos muy excepcionales, y tras haber obtenido un consenso de la mayoría de los parlamentarios, en sus diferentes apartados -mejor sería decir en todos sus apartados-. Un decreto ómnibus es un tipo de real decreto-ley que incluye un conjunto de medidas de diferentes ámbitos legislativos. Su característica principal es la heterogeneidad de su contenido, agrupando reformas que no guardan relación entre sí. Otra característica de este tipo de decretos es que responden a una necesidad urgente. Tras ser aprobado su contenido en un Consejo de Ministros, deben ser convalidados por el Congreso en el plazo de un mes. Opino que si existe urgencia por aprobar algo, lo más conveniente, si no se tiene el respaldo de la mayoría del Congreso, -es decir, si no se tiene consensuado de antemano el que el real decreto vaya a salir-, repito, si no se tiene asegurada la mayoría, lo más conveniente -y rápido- es fraccionar el contenido del Decreto ómnibus en temas homogéneos, y llevar al Congreso para su aprobación los correspondientes Decretos-Ley. De esta forma se podría centrar el debate parlamentario en cada reforma individual, y conocer la opinión concreta de cada grupo. ¿Es esto tan complicado?
No me gustan los malos Decretos Ómnibus. Entiendo que un mal decreto ómnibus es aquel que contiene algunos apartados aceptables por todos, o por la mayoría, (y aquí no me estoy refiriendo únicamente a los que lo van a respaldar –o no- en el congreso, sino a lo que puedan opinar los ciudadanos) junto con otros que dan lugar a opiniones fuertemente encontradas. Estos malos decretos ómnibus, deberían ser llamados por el vulgo “Decretos-trampa”. Te los tienes que tragar enteros, aunque no sea necesario… Dicho de otra manera, algo más suave: pretenden que los parlamentarios aprueben medidas inaceptables junto a otras que puedan considerar necesarias. Y, por si no queda suficientemente claro lo que quiero decir: un mal decreto ómnibus (un decreto-trampa) es un único paquete legislativo que obliga a aceptar reformas con las que no se está de acuerdo. Son como una especie de chantaje. Si quieres algo, acepta lo que te propongo -o exijo-… Si se opta por aprobar, “te tragas las espinas del pescado”; pero si se opta por rechazarlo, “se va a tirar a la basura un plato de pescado tan rico…”. La solución, desespinar el pescado, o lo que es lo mismo, separar los lomos, la hijada, la cabeza y la raspa… Y que cada uno coma lo que quiera. ¡Los gatos se lo comen todo! Pero no todos somos gatos… Se entiende, ¿verdad?
No me gustan los Decretos Ómnibus. Ni siquiera los “buenos”. Ya he dicho antes que podrían ser aceptables en casos de máxima urgencia. Pero no me gustan. Son como los medicamentos de mal sabor. Si hay que tomárselos, se toman,… pero no gustan. Los gestores de la cosa pública están ahí para, en lo posible, adelantarse a las necesidades de los ciudadanos. Y para ello tienen que saber lo que es conveniente para la mayoría, y tienen que consensuar las medidas que crean necesarias para el bienestar de “todos”. (Este todos tiene un matiz algo más complicado, diría que imposible de conseguir, pero creo que se me entiende). Al menos se debería exigir el que gobierno y oposición se pongan previamente en contacto, se identifiquen los puntos de posible acuerdo, -y los de discrepancia-, como debe ocurrir en cualquier negociación… O ¿es que se utiliza un Decreto ómnibus, para hacer patente que el único que puede opinar es el que lo emite? ¿No sería más conveniente plantear los temas a debatir en forma de Proposición de Ley? Efectivamente eso lleva un trámite parlamentario más lento, pero permite el que se planteen enmiendas, correcciones, mejoras de la letra de la ley…
No me gustan….
Parafraseando a Tip y Coll, “y
la próxima semana, ¡hablaremos del Gobierno!”
(continuación)
Sin embargo, antes de seguir con
los ejemplos concretos parece oportuno decir que nuestro Congreso no contó con
sede estable hasta 1850. Se impuso la itinerancia hasta esa fecha y cabe
preguntarse ¿cómo iba a haber “seguridad” tratándose en nuestro caso, por casi
cuarenta años exactos, de un Parlamento itinerante, de unas Cortes que
se reunían en iglesias, o en teatros…?34 ¿Cómo proteger a un
Parlamento que desconocía dónde iba a celebrarse la siguiente sesión de Cortes?
Sus enemigos tenían fácil el acceso a esas posibles futuras reuniones.
Hay, no obstante, un dato que puede contrarrestar lo anterior: la protección, dotaciones de gente armada cuyo estudio serio está en nuestro caso por hacer, tendrá una nueva digamos que configuración de origen. Dice con todo acierto GARCÍA VENERO que “una de las medidas más revolucionarias y trascendentales de las Cortes de 1810, fue la de abrir las puertas de las Academias militares y, por tanto, las del Ejército a todos los españoles”35, dado que anteriormente estaba reservado tal acceso a la nobleza. Es momento en que las Cortes proclaman su soberanía, su dignidad igual que el Monarca, quizá por eso no pueden estar servidas “sólo” por los nobles asentados en los Ejércitos, sino por el conjunto de la Nación. Repugnaría que fuera de otro modo, una vez cambiado el rol o status del Parlamento. Recuérdese, además, que es un Parlamento no centralizado, huido, atacado por tropa extranjera o invasora del territorio español.
Y así se enlaza con los dos
episodios ulteriores, que distan entre sí 107 años, pues uno fue en enero de
1874 y el otro en febrero de 1981. Son acaso de los más conocidos de asaltos a
Parlamentos, y sus imágenes, por litografías o por fotos y videos, están en la
memoria de todos.
Sabido es que el general Manuel Pavía, capitán general de Castilla Nueva, protagonizó un ataque al Congreso de los Diputados el 3 de enero de 1874. Tropa armada y a caballo profanó esta sede parlamentaria cuando se estaba tramitando en ella el procedimiento de otorgamientos de confianza al Presidente Emilio Castelar o, para mayor precisión y dada la negativa del mismo a continuar en el cargo, de elección de persona que lo sustituyese. La situación de España era casi laberíntica: Amadeo I había abdicado un año atrás, el 11 de febrero de 1873. Disensiones intestinas etc., descontrol republicano, caldo de cultivo propicio para los partidarios del “solo el orden militar es orden”, podríamos decir.
Figueras (depresivo, aquejado de
dolencia anímica tras el fallecimiento de su mujer, y temeroso de un golpe de
Estado) huye a Francia. Le sucede Pi y Margall, que trata de derrotar a los
carlistas (tercera guerra carlista). Se sublevan dentro de las Cortes los
intransigentes y el Presidente abandona el cargo y es entonces cuando se
proclaman los cantones. Le sustituye Nicolás Salmerón que trata de imponer el
nuevo “imperio de la Ley” para restablecer el orden; entre otras cosas dotó
30.000 plazas nuevas de guardia civil. Dimitió para no firmar sentencia de
muerte de varios soldados acusados de traición. En septiembre de 1873 las
Cortes eligen a Castelar, que pide medidas extraordinarias para acabar con la
guerra carlista y con la rebelión cantonal.
De hecho bombardeó Cartagena con
resultado al menos de doce muertos y centenares de heridos.
Las Cortes se reabrieron el 2 de
enero de 1874. Pavía había pedido a ciertos de sus mandos que se reuniesen en
una casa contigua al Congreso. Al anunciar Salmerón que retiraba su
apoyo a Castelar: “perezca la República, sálvense los principios”; frente a
ello Castelar clamaba por una “República posible”, sosteniendo que los intentos
de constituir una República Federal se habían quemado en Cartagena. Castelar
sale, en la cuestión de confianza, derrotado por 100 votos a favor y 120 en
contra. Castelar dimite. Los otros tres ex Presidentes Republicanos proponen
que lo sustituya el diputado Eduardo Palanca Asensi. Es entonces cuando
Pavía desencadena su plan violento contra el Congreso y comunica al Presidente
del Congreso, Salmerón, la orden de disolución de Cortes y el desalojo del
edificio en 5 minutos. La guardia civil, que custodiaba el edificio, se puso a las
órdenes de Pavía. Este decía actuar -ocupar el Congreso- “en nombre de la
salvación del ejército, de la libertad y de la patria” y atendiendo a su “deber
de español y de soldado”. El sexenio democrático acaba, pues, entre botas
militares, las de los asaltantes y las del beneficiario de ello, el general
Serrano.
Y el resumen de tales años no
deja de ser proteico, multiforme36: una monarquía, dos formas
distintas de república, dos Constituciones (la de 1873/74 no llegó a regir),
una guerra colonial, dos guerras civiles y una incesante contradanza de Juntas,
excesivo contenido para tan solo seis años de historia política.
El otro asalto -por desgracia,
mundialmente conocido- se produce el 23 de febrero de 1981. De él hay algunas
fotografías y un trozo de video con imágenes sacadas del directo (no se ofrecía
como tal la sesión, pero sí se tomaban imágenes de la misma en directo) que
emitía Radio Televisión Española. Poco más tendríamos que añadir. Acaso una
importante similitud con cuestiones que ya han sido analizadas o recordadas en
las páginas precedentes: se trataba de que una tropa armada a cuyo mando
figuraba un mero teniente coronel de la guardia civil asaltase el Congreso para
que éste no pudiese finalizar el procedimiento de relevo en la Presidencia del
Gobierno tras la renuncia, días atrás, de Adolfo Suárez, trama que estaría -o
no, según las versiones- inserta en otra o en varias y en las que habría otros
implicados, militares o civiles.
Hay quien sostiene que Tejero
se inspiró, como modelo a seguir en la toma del Palacio Nacional de Managua
por el comandante sandinista Edén Pastora que tuvo lugar el 22 de agosto de
1978. Ese suceso se conoce como “Operación chanchera”, que es el nombre
popular del episodio consistente en la toma de forma violenta por un comando
guerrillero del Frente Sandinista de Liberación Nacional del Palacio
Nacional de Nicaragua, hoy Palacio de la Cultura, el 22 de agosto de 1978,
cuando el Congreso Nacional celebraba una sesión. La denominación formal era
Muerte al Somocismo, y aceleró la caída del gobierno de Anastasio Somoza
Debayle. Pastora, el Comandante Cero, la denominó “Operación chanchera”, ya que
se veía popularmente a los miembros del Congreso Nacional como chanchos
y por ende el Palacio Nacional como una pocilga. El desprecio al
Parlamento, tanto el de 1978, como el de febrero de 1981, es proverbial.
(continuará)
34 Vid mi libro En un lugar de las Cortes … El
Congreso: trashumancia, nomadismo y destierro hasta lograr sede fija en Madrid
en 1850, Congreso de los Diputados, Madrid, 2009.
35 Maximiano GARCÍA VENERO, Historia del
Parlamentarismo español (1810-1833), Madrid, Instituto de Estudios
Políticos, 1946, pág. 307.
36 Vid, JOVER ZAMORA, José María, GÓMEZ-FERRER, Guadalupe
y FUSI AIZPURÚA, Juan Pablo, España: Sociedad Política y Civilización
(Siglos XIX y XX), Debate, Madrid, 2001, pág. 201. Vid también FONTANA,
Josep, La época del liberalismo, vol. 6 de la Historia de España,
dirigida por él y por Ramón VILLARES, Crítica-Marcial Pons, Barcelona, 2007.
VILCHES, Jorge, La primera República 1873-1874, de la utopía al caos,
Espasa, Barcelona, 3ª edición, 2023.
En los últimos tiempos no paro de
leer sobre las diversas formas existentes de feminismo. En los periódicos,
quiero decir. Es algo que me ha sugerido una idea, la de que vivimos unos tiempos
en que la búsqueda de una identidad no sólo sexual, sino de género, preocupa
mucho a la vertiente más intelectual de nuestra sociedad. El Mundo de hoy,
concretamente, publica un denso artículo encabezado por la sentencia ‘Las
mujeres tienen más poder del que creen, su vulva gobierna el mundo’. Lo firman
un hombre y una mujer, o un varón y una hembra, de modo que no deberíamos
sospechar de algún sesgo de género. A mi juicio es interesante, así que
recomiendo leerlo pese a que a veces resulte algo difícil de seguir, cosa que
se pone de manifiesto al recopilar los términos, no sé si sociológicos o
simplemente intelectuales, de los que se sirven los redactores para transmitir
sus ideas. Estos son, entre otros, FDS o Female Dating Strategy, Manosfera,
Cosificación, Machoverso, Hembraverso, Femesfera, Feminismo Mainstream,
Tradwives, Femcels, Feminismo Reaccionario, Feminismo Mayoritario, Transfobia,
Feminsmo Esencialista, Feminismo Culpabilizador, Feminismo de Girlboss, Lego de
Carne, Feminismo de Izquierdas, #PrincessTreatmentOnly, Masculinidad Tóxica y
Feminismo Derechista. Los autores, además, consiguen abrumarnos (al menos a mí)
citando un elevado número de personajes importantes en este asunto, no sé si
por ser sociólogos, sexólogos, influencers, tiktokers o profesores. Estos son,
y espero no dejarme a ninguno, Nuria Alabao, Mary Harrington, Helen Lewis, Jill
Boyce Kay, Lize Dzjabrailova, Emiliano de Cristofaro y Rocío Bueno, cuya presencia
en el texto me ha hecho pensar que al no sonarme uno solo de ellos sin duda
vivo desconectado del mundo mundial.
Tras leerlo, un par de veces
porque a la primera es difícil que se te fijen las ideas dado que no trata de
algo en lo que piense todos los días, he recordado mi experiencia profesional,
de muchos años de trabajar con mujeres. Unas veces eran mis superiores, otras
mis iguales y otras mis subordinadas. He contratado a muchas y despedido a más
de una, he promocionado a no pocas y alguna hubo que me dejó plantado para irse
a otro departamento, o a otra empresa. No sabría decir con cuántas habré
trabajado a lo largo de mi vida, pero bien pueden ser más de doscientas. No
sólo he trabajado con mujeres, debo advertir. Los hombres habrán sido muchos
más. El conjunto de todo esto me ha permitido sacar alguna conclusión. La
principal es que, a igualdad de formación (intelectual, académica,
profesional), una mujer es tan competente como un hombre. Una segunda
conclusión, algo más sesgada, es que cuando he debido seleccionar una persona
para un puesto que implicara esfuerzo, compromiso, superación y saltar por
encima de las dificultades, me ha ido mejor eligiendo mujeres. La causa es clara:
en el mundo laboral español los hombres no deben vencer dificultades originadas
por su género. A las mujeres, en cambio, la sociedad les obliga a superar
infinidad de zancadillas, trabanquetas y prejuicios no sólo viriles, sino a
veces de otras mujeres. Eso hace que cuando llegan a una entrevista para un
puesto que requiera una férrea determinación lleguen muy entrenadas, porque la
vida les ha obligado a desarrollarla, mientras que a sus iguales machos eso no
les pasa, o no les suele pasar. Dicho en términos militares, a ellos el valor
se les supone, pero ellas han tenido que demostrarlo previamente. Una tercera
conclusión, menos relevante y quizá un pelín frívola, es que suelen tener un
mejor trato, y que además tienden a oler mejor. Supongo que a eso se debe que
durante los últimos años de mi vida profesional haya contratado más mujeres que
hombres y haya despedido más hombres que mujeres, pero no en números tan
grandes que sean significativos.
Un punto más: en lo que he podido
ver, en mi trato más o menos continuado con mujeres profesionales que hacían
muy bien su trabajo, las consideraciones feministas les daban de lado. En
general, con alguna excepción, les interesaba el tipo de trabajo, lo que se
esperaba de ellas, las oportunidades de promoción y la compensación económica.
Si en alguna reivindicación eran constantes, y según creo lo siguen siendo, es
en que a igual trabajo, igual paga. Una filosofía que, a título de curiosidad,
dejó establecida para la posteridad el ATA (Air Transport Auxiliary), nada
menos que en 1940, en los más feroces días de la Batalla de Inglaterra. Al
final va a resultar que el feminismo bien entendido, el de vérselas todos los
días con la Luftwaffe, toda ella de machos, lo alumbraron 168 aviadoras
británicas.
No
hace mucho comentábamos las posibilidades de la Inteligencia Artificial (IA),
su posible regulación y algunos beneficios y peligros.
No hemos tenido que esperar mucho para encontrar casos REALES de buen y de mal uso de IA.
Empecemos
por uno malo (con posible solución).
En
Estados Unidos (de donde procede la noticia) la mayor parte de los ciudadanos
dependen para su cuidado médico de seguros que, con frecuencia, se negocian en
sus coberturas junto con el salario. En España las personas que dependen de
seguros privados de salud son menos, pero el número va incrementándose conforme
el sistema público fracasa en su intención de asegurar una asistencia, no sólo
de calidad, sino realizable en un tiempo razonable. Efectivamente las listas de
espera de varios meses, a veces muchos meses, conducen al ciudadano a añadir un
seguro privado a las coberturas que le garantiza el sistema público.
El
mal uso de la IA se ha detectado ya; e incluso se han planteado demandas y
cito: “El
Subcomité Permanente de Investigaciones del Senado de Estados Unidos informó en
octubre que su investigación en profundidad había descubierto que las
aseguradoras estaban utilizando algoritmos automatizados de autorización previa
para denegar sistemáticamente servicios de atención post-aguda a los afiliados”.
Es decir, se niega el permiso para que te hagan una determinada
prueba, sin intervención médica, con un algoritmo de IA.
El problema es doble; se hace sin que te vea el médico y además,
el algoritmo puede estar sesgado a favor de la aseguradora para ahorrar gastos.
En los seguros privados españoles existe la necesidad de
solicitar autorización para determinadas pruebas, en el sistema público el
acceso al especialista depende del médico de asistencia primaria. La tentación
es muy fuerte; para las primeras es razonable que tiendan a disminuir gastos
(ninguna objeción cuando son innecesarios) para el segundo su queja más
frecuente es el exceso de trabajo burocrático y para disminuir eso la IA se
pinta sola.
¿Hay solución?
En los mismos Estados Unidos, en California se han planteado la cuestión y cito nuevamente: “La Ley de Toma de Decisiones por parte de los Médicos (SB 1120*) entra en vigor el 1 de enero. Fue apoyada por docenas de organizaciones y grupos médicos, la Asociación de Hospitales de California y varios grupos de defensa de los pacientes. Los grupos de la industria de seguros se opusieron al proyecto de ley.”
Mientras escribo esto los informativos dan la noticia del asesinato de un dirigente de una de las mayores compañías de seguros de Estados Unidos. Presto atención al asunto y descubro que el presunto asesino, ya detenido, se queja de las aseguradoras. En la misma revista médica (Medscape) donde aparece la noticia sobre aseguradoras e IA leo un artículo cuyo contenido se puede adivinar por el titular “Los médicos muestran poca compasión por el director ejecutivo de una aseguradora asesinado”. En los siguientes días las noticias señalan cómo el presunto asesino (el hecho parece premeditado y se ataca por la espalda) está siendo tratado en las redes sociales como un presunto héroe.
¡Qué gran oportunidad para escarmentar en cabeza ajena! En esencia se trata de regular dos cosas, primero que sea obligatorio informar al interesado de que en la decisión ha intervenido la IA y segundo que haya sido supervisada por un médico.
Y ahora la buena. Procede
de la misma revista.
Los robot son una de las aplicaciones más antiguas de la IA. La
denominación proviene de 1920 cuando Karel Capek escribió la obra de teatro
R.U.R o Robots Universales Rossun, la palabra procede del checoslovaco robota
(esclavo). La obra, no muy extensa, merece un comentario aparte. Tiene como
antecedente literario El Golem de Judá Loew Ben Bezalel, pero lo dejaremos para
otra ocasión.
La noticia es la utilización de robots como mascotas. Se trata
de robots del tipo perro o gato, que, aunque no se mueven, responden cuando los
tocan o detectan movimiento con sonidos similares a los animales reales. Se
suponen que resultarán útiles sobre todo en adultos mayores que no puedan
hacerse cargo de animales reales.
Se les proporcionaron a personas mayores, deprimidas, mujeres mayores de 65 años. Los investigadores estudiaron si había diferencias en algunos índices relacionados con la depresión. Tanto la puntuación de depresión, como la de ansiedad se redujeron a valores cercanos a la mitad de lo que tenían un mes antes de recibir los perros o gatos robot. La puntuación de soledad también se redujo y, por otra parte, mejoró la valoración que las personas daban a su estado de salud.
Hasta aquí los hechos. Ahora algunas preguntas que se plantean
sobre ellos.
¿Estamos corriendo el riesgo de sustituir la interacción con
personas por la interacción con objetos? Ciertamente, pero para alguien que
vive solo, lejos de su familia y con pocas amistades es posible que un robot
sea algo más que nada. Quien conversa con su perro o su gato real ¿no podría
hablar con su mascota robot?
Mi experiencia es que resulta muy fácil. Hace tiempo me
regalaron una cajita con la que puedo hablar (le pregunto cosas y me contesta)
y reconozco que muchas veces me cuesta trabajo no darle, educadamente, las
gracias cuando me avisa de la hora, o de que lloverá pronto. Y eso que tengo
muy claro que es un artefacto electrónico. Por cierto, también tiene respuesta
en estos casos.
Los robots que imitan animales ¿podrían provocar en las personas
una reacción infantil? Por ejemplo, haciéndoles creer que tratan con animales
reales. Y ¿qué ocurriría si en vez de perros o gatos fueran robot con
apariencia humana, capaces de mantener una conversación o de ayudar en alguna
tarea? Ya es un negocio boyante la producción de robots humanoides para
mantener relaciones sexuales ¿por qué no para aliviar la soledad?
Por supuesto que surgirán situaciones, que por el momento sólo
imaginamos, como los celos cuando se vive en comunidad respecto de otros u
otras que se relacionen con “nuestro” robot, o las posibles conductas agresivas
¿quién no ha visto a alguien golpear a una máquina que no hacía lo que su dueño
quería?
Y ¿el duelo cuando nuestro
perro, gato, o humanoide robot se estropee o sus pilas queden obsoletas y no se
puedan sustituir?
Por si acaso podemos
empezar a ahorrar…
* California Senate
Bill 1120
(continuación)
TERCERA DECLARACIÓN:
Y el dicho Señor Alcalde para
la averiguación de lo susodicho, tomó e recibió juramento en forma de derecho a
Ginés Perez Monzón, y habiéndolo fecho y siendo preguntado por el caso,
dijo: que es del Mayordomo de la Cofradia y Hospital de Nuestra Señora de la
Concepción que está en esta villa de Almazarrón; y hoy dicho día que se
contaron diez y siete de el dicho mes de Noviembre de este presente año de mil
quinientos ochenta y cinco años, oyó tocar la campana de la dicha Iglesia que
sería entre las once y las doce del día, luego este testigo entendió que era
una de dos cosas, que era muerto un pobre que estaba en el dicho Hospital, o
que había sucedido alguna cosa, y ansí vino desde su casa que estaba en el
Barrio Nuevo, lejos de la dicha iglesia de más de mil pasos, y ansí cuando
llegó halló allí mucha gente arrimada a la reja de la Capilla y dando grande
golpes llamando a la Madre de Dios, y ansín preguntó este testigo a la gente
que allí estaba qué era aquello y le dijeron los que allí estaban que la Lámpara
se había encendido sin entrar allí persona alguna y asín se estuvo este testigo
fuera de la reja estando la puerta cerrada con llave, y ansín subió a llamar a
P. Ginés de Sifuentes, cura de San Antonio de donde es sufraganea dicha iglesia
y venido, este testigo habrió la puerta y entraron él y el dicho Clérigo en la
Capilla y vieron como la lámpara ardía y había en el plato de abajo gran
cantidad de aceite que salía de la dicha lámpara y vertía, y se derramaba por
encima en el dicho plato que estaba debajo de la dicha lámpara y ansí, este
testigo hizo llamar al presente Escribano y entró dentro de la dicha Capilla de
Nuestra Señora donde estaba este testigo y el dicho cura y Clemente García,
Sacristán de la dicha Iglesia de el Señor San Antonio y fuera de la reja,
grande multitud de hombres y mujeres que estaban mirando el dicho Milagro, y
ansí este testigo lo pedía al presente Escribano se lo diera por
testimonio, y en este medio este testigo volvió la cara a la Imagen que estaba
en el altar de la dicha Capilla que es de la advocación de Nuestra Señora de la
Concepción y vido el rostro y cara llena de gotas de agua en abundancia, y dijo
a voces: ¡Padre y Escribano! mira mayor Milagro que la imagen suda! y ansí; en
este punto la gente como crecía habrió la puerta de la reja y entraron todos
Alcaldes y Francisco Lázaro, Escribano y los Gobernadores de los Marqueses y
todo el pueblo acudió a ver una cosa tan milagrosa y ansí estuvieron dando
gracias y alabanzas a Nuestra Señora de la Concepción por tanta merced; hasta
que se quitó el sudor del rostro, y la gente para tomar de el aceite, tomaron
la Lámpara y duró el dicho rostro de la dicha Imagen, una hora grandes, y esto
sabe, y es verdad; por el juramento fecho y que es de edad de más de cuarenta
años y firmo. Ginés Perez de Monzón. Ante mí, Jorge de Escobar.
CUARTA DECLARACIÓN:
En la Villa de Mazarrón, a
diez y ocho días de el mes de Noviembre de mil quinientos ochenta y cinco años
para averiguación de lo ansí dicho, tomó e recibió en forma de derecho
juramento, de Clemente García, vecino de esta Villa, Sacristán de la Iglesia
de San Antonio y habiéndolo fecho y sido preguntado por el caso dijo, que
lo que pasó es que en dicho día diez y siete de este presente mes de Noviembre
de este presente año de mil quinientos ochenta y cinco, al parecer de este
testigo, porque en esta villa no hay Reloj, poco más de medio día, estando en
casa Jorge de Escobar, Escribano, estando tratando de la Merced que Nuestro
Señor Jesucristo había fecho aquesta noche pasada en librar de las manos de los
Moros que tan cerca de allí habían llegado sin ser sentidos, oyó tañer la
campana de la Iglesia de Nuestra Señora de la Concepción y fue luego allí a ver
lo que era y halló ciertas mujeres y algunos hombres arrimados a la reja de la
capilla de dicha Iglesia y la puerta cerrada con la llave, diciendo que se había
encendido la lámpara sin que nadie le pusiere lumbre, y que se salía el aceite
por encima, y este testigo miró por la reja y vido como la dicha lámpara estaba
encendida y que caían gotas de aceite en el plato que estaba abajo de la dicha
lámpara; y en esto llegó el Padre Ginés de Sifuentes y habiendo el Mayordomo de
la dicha casa y Iglesia que es Ginés Perez de Monzón, abierto la puerta de la
reja, y entraron este testigo y el dicho cura Ginés de Sifuentes, Clérigo; y
estuvieron mirando la lámpara como salió abundancia de aceite y caía en el
dicho plato de abajo y estando mirándola llegó el presente Escribano y ansí el
dicho Cura le mandó abrir la reja y entró dentro; y con él, el dicho Ginés de
Sifuentes y este testigo mirando la lámpara para que dicho Escribano diera fe
de lo que veía, y este testigo se allegó hacia el Altar y vido la imagen de
Nuestra Señora Santa María de la Advocación de la Concepción y le parecía estar
el rostro enjuto y volvió a la Lámpara donde estaban los dos el dicho
Cura y el presente Escribano y estando todavía mirando como caía el aceite de
la Lámpara en el Plato este testigo corrió a mirar la Imagen y le pareció que
el dicho rostro resplandecía alguna cosa más que de primero, y visto esto se
tornó a llegar hacia el altar y miró de propósito, y vido que la dicha Imagen
tenía en la frente, sobre los ojos ciertas gotas de agua, y cuando él estuvo
satisfecho de ello, bolvió a la Lámpara donde estaban dichos Escribanos y Cura
mirando y asió de la capa a el presente Escribano y le dijo: Venga y verá las
gotas de agua que la Imagen de Nuestra Señora tiene en la frente; y ansí,
fueron todos tres y se arrimaron a el altar, y estándola mirando en la mejilla
derecha se hizo otra gota de agua más gruesa que las demás, y otra en el lagrimal
de el dicho lado y ojo derecho y algo más grande y más colgada hacia abajo, y
por diversas partes del ojo de la dicha imagen había muchas gotas de el dicho
sudor, y algunas de dichas gotas había sobre el pecho de la dicha Imagen, y
vido este dicho Padre Gines de Sifuentes Clérigo, quitó muchas veces de aquel
agua y untaba con ella a diversas gentes que allí estaban, y todavía el rostro
de la dicha Imagen estaba mojado como antes, y después acudió gran número de
gentes y entre ellos el Padre Bartolomé de la Parra, Cura de San Andrés, el que
hizo muchas experiencias en la Lámpara y agua que la dicha Imagen tenía en el
rostro y ver si era verdaderamente como parecía y limpió a la Imagen el rostro
y estregó con unos corporales y poniéndose en su cara él de aquel agua y
habiéndose publicado ser ansí milagro, a muchas gentes se les dio el aceite de
la dicha Lámpara y antes que se acabare de repartir se ordenó una solemne
procesión donde se juntó gran número de gente y todas las Cofradías, y mucha
gente con sus armas y se hizo una procesión muy solemne y se fue a todas las
Iglesias cantando el “Tedeum laudamus” agradeciendo a Dios las mercedes
recibidas, y con esta solemnidad volvieron a la Iglesia de Nuestra Señora de la
Concepción, y acabada la procesión se acabó de repartir todo el aceite de la
Lámpara, de el cual llevaban a gota de aceite y pañicos mojados y se ordenó a
otro día, siguiente, se dijere una Misa de Nuestra Señora y se dijo y aquella
noche siguiente ya muy de noche este testigo oyó tañer otra vez la campana de
la dicha Iglesia y fue alla a ver lo que era y halló que había en la dicha
Iglesia gran número de mujeres velando y tenían mucha cantidad de velas
encendidas, y este testigo le dijo a la Hospitalera, que para que tañía, que
alborotaba al Pueblo y ansí, le dijo que no tañese más, y esto sabe y es la
verdad por el juramento fecho porque lo vido y pasó en su presencia; y que es
de edad de treinta años poco más o menos y fírmolo. Clemente García. Ante mí,
Jorge de Escobar.
(continuará)
La ciudad de Murcia fue fundada en
el año 825 por Abderramán II, (Abd al-Rahman, [792-852]. La dominación
musulmana en la zona duró de 713 -con el Pacto de Tudmir- hasta la rendición de
la capital, sin combate, por Jaime I de Aragón de Aragón en 1266, dividiendo la
ciudad en dos tomando como línea divisoria la calle Trapería. Varias familias
aristocráticas árabes, observando los meandros del Segura, considerado por
ellos de gran caudal, establecieron un avanzado sistema de regadío y se
desarrolló la esplendorosa huerta murciana que ha evolucionado según las
épocas.
Eso permitió un gran desarrollo
cultural protagonizado por prestigiosas figuras de la poesía, el arte y de
varios aspectos del saber superior, alcanzando niveles que se anticipaban a los
que después se considerarían universitarios.
La llegada de almohades y almorávides supuso una aplicación más rígida del Corán y la destrucción de bellas creaciones arquitectónicas y artísticas tanto aquí en Madina Mürsiya, como en la Medina Zahara en Córdoba.
Por eso, el pasado 16 de enero, empezamos nuestra visita a Murcia por el Convento de Santa Clara, edificio que fue palacio de emires musulmanes en los siglos XII y XIII, alcázar de monarcas castellanos y real monasterio de las religiosas clarisas -de clausura- desde 1365 hasta nuestros días. Yo había estado años atrás contemplando su bello Belén.
En las últimas décadas del siglo
XX, casi al mismo tiempo que en Cartagena, se desarrolló el interés entre los
especialistas por descubrir los restos arqueológicos. Estaban convencidos de
que ese convento ocultaba restos de un palacio islámico. En gestiones con las
administraciones municipales y regionales y las propias religiosas, se
consiguió excavar una parte donde aparecían inscripciones y adornos islámicos.
Donde ellas tenían su espacio interior de expansión y algunos cultivos había
habido una fuente y un estanque palaciego.
Recorrimos el claustro donde
admiramos un niño Jesús con un anillo; estas religiosas, al entregarse a la
vida contemplativa, se convierten en esposas de Cristo.
Creo que en ese mismo claustro
admiramos un bello cristo crucificado muerto y de expresión plácida: el Cristo
de la buena Muerte, de Salzillo.
Desde allí nos dirigimos al Casino de Murcia, un lujo artístico todo él. Apenas pasada la puerta de la calle, le parece a uno estar entrando en La Alhambra. Además, nos esperaba un guía muy capacitado y dispuesto. Esta vez este centro me pareció más amplio que en las anteriores visitas. El gran salón abarrotado de cuadros de gran calidad. Entre ellos estaban los de bellas mujeres representando las supuestas clases sociales: la aristocrática, la clase media alta, la clase media baja y la plebeya.
El guía nos hizo notar la influencia inglesa en gran parte del casino, especialmente en la biblioteca o sala de lectura, sala de baile, o el comedor. Éste con mesas y sillas de cristal y una carta de menús cuyo coste no parecía muy superior a los de la calle.
El museo Arqueológico de Murcia, en sus salas de prehistoria e historia antigua es de los mejores, si no el mejor de los que he visitado. Así lo ha afirmado nuestra guía y no me siento capacitado para decir lo contrario. Empieza situando los homínidos en algunos millones de años con imágenes del Australopiteco, Neandertal, Homo erecto, Homo sapiens, cazador y recolector, el invento del fuego, ganadero, cosechero, el neolítico y los asentamientos, la rueda, el carro; la edad de bronce y las armas (flechas, lanzas, falcatas…), los abalorios, los enterramientos, las piras funerarias,…
La Cultura Argárica: Los Millares, La Bastida, La Almoloya… coetánea de otras culturas de otros espacios del mundo ¿por qué desapareció? Al mencionar algunas nuestra guía comenta “de momento sólo tenemos teorías y suposiciones”. Las muestras de cerámica son múltiples de distintas épocas y culturas, para guardar alimentos o funerarias, todas pintadas, algunas muy ilustradas de escenas. Las últimas corresponden al garum en el bajo Imperio Romano.
Después de la comida, abundante y esmerado servicio, nos dirigimos al Centro de Interpretación Madina Mürsiya, para realizar un recorrido subterráneo, por los restos arqueológicos subterráneos del sistema defensivo que rodeaban el perímetro de la ciudad.
Antonio Asensio Velázquez Lajarín, que había organizado de modo excelente esta excursión nos presentó allí a Pilar Garrido, catedrática de la Universidad de Murcia, conocida en varios países europeos y reconocida por la UNESCO por sus investigaciones sobre el islamismo ibérico.
Su intervención fue breve pero
muy sustanciosa. La fundación de Madina Mürsiya con familias aristocráticas,
que había corroborado la guía del convento, ésta lo relativizó con un “no
sólo”. Cuando a su desarrollo añadí que, según la versión de la BBC, la
invasión musulmana de la Península Ibérica supuso la llegada a Europa de la
cultura grecolatina y oriental, especialmente la filosofía de Aristóteles, pues
entonces sólo se conocía la de Platón, esta catedrática me corrigió en dos
puntos claves: la primera es que a esa venida cultural ha correspondido un
generoso retorno porque en nuestra Península se desarrolló un alto nivel
cultural igual o superior al que procedía de allá. La segunda es que entonces, más
que a Platón se seguía a Plotino (205-270). Se me ocurrió mirar en la
Enciclopedia Salvat, edición 2003 y encuentro sobre este filósofo: “es un
pensador que resume la tradición filosófica griega… la filosofía de Plotino
resume y culmina el pensamiento griego, a la vez que le da un giro nuevo al
teñirlo de una religiosidad preocupada por la salvación del individuo a través
del conocimiento del absoluto”.
El doble recinto amurallado Madina Mürsiya cuyos restos pudimos ver tenía unos 18m de altura; la ciudad albergaba unos 20.000 habitantes que con las alquerías del entorno podría alcanzar los 70.000.
Aparte de Abderramán II,
especialmente preocupado por el desarrollo cultural destacó un emir, Muhámmad
ibn Mardanís, apodado el rey lobo, no procedente de dinastía, que dio gran
esplendor a la ciudad.
La visita al espacio museográfico
subterráneo, está guiada, a través de medios audiovisuales, por personajes
históricos de la época como Al Ricotí -uno de los intelectuales y científicos
más importantes del mundo musulmán-cristiano-, la poetisa Amat o el alarife que
construyó la puerta mudéjar.
Al Ricotí, -el Ricote que menciona Cervantes-, aparecerá en el vídeo interpretado por un buen actor; una bella actriz hace de la poetisa Amat defendiendo el amor universal entre las personas por encima de reinos, razas y creencias.
Gracias a Pilar Garrido y una
pléyade de arqueólogos, a unos expertos y amables guías, hemos conocido la
esplendorosa fundación de Abderraman II: Madina Mürsiya. Esa Murcia, que
acercándose hoy al medio millón de habitantes, alberga grandes tesoros
históricos.
Fotos tomadas en Madina Mürsiya