Premios Princesa de Asturias 2025, por A. Fernández García
En su 45ª edición se ha celebrado como ha sido habitual en el Teatro Campoamor de Oviedo ayer viernes día 24 de octubre. La ceremonia ha sido presidida por la familia real en pleno y a la misma asistieron numerosas autoridades de distintos niveles.
El monarca alertó sobre los peligros del “individualismo radical” y la homogeneización de los procesos globalizadores.
“Me corresponde, creo yo, ir cediéndole ya
este espacio”, añadió, aunque pretendan, tanto él como la Reina (ovetense),
seguir vinculados a los premios y la Fundación Princesa de Asturias.
Galardonados:
1. Comunicación
y Humanidades: Byung-Chul Han, pensador alemán de origen
surcoreano. Nos advierte del peligro que tiene el hombre actual de ser esclavo
o prisionero de las máquinas que él mismo ha creado. “Nos hemos convertido
en una herramienta Smartphone: nos usa a nosotros y no al revés”.
2º La princesa Leonor entrega su galardón a la
tenista estadounidense Serena Williams, Premio Princesa de
Asturias de los Deportes. Destacó en ella su lucha por los valores humanos
y la igualdad entre los sexos.
3º La fotógrafa
mexicana Graciela Iturbe, Premio de las Artes, contó que sus obras más conocidas retratan el mundo
indígena de su país. “Sin embargo, al igual que la inmensa mayoría de los
mexicanos, soy el resultado de la fusión entre dos culturas, dos visiones del
mundo casi siempre encontradas. La historia de México es la del sincretismo que
me habita y no podría sacrificar una de sus vertientes sin mutilarme a mí misma”
4º El economista y político Mario Draghi
recibió el Premio Princesa de Asturias de Cooperación Internacional. Abogó, por la acción común en ámbitos como la defensa, la
seguridad energética o las tecnologías de vanguardia, “que requieren una
escala continental y una inversión compartida”. Europa, piensa Draghi, “debe
definitivamente tomar el carril del federalismo, aunque las condiciones
políticas para ello aún no se den, quizás porque los desafíos actuales son
demasiado urgentes.”
5º Premio Princesa de
Asturias de Ciencias Sociales. Douglas Steven Massey, nacido
en Olimpia (Washington), en 1952 ha realizado
contribuciones significativas en áreas como la migración internacional, la
segregación residencial y la estratificación social. Su obra ha sido
fundamental, según los especialistas, para
comprender las dinámicas de la migración internacional y la segregación urbana,
combinando rigor académico con un enfoque accesible que ha influido tanto en el
ámbito académico como en la formulación de políticas públicas.
6º Premio Princesa de Asturias de Investigación Científica y Técnica: Mary-Claire King, nacida en
Chicago en 1946. Es profesora de la Universidad de Washington donde se dedica
a la investigación sobre genética y sus interacciones de las proximidades
biológicas y genéticas entre los chimpancés y los humanos. Se dedica a la
investigación sobre genética y sus interacciones de las influencias genéricas y
ambientales. No ha podido asistir personalmente por indisposición médica.
7º Eduardo Mendoza Garriga
escritor recibió el Premio Princesa de Asturias de las Letras. Este
escritor nació en Barcelona en 1943; es uno de los más conocidos y galardonados
y, además de su dedicación a la novela, ha escrito ensayos y relatos.
8º Premio Princesa de Asturias de la
Concordia: Antonio Saborit García Peña nació en Torreón en
1957. Es historiador, ensayista, traductor y editor mexicano. Se ha
desarrollado como investigador adscrito al Instituto Nacional de
Antropología e Historia y ocupa el cargo de director del Museo Nacional de Antropología. Recibe el Premio junto con Madeleine Bremond,
que es la presidenta del patronato.
Terminó la princesa con un alegato por el respeto a los que son o piensan diferente, por la educación (como también señaló su padre), por los vulnerables, los mayores, los que tratan de conseguir un hogar, y, en fin, por “tratar bien al prójimo, salir de la trinchera, sacudirnos el miedo, unirnos para hacer las cosas mejor, pensar en que, si no miramos al otro, no sabremos construir confianza”.
“Soy consciente de que a veces las
palabras pronunciadas desde un atril pueden sonar vacías”, reconoció. Pero
no por ello quiso despedirse sin insistir en la necesidad de confianza, de
justicia, de democracia frente a la arbitrariedad, a la intolerancia o al
miedo. Reivindicó “el Estado Social de derecho frente al abuso de poder”
y “los Derechos Humanos frente a la indiferencia”. Los premiados, pese a
las dificultades, y sin ofrecer “fórmulas mágicas para gestionar esa
complejidad”, piensa la princesa, contribuyen a mantener vivo el
entusiasmo.



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