miércoles, 5 de julio de 2017

ECO 36. El sabor Umami

EL SABOR UMAMI, por F. Ramos

El otro día leí que existía un quinto sabor, “el sabor umami” y desde mi ignorancia solo creía que existían los sabores dulce, amargo, salado, agrio, pero según las culturas existen otros como el oriental o el umami.

Pero me llamó la atención el sabor umami, por ser uno de los menos conocidos pero que está muy presente en la dieta, provocando placer y satisfacción, hace que al comer los alimentos sean más sabrosos y, además, según afirman algunos neurocientíficos, impacta en el comportamiento, las emociones y el control del estado de ánimo.

Este sabor se encuentra en las anchoas, tomates, jamón, leche materna, patatas, snacks, salsas, sopas de sobre y casi todos los productos manufacturados.

Las industrias alimentarias usan este potenciador para mejorar el producto final y aumentar los niveles de consumo, por eso se utiliza tanto en productos manufacturados y se esconde bajo 50 diferentes nombres, algunos tan familiares como: E-621, glutamato monosódico, extracto de levadura, proteína hidrolizada, ácido glutámico y caseinato de sodio o de calcio, siendo el consumo medio en la dieta entre 5 y 12 gr. diarios. Este aditivo actúa como saborizante, hace que los alimentos aumenten la palatabilidad y que esto nos cree más ganas de seguir comiendo estos alimentos.

Los informes confirman que esta sustancia activa un conjunto de neuronas de nuestro cerebro que constituyen lo que llamamos sistema nervioso del refuerzo que provoca, entre otras cosas, que la conducta se vuelva a repetir, modificando el patrón de conducta del hambre y la saciedad produciendo un aumento de la voracidad de hasta un 40%.

El consumo de estas sustancias no está exento de riesgo, asociándose el mismo con síntomas como ardor, hormigueo, dolor de cabeza o dolores en el pecho. A largo plazo, se ha encontrado relación entre un peor desarrollo de enfermedades como el Alzheimer, la depresión, el autismo o la esclerosis múltiple, con un consumo excesivo de estas sustancias. ¿Sabes, ya por qué te cuesta dejar de comer patatas fritas, snacks,…?.


En resumen, cuidado con el consumo de los productos con sabor umami, porque generalmente están en productos de alto contenido graso y se les relaciona con algunas enfermedades neurológicas.

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