¿HÉROES?, por Javier y A.F.García
En la pasada Semana Santa falleció en
Cartagena un miembro de una familia con la que yo mantenía una estrecha
relación, de sincera amistad, desde hacía unas tres décadas. Diríamos que
falleció el patriarca de la misma, después de una larga enfermedad con no poca
dosis de morfina.
Aunque había intentado varias veces verlo, no
lo conseguí hasta el día anterior a la defunción. El médico les estaba diciendo
que el desenlace podía ser cuestión de días o de horas. La familia no se oponía
a mi firme deseo, pero alertaba de lo delicado del momento. Apenas asomé a la
puerta, el héroe hizo un esfuerzo por sonreír y no pudimos comunicarnos de otra
manera que no fuera la mirada y la presión de la mano.
Al día siguiente, por la mañana, tal como le
había encarecido a uno de los hijos me comunicó el triste desenlace, no por
esperado y aceptado menos doloroso. Oí decir a alguno de sus hijos. “ha sido
mejor así; ha descansado; su naturaleza ya no podía más”. Cuando, en el
tanatorio les decía a cada uno de los hijos, mientras les abrazaba, que se
había ido un buen hombre, ellos me respondían con un ademán informativo: “…y no
sabes hasta qué punto”. Por deseo expreso del difunto se hizo un funeral laico,
habiendo creyentes en una familia en la que el amor, aprecio y solidaridad
entre ellos se pueden calificar de heroicos, a pesar de parecer perseguidos por
la desgracia.
A las 10 de la mañana, en el patio del
Tanatorio, en torno a una foto del difunto, ante unas 200 personas fueron
interviniendo los hijos, las nueras y el yerno, los nietos…, no sé si quedó
alguien de la familia directa sin intervenir, con la canción de Violeta Parra “Gracias a la vida” de fondo.
“Con
gorra y chandal en el banco sentado
mira
con vista pérdida en la nada
piernas
flexionadas,
apoya
sus manos en las rodillas.
Observo
su figura en la distancia
veo
una leve sonrisa
del
que se siente satisfecho feliz de la vida
Tienes
la mirada del que tiene todo lo que necesita
Satisfecho
de una vida plena
Recto,
sencillo, austero, sabio, feliz.
Nunca tuviste una
vida fácil, siempre luchando, trabajando 7 días, a 14 horas. La enfermedad de
tus hijas, siempre fuerte y para adelante. Has sido un padre para todos, hijos
y allegados.
He aprendido más de
tus silencios que de tus palabras”.
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