lunes, 3 de julio de 2017

ECO 35. ¿HAY CRITERIO MORAL?

¿HAY CRITERIO MORAL?, por A.F.García

Con otras palabras, aunque pueda parecer con tinte religioso, uno se pregunta si existe una conciencia del bien y del mal, un criterio ético-moral que discierna lo justo de lo injusto.

No hace muchas fechas, cuando yo planteaba esto, un político a quien aprecio, con un ademán de quien desecha algo, afirmaba que eso no existía. Se puede interpretar de dos maneras. ¿No se admiten criterios éticos o no se tienen en cuenta?. El plantearlo es decepcionante y el confirmarlo, más aún.

La verdad es que tanto en boca de la clase política como en los medios de comunicación no se utilizan muchas expresiones que tengan que ver con la ética, la honradez, la justicia, la solidaridad.

Legalidad o ilegalidad son las expresiones más usadas; pero eso no nos dice mucho al ciudadano medio cuando vemos lo volátil, arbitrario a veces, que es el límite entre ambos conceptos. En las áreas de urbanismo, por ejemplo, vemos con qué facilidad un terreno rústico se recalifica como urbanizable, incluso en casos que debe, o debería, ser espacio protegido.

Parecida confusión de límites se da entre los bienes comunes y propios, públicos y privados por parte de algunos responsables políticos o directivos de entidades bancarias. El afán desmedido por una situación económica de privilegio muestra una ausencia de sentido de la justicia, la solidaridad y de una ética o moral humana y evangélica, aunque no pocos se hagan pasar por católicos.

Se cruzan muchas acusaciones de haber mentido y lo cierto es que parecen llegar hacerlo, a veces, incluso bajo juramento. Nos sorprende la solemnidad que se aplica a mentiras de gran calado. “Decir mentiras a la vez que se cree sinceramente en ellas… negar la existencia de la realidad objetiva sin dejar ni por un momento de saber que existe esa realidad que se niega” (George Orwell, en 1984).

En los medios de comunicación, en las redes sociales rara vez se dan iniciativas y debates serios; prima la agresividad verbal hiriente, la gresca, …; todo vale; se alimenta el morbo y se traslada desde la política y los círculos sociales a la calle desarrollando un malestar y una tensión preocupantes. Es vergonzoso. ¿No estamos intoxicando las mentes?. Reflexionemos y asumamos cada uno nuestra parte de responsabilidad en lo que estamos creando y trasmitiendo.

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