… y nos fuimos al Carnaval de Águilas, por Paco Acosta
Aunque a algunos socios la programación de esta excursión no les era
atrayente, posiblemente por ver en ella un componente de “ligereza intelectual”
al que no estaban acostumbrados, he de comenzar esta reseña diciendo que
resultó un éxito. Eso sí, de los que fuimos, los “no nacidos en España” ganaban
por una apabullante mayoría.
Posiblemente estos convecinos, además de reconocer lo “bien que se
vive en Bello Rincón”, tengan más interés que los nativos en reconocer el
ámbito cultural de estas manifestaciones lúdico-festivas e incorporarlas a sus
vivencias. No en vano los Carnavales de Águilas tienen una merecida fama a
nivel internacional.
Con una babel de lenguas, pero entendiéndonos como podíamos, en la
tarde del sábado 17 de febrero, todavía con luz natural y una temperatura muy
aceptable, nos sentamos en la tribuna que teníamos reservada. Casi todos íbamos
convenientemente preparados para resistir la previsible bajada de temperatura
y, llegado el momento dar cuenta de la variada merienda-cena que cada uno
portaba.
Para lo que no íbamos pertrechados era para permanecer sentados
durante las casi seis horas que duró el desfile… ¡Qué envidia nos dio el ver a
los experimentados lugareños llegar provistos de cómodos cojines!
No voy a hacer una enumeración de los muchos conjuntos de baile,
comparsas y chirigotas, carrozas y grupos que desfilaron, ni siquiera voy a
referirme a la brillantez de los disfraces tanto de los adultos como de los
niños… Únicamente comentaré que el esfuerzo de las peñas y los participantes se
vio gratamente recompensado con los aplausos del público que llenaba las gradas
en su casi totalidad.
Puesto a “criticar” algo, he de comentar que no se debería permitir el
acceso a los palcos mientras pasan los grupos el desfile, ya que esto desluce
en gran medida la actuación de los conjuntos.
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