CARTAGENA Y SU ZONA DE PONIENTE: HUNDIMIENTO EN LA CARRETERA E-22, por A.F.García
Hace unos días las continuadas lluvias han
dado lugar a un desprendimiento entre los kms 9 y 10, de la E-22.
No ha muchos años hubo un hundimiento de la
misma un poco más arriba del Mirador de Cedacero. No deben sorprendernos estos
pequeños sucesos naturales, cuya única consecuencia es que necesitemos recorrer
unos kilómetros más para comunicarnos en ambas direcciones con la capital de
nuestro de Municipio.
Estas faenas de la naturaleza ocurren en
cualquier lugar del mundo, incluso con mucho más graves consecuencias, sin
excluir los más poderosos y con muchos más medios técnicos.
El suelo de todo este entorno se compone de
plegamientos, no muy arcaicos, al que se superpone pizarra de origen volcánico,
en su forma sinclinal y sobre ellos los sedimentos que arrastran las lluvias.
Si algún geólogo tiene a bien corregir mis rudimentarios conocimientos sobre el tema, no me parece mal; es más, se lo agradezco.
La carretera se apoyaba sobre estos dos últimos elementos con un muro, tal vez correspondía a la carretera antigua, que me sorprende que haya aguantado hasta este momento. No parece de una carretera y más con este tipo de suelo.
Los bancales y muros, edificados y
distribuidos a lo largo y ancho de Sierra Espuña, hace más de un siglo, ofrecen,
con diferencia, una imagen de solidez muy superior.
Ya no lo comparo con la ciudad escalonada de
Machupichu, obra de ingeniería Inca, que no deja de asombrar a los más expertos
arqueólogos.
Ruego a Dios que todos los males sean como éste y que quienes dirigen la obra y los operarios lo tengan disponible en pocos meses.
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