viernes, 14 de marzo de 2025

ECO.83 ¿CUÁLES SON LOS RESTOS MÁS ANTIGUOS DE LA ESPECIE HUMANA?

¿Cuáles son los restos más antiguos de la especie humana?, por A. Fernández García

En nuestra reciente excursión a Murcia en su rico museo se nos ofrecía un esquema evolutivo desde el simio hasta el homo sapiens.

Buscando por otra fuente hallo el siguiente esquema:

El análisis genómico ha establecido el siguiente parentesco: Gorila, Chimpancé, Bonobo, Neandertal, Denisovano, Homo sapiens…

A partir del análisis genético de la evolución humana y especialmente en su genealogía se dan cruces en ocasiones entre los humanos más arcaicos y los más actuales. Entre el cromosoma “Y”, que define al varón habría unos 340.000 entre el más antiguo y el actual.

Se ha descubierto la hibridación con otras especies humanas más antiguas como el Homo neanderthalensis entre un 1% y un 4% de genes por persona en Europa en el homínido de Denisova en Papúa Nueva Guinea en el Sudeste asiático, pero el porcentaje total de ADN del Homo neanderthalensis dentro de la población humana actual no africana el porcentaje alcanza un 20%, estando este genoma  relacionado con genes que dieron lugar a una heterosis, a adaptaciones ambientales, como fenotipos de la piel; pero, sobre todo, implicado en enfermedades como la diabetes tipo 2, la enfermedad Crohn, el lupus y la cirrosis biliar.

Hacia 1980 una expedición científica de la Unión Soviética a Costa de Marfil se hallaron restos humanos en plena selva, herramientas y piedras esculpidas por el Homo sapiens, pero en la segunda guerra civil de este país se perdieron. En 2020, otro equipo guiado por uno de los científicos que había participado en el descubrimiento original volvió a localizar el yacimiento y a excavarlo. Su investigación se pudo datar con precisión y determinar que los más antiguos son de 150.000 años.

Esta información se la debemos a un trabajo de Nuño Domínguez para El País.


Eslem Ben Arous, investigadora del Centro Nacional de Evolución Humana, en Burgos.

Eslem Ben Arous, de origen parisino, es investigadora del Centro Nacional de Evolución Humana, en Burgos (CENIEH), primera autora del estudio que se publica en Nature.

 

Explica la paleontóloga: “En los últimos años, gracias a nuevos datos genéticos y arqueológicos, nos hemos dado cuenta de que esa visión es falsa, y nuestro estudio es una prueba más de ello”.

Es experta en dos técnicas nuevas de datación de cristales de cuarzo en los sedimentos que se han aplicado sobre las dos capas del yacimiento marfileño. Los resultados muestran que una de las capas indica presencia humana continuada desde 150.000 hasta 50.000 años. La franja más reciente indica presencia sapiens hace entre 20.000 y 12.000 años. El análisis del polen y otros compuestos demuestran que esta zona de Costa de Marfil estaba cubierta por bosques lluviosos.

Arous explica: “Durante décadas, la investigación sobre el origen de nuestra especie en África se ha centrado en áreas con un alto potencial de descubrimiento de fósiles: entornos abiertos como pastizales y sabanas abiertas, y zonas costeras”. “Estos dos entornos son particularmente importantes para comprender la dispersión de las poblaciones humanas dentro de África y más allá. Sin embargo, la sobrerrepresentación de estas regiones ha dado lugar a una visión dominante que siempre hemos aprendido en nuestros libros de texto escolares: nos expandimos desde un único origen”, añade. Además, es prácticamente imposible que fósiles humanos de hace decenas de miles de años se conserven en estos terrenos húmedos y cálidos. Muy pocos equipos osan excavar en la selva y por eso se sabe tan poco sobre la evolución humana en este entorno.

El nuevo hallazgo demuestra que nuestra especie habitó la espesura africana durante decenas de miles de años; y que éstas fueron las primeras selvas del mundo en poblarse, aunque hasta ahora la presencia de sapiens más antigua en bosques lluviosos estuviese en Asia, hace unos 70.000 años. La conclusión principal del trabajo es que nuestra especie no tiene una única cuna, sino que hubo evolución conjunta de diferentes grupos en ambientes muy distintos, incluidas las selvas tropicales, resaltan los autores del hallazgo.


 

El paleoantropólogo marfileño Yodé Guedé, en 2021.

El paleoantropólogo marfileño Yodé Guedé

 

El yacimiento original, Bété 1, estaba situado a unos 20 kilómetros de la capital de Costa de Marfil, Abiyán, pero quedó destrozado en 2022 por la apertura de una mina. A pesar de ello, el marfileño Yodé Guedé, investigador del Instituto de Historia y Arqueología de Costa de Marfil, resalta: “Este descubrimiento es sólo el primero de los que habrá, pues hay más yacimientos en bosques lluviosos del país esperando a ser estudiados”. Guedé fue uno de los líderes de la expedición soviético-marfileña de los 80, y uno de los autores principales de la investigación actual, junto a Eleanor Scerri, del Instituto Max Planck de Geoantropología, en Alemania.

El paleoantropólogo del CSIC Antonio Rosas, que no ha participado en el estudio, cree que este hallazgo apoya la idea de que Homo sapiens es una especie “panafricana”. “La imagen evolutiva típica de nuestra especie dando un paso después de otro no es correcta”, destaca. En realidad, habría muchos grupos en ambientes distintos, algunos aislados, otros en contacto, que fueron aportando diferentes rasgos físicos, cognitivos y culturales hasta conformar la fisonomía y el intelecto único del Homo sapiens, apunta. La “gran aportación” del nuevo estudio en Costa de Marfil, añade Rosas, es que ha realizado un sofisticado análisis de polen antiguo y otros compuestos bioquímicos de las plantas que demuestran fuera de toda duda de que esa zona era un bosque lluvioso hace 150.000 años.

Rosas destaca una paradoja: sabemos más sobre la evolución de los neandertales en Europa en esta época que de nuestra propia especie en África. Pero nuevas campañas en zonas inexploradas del oeste del continente están abriendo una nueva ventana a la evolución en paralelo de sapiens y neandertales. Hace poco más de un mes, Rosas anunció el descubrimiento de herramientas humanas de hace 40.000 años en Guinea Ecuatorial. El hallazgo, llevado a cabo en Río Campo, reveló que nuestros ancestros no solo sobrevivieron, sino que prosperaron en uno de los ecosistemas más desafiantes del planeta, gracias a una tecnología lítica avanzada y una notable capacidad de organización social. Las herramientas de los sapiens africanos eran muy parecidas a las de los neandertales coetáneos. Lo interesante es que los grupos sapiens de las selvas africanas “persistieron mucho en el tiempo”, hasta hace unos 20.000 años o incluso menos, resalta Rosas. Mientras, los neandertales se extinguieron hace unos 40.000 años, precisamente cuando Homo sapiens llegó a Europa.




 

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