DERECHOS HUMANOS (XX), por A. Fernández García
(continuación)
Más que continuar deseo reiterar, insistir… en este artículo 21, en sus 3 apartados. En el nº anterior mencionaba, entre otros, tres países hispanos que sufren la misma desgracia que hemos sufrido en España durante cuarenta años. ¿Saben los españoles que hemos sufrido una dictadura entre 1936 y 1975 en que murió el dictador? ¿Saben que esa dictadura se impuso con la poderosa ayuda de otras dos grandes potencias, la Italia fascista y la Alemania nazi?
Cuba, nuestro país hermano, acaso
el más hermano, sufre 65 años de inamovible dictadura. En él ni siquiera hay
procesos electorales; todo queda en familia: Fidel Castro, 1959-2011, su
hermano Raúl sigue… sin cambios a la vista. ¿cuántos quedan de los que
participaron en su revolución? Atisbé ese deseo de cambio hace casi veinte años
en las personas con las tuve contacto, aunque fuera sólo algunos y con
habitantes del entorno de Varadero, pero bastante para sentir su cercanía a
España. Sabían ellos más de aquí que yo sabía de allí.
NICARAGUA
El Frente Sandinista de Liberación Nacional consiguió derrocar al dictador Anastasio Somoza. Asume el poder Daniel Ortega. Por el medio la contra, las intervenciones militares, terremotos muy destructivos, presidencia femenina… Desde 2007 detenta el poder Daniel Ortega, según pasan los años de manera más absolutista: ha encarcelado al obispo, ha expulsado a más de 200 presos políticos, ha privado de la nacionalidad a los escritores Sergio Ramírez y Gioconda Belli, de la que leímos en 2023 “El pergamino de la seducción”. No sé cómo se puede privar a una persona de su nacionalidad, de su registro de nacimiento. Eso tampoco le privó a nuestro dictador de privar de la nacionalidad española a decenas de miles de personas.
Una dictadura nunca debe ser sustituida por otra dictadura, aunque sea de signo contrario. Eso es una terrible degradación para un país. A una dictadura debe suceder siempre una democracia. En eso España supone un ejemplo. Por imperfecta que sea siempre es preferible. El relevo en el poder periódicamente, lógicamente en los tres poderes, es como una purga medicinal, que previene de los vicios que arrastra la excesiva permanencia. La democracia en sí misma es tan buena que hasta sus enemigos utilizan su nombre; pero siempre lo hacen evitando la división de poderes y el cambio periódico.
“La ONU concluye que las
elecciones en Venezuela no cumplieron las medidas de integridad y
transparencia. El panel de expertos cuestiona que no se hayan publicado las
actas y asegura que éstas parecen difíciles de falsificar”. Esto
debiera bastar para que Nicolás Maduro aceptara los resultados de las
elecciones presidenciales y diera lugar al relevo. Recordamos que hace pocos
años perdió las legislativas y no aceptó los resultados. Lo más grave de
Maduro, más que sea presidente desde 2013, es que controle los tres poderes de
manera absolutista. ¿Entrará en razón esta vez ante la presión y aislamiento
mundial?
(continuará)
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