EL
SABOR UMAMI, por F.
Ramos
El otro día leí que existía un quinto sabor,
“el sabor umami” y desde mi
ignorancia solo creía que existían los sabores dulce, amargo, salado, agrio,
pero según las culturas existen otros como el oriental o el umami.
Pero me llamó la atención el sabor umami, por
ser uno de los menos conocidos pero que está muy presente en la dieta,
provocando placer y satisfacción, hace que al comer los alimentos sean más
sabrosos y, además, según afirman algunos neurocientíficos, impacta en el
comportamiento, las emociones y el control del estado de ánimo.
Este sabor se encuentra en las anchoas,
tomates, jamón, leche materna, patatas, snacks, salsas, sopas de sobre y casi
todos los productos manufacturados.
Las industrias alimentarias usan este
potenciador para mejorar el producto final y aumentar los niveles de consumo,
por eso se utiliza tanto en productos manufacturados y se esconde bajo 50
diferentes nombres, algunos tan familiares como: E-621, glutamato monosódico,
extracto de levadura, proteína hidrolizada, ácido glutámico y caseinato de
sodio o de calcio, siendo el consumo medio en la dieta entre 5 y 12 gr.
diarios. Este aditivo actúa como saborizante, hace que los alimentos aumenten
la palatabilidad y que esto nos cree más ganas de seguir comiendo estos
alimentos.
Los informes confirman que esta sustancia
activa un conjunto de neuronas de nuestro cerebro que constituyen lo que
llamamos sistema nervioso del refuerzo que provoca, entre otras cosas, que la
conducta se vuelva a repetir, modificando el patrón de conducta del hambre y la
saciedad produciendo un aumento de la voracidad de hasta un 40%.
El consumo de estas sustancias no está exento
de riesgo, asociándose el mismo con síntomas como ardor, hormigueo, dolor de
cabeza o dolores en el pecho. A largo plazo, se ha encontrado relación entre un
peor desarrollo de enfermedades como el Alzheimer, la depresión, el autismo o
la esclerosis múltiple, con un consumo excesivo de estas sustancias. ¿Sabes, ya
por qué te cuesta dejar de comer patatas fritas, snacks,…?.
En resumen, cuidado con el consumo de los
productos con sabor umami, porque generalmente están en productos de alto
contenido graso y se les relaciona con algunas enfermedades neurológicas.
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