ALGO DE HISTORIA: MAZARRÓN Y EL CANTÓN MURCIANO,
por Paco Acosta
El
Cantón Murciano, conocido popularmente como Cantón
de Cartagena o Cantón Cartagenero, se proclamó en esta ciudad el 12 Julio
1873. En aquellos momentos se debatía en la Asamblea Constituyente, en Madrid, la
posible formación de una república federal en España, y los elementos más
extremistas del republicanismo (estamos en los inicios de la 1ª república
española -proclamada el 11 febrero de 1873- y en las elecciones a Cortes
Constituyentes que siguieron tenían mayoría los republicanos federalistas) para
forzar por la vía de hechos consumados la inmediata implantación del nuevo
poder federativo, proclamaron Cantones independientes en diversas ciudades de Murcia,
Andalucía y Valencia. El cantonalismo triunfó dentro de la provincia murciana
en Cartagena, Murcia, Jumilla, Caravaca, Cieza, Abarán, Blanca, Ricote, Ojós,
Ulea, Villanueva, Archena, Las Torres de Cotillas, Alhama, Lorca, Fuente Álamo
y Pliego.
Los cantones fueron
rápidamente sofocados por las fuerzas gubernamentales. El que más duró fue el
de Cartagena, que resistió hasta principios de 1874, esto es se mantuvo casi
seis meses.
En
lo que afecta a Mazarrón, la Junta revolucionaria de Cartagena, recién
proclamado el Cantón Murciano, había “destituido” a todo el ayuntamiento de
Mazarrón y había nombrado a un vecino de la villa -Alfonso Meca-, como
responsable de formar la Junta revolucionaria de Mazarrón.
La
Corporación municipal, bajo la presidencia del entonces alcalde Juan Paco
Lorente, se reunió el 15 de julio de 1873 y, entendiendo que el vecindario les
apoyaba, decidió no dejar el poder municipal en manos de Meca. Es decir, se
querían mantener “fuera” del cantón. Y así lo comunicaron al gobierno civil.
Las
consecuencias no se hicieron de esperar, y tres días después -el 18 de julio-
llegó al Puerto de Mazarrón el vapor de guerra “Fernando el Católico”,
que había sido rebautizado por los revolucionarios con el nombre de “Despertador
del Cantón”. En él venía una comisión de la Junta revolucionaria de
Cartagena acompañada por 400 hombres armados, al mando del general Contreras, que
se dirigieron a la villa para imponer sus condiciones.
Ante
esta situación de fuerza y para evitar que se produjeran víctimas, el alcalde y
los concejales se vieron obligados a claudicar y tuvieron que renunciar a sus
cargos.
La
Junta revolucionaria de Mazarrón duró menos de un mes, pues el 14 de Agosto se
disolvió ante el escaso apoyo de la población y la presión militar que el
Gobierno central -al mando de los generales Pavía y Martínez Campos- estaba
ejerciendo contra los cantones. Se volvió a constituir el Ayuntamiento con los
anteriores miembros de la corporación, los que habían sido destituidos de sus
cargos.
Los
revolucionarios tenían la intención de expandir el Cantón Murciano por toda la región,
con incursiones por Hellín, Orihuela y Lorca, y utilizaron la Armada como
instrumento de intimidación para financiar el mantenimiento del cantón a costa
de los impuestos de las ciudades costeras de Alicante, Torrevieja, Águilas,
Mazarrón, Vera y Almería.
En
un principio, fueron la ciudad de Murcia y bastantes municipios los que se
sumaron de forma entusiasta, pero ante la inminente llegada de las tropas
centralistas del general Martínez Campos, los revolucionarios depusieron su
actitud, y junto con la Junta Cantonal de Murcia, se refugiaron en Cartagena.
El
cantón de Cartagena permaneció independiente del Gobierno central debido al
poderío de la Flota española asentada en su puerto, cinco fragatas, dos vapores
y una corbeta, y al sistema de fortificaciones de la ciudad costera.
La
Junta Revolucionaria creó el periódico 'El Cantón Murciano', para la difusión
de sus ideas y noticias, e incluso emitió el duro cantonal como moneda propia.
Esta
ciudad continuó el levantamiento y tras varios meses de aguantar el asedio de
las tropas del gobierno central, fue rendida por las armas el 12 de enero de
1874.
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