HÉROES DEL PUEBLO, por A. Fernández García
Tomás Moreno García es un hombre de La Azohía, que
entregó toda su vida al campo hasta que la naturaleza se lo impidió; es decir,
toda su vida útil. Hacía mucho tiempo que me estaba pasando por la cabeza
visitar a este buen vecino con el que siempre mantuve una relación amistosa,
además de que le compraba no pocas de las cosas que él podía surtirme: carne de
cabrito, conejo, pollo, estiércol, -excelente estiércol-, precisamente
procedente de sus mulas y de los animales que acabamos de mencionar.
Del monte en sus laderas
cada año ha sembrado y cosechado
en varias fértiles parcelas,
que de la rambla estaban a la vera.
Con sus mansas mulas ha labrado,
que dóciles tiraban del arado,
removiendo la pedregosa tierra,
que cuidadoso estercola cada año.
Te admiro, Tomás, te admiro y te aprecio,
porque has desafiado el tiempo,
porque has preferido el aire sano,
de tus mulas el silencio,
de los pájaros el canto,
de tus bestias el aliento.
Te recuerdo como ayer
y te sigo imaginando
de tus faenas volver
con tus piernas arrastrando,
las mulas y sus aperos,
con tu cuerpo gastado
y doblemente moreno.
Te recuerdo con tus cabras,
en escarpada ladera,
por encima de casa,
siguiendo estrechas sendas
entre esparto, tomillo, romero,
con brotes por alimento.
Con nostalgia lo recuerdo
de haber subido a tu encuentro,
cosas que hacer ya no puedo.
Mas de todo lo cultivado
lo mejor y más cuidado
lo tiene junto a su puerta,
en muy grande y bella huerta,
muy abonada y cuidada.
Allí recogía sus verduras y hortalizas,
variedad de vegetales,
higueras, limoneros…
gran variedad de frutales,
que podaba cuidaba y mantenía.
La frondosa huerta de Tomás
es de todas la mejor,
como la suya no hay más
en todo Bello Rincón.
A Tomás yo le he comprado
cabritos, estiércol, conejos,
siempre él ha fijado el precio.
Nunca le he regateado,
más bien siempre he pensado
que acaso su buen trabajo
mereciera más dinero.
Vive en bella planta baja
y muy cercana al paseo
y le mima su familia;
aún sueña con sus cabras
y lo que llenó su vida.
Y yo a ellos les deseo
lo mejor en lo que vivan.
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