Las Estelas del Yacimiento de Las Capellanías en Huelva (y II), por Paco Acosta
(continuación)
La península Ibérica es una de
las regiones de Europa más ricas en estos monumentos prehistóricos, tanto por
la cantidad (en la península se han localizado más de 300) como por la
diversidad de las piezas conocidas. Miden, por lo general, entre medio metro y
varios metros de altura en los casos más monumentales. Las estelas suelen
representar imágenes esquemáticas de guerreros y de mujeres enjoyadas,
acompañados de objetos de lujo como espejos, peines o fíbulas, instrumentos
como armas y escudos y en ocasiones incluso carros. Están labradas o pintadas
con motivos que representan objetos y escenas, pero también pueden incluir
textos (las denominadas epigráficas). Las principales colecciones se encuentran
en los museos arqueológicos de Badajoz, Sevilla y el Nacional de Madrid.
Los primeros estudios sobre estas estelas las catalogaron en dos grandes grupos: estelas de guerrero, que incluyen figuras de hombres con armas y otros objetos de guerra repartidos alrededor del personaje, y estelas diademadas, que incluyen figuras que en ocasiones pueden identificarse con mujeres, luciendo ajuares de colgantes y otras joyas, dispuestos en torno al cuerpo. Sin embargo, las última estela encontrada en Las Capellanías, ha demostrado que este tipo de catalogación es cada vez más complicado.
Uno de los principales temas de debate sobre estas estelas es su posible significado. Entre las distintas teorías manejadas por los investigadores pueden destacarse dos principales. Por un lado, la defensa de que estas estelas podían servir para indicar la posición de una tumba de un personaje poderoso de la época, un jefe guerrero o un líder político. Por otro, que más bien representarían puntos de señalización para indicar los dominios territoriales de un jefe o bien para marcar caminos y lugares concretos de especial importancia estratégica en el entorno.
La inmensa mayoría de las estelas
ibéricas fueron descubiertas de forma casual, en el transcurso de trabajos
agrícolas u obras rurales (caminos, desmontes, aterrazamientos, etc…) y no como
resultado de estudios arqueológicos. Y al respecto comenta García Sanjuan: «Por
eso, durante muchas décadas las teorías existentes sobre su emplazamiento,
función y significado social han sido muy deficientes y estaban pendientes de
comprobación o demostración».
La tercera estela,
la encontrada en 2023, es del tipo “con diadema, tocado de cabeza o aureola”,
muestra una figura igual de estilizada que la de 2018, con unos trazos
corporales muy similares, incluida la diadema situada sobre la cabeza.
Esta tercera estela incluye, además de la figura antropomorfa, diversos elementos comunes en este tipo de manifestaciones escultóricas, aunque con notables singularidades.
En primer lugar, por encima de la cabeza, aparece un elemento curvo, semicircular, tradicionalmente interpretado como diadema, de ahí su adscripción de esta estela a las diademadas. A derecha e izquierda de la cabeza se aprecia un espejo circular, con mango, y un peine. Y en el cuello se identifica lo que podría ser un collar. Sobre el torso, un elemento reticulado, interpretado como coraza. Además presenta una importante peculiaridad dentro del conjunto de las denominadas estelas del suroeste, puesto que en ella se ponen de manifiesto elementos genitales. Concretamente, en este caso, se han representado órganos genitales masculinos (testículos y falo).
Otra de las peculiaridades de esta pieza es que aparecen representadas una estaca y una daga, siendo la primera vez que se documentan en una estela diademada -identificadas con personajes femeninos- la representación de elementos de tipo armamentístico.
«Este sensacional hallazgo no solo corrobora, de nuevo y de forma inequívoca, la asociación de estas estelas a lugares funerarios», asevera García Sanjuán, «sino que aporta más indicios que pueden dar un vuelco a muchas hipótesis anteriormente planteadas en relación con este tipo particular de piezas de diadema. Se asumía que representaban solo a personajes femeninos, pero la ahora hallada dibuja a un hombre, como demuestran sus visibles genitales. Por otra parte, está rodeada también de una panoplia de armas, exactamente igual que las estelas de guerrero».
La arqueóloga Marta
Díaz-Guardamino (Universidad de Durham), codirectora de las excavaciones y especialista
en estos monumentos, comenta: «Las Capellanías está demostrando que muchas
de las suposiciones planteadas estaban equivocadas. Estas investigaciones
marcan un antes y un después en la interpretación científica de estas bellas
esculturas prehistóricas, ya que ofrecen información empírica valiosísima para
la comprensión de aspectos clave en la organización social de las comunidades
que habitaron el Suroeste peninsular durante el segundo y el primer milenio
antes de Cristo».
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