miércoles, 5 de julio de 2017

ECO 36. El rincón de la lectura: "Todo lo que era sólido" (Antonio Muñoz Molina)

EL RINCÓN DE LA LECTURA: “TODO LO QUE ERA SÓLIDO” de Antonio Muñoz Molina, por Paco Hernández


Estamos leyendo este libro en los Grupos de Lectura de la zona y he aprovechado para releerlo, tras leer el libro de Ignacio Sánchez Cuenca ('La desfachatez intelectual') en el que se mete con los opinadores de barra de bar y con bastantes intelectuales, entre ellos de forma destacada con Arturo Pérez Reverte, y con Antonio Muñoz Molina. Con razón, en líneas generales, pues demanda más precisión en las opiniones, más datos y referencias en los textos, de la manera como hacen los autores sajones que son muy precisos en sus afirmaciones, acompañándolas siempre de cifras, referencias a otros autores con indicación de dónde y cuando dijeron tal o cuál cosa... como os he venido contando que hacen Owen Jones o Chomsky en referencias anteriores aparecidas en este rincón.

No es éste el caso. Hoy hablamos de un libro de formato mediano sin una sola referencia salvo una única cita inicial de Conrad que dice así: 'Es extraordinario cómo pasamos por la vida con los ojos medio cerrados, los oídos sordos y los pensamientos abotargados'...

Porque a veces cuesta trabajo darse cuenta, tener conciencia clara, de lo que está pasando. '¿Os acordaís de cuando éramos ricos?' oí decir hace unos días a un amigo que antes frecuentaba los restaurantes acompañado de la familia todas las semanas y ahora no puede hacerlo. Y es que el nivel de vida ha descendido mucho para la mayoría de los españoles. Pero es que, además, están en peligro los logros de nuestra sociedad como el trabajo fijo, la educación pública gratuita, la sanidad para todos o el que los mayores puedan gozar de una pensión digna... Porque esos logros que han costado decenios en conseguirse se están derritiendo como los hielos de los glaciares, cuando parecía que durarían para siempre.

Porque puede ocurrir que una estabilidad social mantenida lograda tras muchos años se venga abajo violentamente de manera imprevista como ocurrió en Yugoslavia en 1989, cuando el país se incendió en una sucesión de conflictos sangrientos para terminar fragmentado y enfrentado. Tampoco preveían lo que les ha ocurrido los ucranianos, o los habitantes de Alepo, ni la mayoría de los sirios.

Pero también hay que atender a las trampas puestas por el sistema capitalista: desde el robo directo del dinero público por los bancos en la llamada “crisis”-que en realidad ha sido una estafa- con la que han robado al mundo las entidades financieras; o la trampa del despilfarro de nuestros políticos gastando lo que no podemos pagar en trenes, aeropuertos, obras faraónicas y lujos innecesarios que nos ha atrapado en una deuda, de la que todavía no se habla lo suficiente, en la que estaremos atrapados nosotros, nuestros hijos y nuestros nietos. (En este momento tocamos a unos 30.000 € por habitante, varón o mujer, niño o adulto...).

¿Para qué voy a entrar en la corrupción que se tolera con complicidad votando de nuevo a los sentenciados o en las carísimas autonomías con las que se esperaba acabar con los nacionalismos periféricos?. ¿Desde cuándo se emplea gasolina para apagar el fuego?. Ahora hemos conseguido un montón de nuevos Reinos de Taifas, con sus reyezuelos y burocracias...


Hay un sinfín de pensamientos para los que sugiero leer este libro.

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