domingo, 11 de agosto de 2019

ECO.49 TOS FERINA

TOS FERINA, por F. Ramos, médico

Esta enfermedad, que antaño era muy frecuente y que afectaba principalmente a los lactantes y niños de poca edad, afortunadamente, gracias a la vacuna se ha reducido considerablemente su incidencia en los países desarrollados, donde se aplica sistemáticamente un programa de vacunación. En los Estados Unidos, antes de que se administraran vacunas se registraba un promedio anual de 157 casos cada 100.000 habitantes, treinta años después de la introducción de la vacuna en ese país la incidencia se ha reducido  a menos de 1 caso cada 100.000 habitantes. No obstante, a pesar de los programas de vacunación, la tos ferina sigue siendo una de las principales causas de muerte prevenible por vacunación en todo el mundo, principalmente en los países en vías de desarrollo. Aunque en los países desarrollados con altas tasas de vacunación, como España, se comporta con un patrón epidémico cíclico con ondas cada 3-5 años. Esto hace que cuando se produce algún caso o muerte por esta enfermedad sea de gran alarma social. Basta recordar lo que ocurrió en nuestro país en el año 2015 con la muerte de lactantes por esta causa, que hizo replantearse la estrategia de prevenir la enfermedad, estableciendo la vacunación a las mujeres embarazadas en la semana 32 a la 36 de gestación.

¿Cómo se manifiesta?
La tos ferina es una infección bacteriana del tracto respiratorio causada por una bacteria, Bordetella Pertussis, que genera unos síntomas similares a las infecciones respiratorias leves (catarros) con tos irritativa que en una a dos semanas progresa, se vuelve paroxística y puede acompañarse de un estridor inspiratorio característico. Estos ataques de tos suelen acabar con expulsión de mucosidades hebrosas acompañadas de vómitos. La enfermedad es más grave en lactantes y no vacunados, leve en adultos y rara en personas sanas y bien vacunadas. La evolución es hacia la normalidad, aunque pueden aparecer complicaciones como la neumonía, las convulsiones y encefalopatías.

¿Cómo se trasmite la tos ferina?
Se transmite por contacto directo con secreciones respiratorias o a través de gotitas de saliva de las personas enfermas. Una vez la Bordetella Perttussis en el organismo, tarda alrededor de 10 días en reproducirse e iniciar los síntomas, pasando a ser esta persona contagiosa mientras tenga la fase catarral y la tos compulsiva o hasta 5 días después de haber iniciado tratamiento antibiótico. Es muy contagiosa, se trasmite al 90% de los contactos cercanos, por ello es muy importante respetar las medidas preventivas para evitar la propagación de la enfermedad.

Medidas de prevención:
·      La media preventiva más eficaz es la administración seriada de 3 dosis de vacuna en el primer año de vida. La eficacia de esta medida es superior al 80% y le confiere inmunidad (protección). Esta inmunidad no es de por vida, pero mantiene títulos de anticuerpos altos, entre 4 y 6 años, posteriormente van descendiendo a lo largo del tiempo.
·     En nuestra Región se le administra una dosis de recuerdo a los 6 años y actualmente no está previsto incrementar el número de dosis a lo largo de la vida, aunque la evolución de la situación epidemiológica deja abierta la puerta a cambiar la estrategia de vacunación.
·       Otra medida es la vacunación de la embarazada en el último trimestre del embarazo para impedir la trasmisión madre-hijo en los primeros meses de vida, donde el niño esta desprotegido, antes de iniciar la vacunación contra la tos ferina.  

Igualmente, también hay que vacunar a los profesionales sanitarios que trabajan en los servicios de urgencias infantiles y neonatología, enfermeras y pediatras, para impedir la trasmisión de la bacteria.


En caso de que una persona enferme de tos ferina, una vez que ha sido diagnosticada, hay que tomar una serie de medidas para evitar propagar la enfermedad entre los convivientes:
·         Desinfección de objetos en contacto con secreciones: pañuelos, ropa, utensilios de comida.
·      Separación y aislamiento de los afectados, sobre todo de los niños pequeños y lactantes que no estén bien inmunizados, hasta que no hayan trascurrido, al menos, 5 días con tratamiento antibiótico.
·         Protección antibiótica, con eritromicina, de los contactos más cercanos.



HAY QUE SABER:
§  El antibiótico no cura los síntomas, a no ser que se tome en fase muy precoz, pero reduce el periodo de transmisibilidad.  
§  El haber padecido la enfermedad no produce inmunidad permanente. 

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