FIESTAS DEL CARMEN 2019. LOS DISFRACES
INFANTILES, por A.F. García
El punto de vista de los disfraces es muy
diferente al del dibujo, debe serlo. El dibujo está adquiriendo desde hace dos
años un aire innovador que eleva su nivel de calidad, probablemente por la decisiva
intervención motivadora de Eva Sevilla.
La participación de niños en los disfraces
siempre ha sido superior al del dibujo. En esta ocasión, le ha doblado con
creces, pero lo que más no ha llamado la atención del hecho, aparte de su
incremento en el número, es lo que me atrevo a calificar de explosión
innovadora. Se ha multiplicado la cantidad y se ha elevado el nivel de calidad.
Sin embargo, tenemos que ser claros. En el
dibujo la iniciativa creadora e imaginativa surge del niño, como creador único.
En el caso del disfraz, y por supuesto dejando aparte el factor compra, el
factor decisivo en el disfraz está en los padres, las madres fundamentalmente.
No obstante, volvamos a retomar lo positivo.
Ha habido innovación creadora, y grande. De presenciar unos pocos prototipos de
disfraz, casi todos procedentes de la pequeña pantalla, que se podían contar
con los dedos de una mano, hemos pasado a creaciones de nuestro entorno físico
y real: cuatro hermanitos disfrazados de paella, de la flora y la fauna próximas,
de profesiones reales, cercanas y lejanas… Podemos decir, en conclusión, que el
evento de los disfraces infantiles 2019 ha supuesto un significativo avance muy
positivo.
Doy
por hecho, como educador de profesión, que la elección del disfraz, personaje u
objeto, es fruto de un consenso en familia, así como la posterior ejecución y
presentación en público, lo cual, educativamente, es altamente positivo y da
lugar a unas horas de disfrute en familia y en sociedad. ¡Enhorabuena!
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