DESKARO: CON ENTUSIASMO, ILUSIÓN Y
NUEVAS IDEAS, por A.F. García
El 11 de julio mantuvimos una nueva
conversación con Mª Antonia Porras Gil, más o menos un año después de la
primera entrevista, poco después de la inauguración de este audaz proyecto, sin
saber si su nombre obedece a la expresión que precede.
Entonces vi a una joven que deseaba vivir en
La Azohía y se había buscado un digno medio de hacerlo, ahora he apreciado una
joven empresaria muy convencida y segura de su proyecto empresarial, cuyo
horizonte ya atisba con ilusión.
En esa perspectiva me presentó a su jefe de
Cocina, Antonio Jesús Gras, con larga experiencia, y algunos de sus empleados,
como parte activa de su ampliación de proyecto, en el que incluye un tercer
establecimiento, no ya en La Azohía, sino en un núcleo urbano mucho mayor.
Ha llevado a cabo ampliaciones y mejoras en
la infraestructura del inmueble: la larga barra de mármol, practicable para el
cliente, ampliación del comedor y terraza hasta un aforo de 120 personas.
Marian emplea sus vacaciones para viajar y
conocer nuevos países, nuevas gentes y especialmente nuevas artes culinarias.
En las últimas estuvo en Francia, donde conoció en directo los productos
elaborados con las trufas, el foie… entre otros. El próximo viaje será a Japón
para familiarizarse con la exótica cocina de este país.
Su objeto es alcanzar, en sus propias
palabras, “un alto nivel de calidad”, que
hagan que el cliente se sienta a gusto por el producto y por el servicio.
Para lo primero, selecciona los productos de
la Huerta, frutas y hortalizas, en su temporada; pescados de la almadraba, de
Ricardo Fuentes, de la Bahía; hace que le lleguen carnes del norte; encarga los
vinos a pequeños cosecheros, a los que miman su cosecha….
Para lo segundo, procura que su personal,
unos 26 actualmente, formen un equipo bien preparado, coordinado y dirigido por
ella y su jefe de cocina.
Desea que su personal se sienta a gusto,
trabaje contento… asegura que lo contrata por horas, a 7€ por hora, según la
responsabilidad de cada uno. Según la información que yo tenía sobre algunos
casos de la zona y el sector, no pude por menos de mostrar mi satisfacción,
incluso el contrato por horas, siempre que sea consensuado, teniendo en cuenta
las aspiraciones de cada uno y, sobre todo, su situación personal o familiar.
Después de este encuentro con la joven
empresaria, dejé que pasarán unos días para finalizar el trabajo. Estaba
convencido de que de que mis impresiones sobre lo que había visto y escuchado
se sosegarían y madurarían. Por supuesto, me tomé la molestia de mirar la
carta. Había no pocas novedades a mejor y en el sentido que ella me había
estado diciendo. Algunas opiniones de algunos amigos y familiares que pasaron
por el local terminaron de confirmarlo.
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