Los parados mayores (en paro a partir de los 50), por A. Fernández García
“Te comes muchísimo la cabeza,
dudas de ti misma”, lamenta una mujer en paro. Las personas sin trabajo
sufren más problemas de salud mental
A fecha de hoy, 10 de enero de 2024 hay en España 20.836.010 afiliados a la Seguridad Social.
Y 2.707.456 desempleados, de los que 1,62 millones son mujeres y 1,09 millones son hombres.
Según el informe de la SEPE, los parados de larga duración, 479.800 personas, para 2023 supone el 42% del total de parados.
Si bajamos la edad a 45 años el porcentaje llega al 56,4% del total de desempleados de nuestro país.
Estos datos nos dan a entender que los mayores parados superan a los jóvenes, con lo que supone de agravante a su estado de ánimo, emocional y psicológico.
Las personas sin trabajo, aunque estemos en mínimos históricos, sufren más problemas de salud mental. Sienten depresión y ansiedad en mucho mayor porcentaje que los empleados de esa misma edad.
“¿Y tú de qué trabajas?” Ante el temor a esa pregunta se aíslan, no salen de casa, hasta rehúyen encontrarse con amigos y familiares. “Si no trabajas parece que no vales nada”. “Temes que te señalen como una vaga”.
“La pérdida del trabajo se percibe como un fracaso personal y se interioriza como una pérdida de valor”. “Perder el trabajo supone para muchas personas un fuerte golpe para la autoestima y puede llegar a comprometer su sentido de identidad. El trabajo, además, es una fuente de contactos sociales que, al desaparecer, puede contribuir al aislamiento social”. Juan Oliva, profesor del departamento de Análisis Económico y del Seminario de Investigación en Economía y Salud (SIES) de la Universidad de Castilla-La Mancha y autor del estudio El impacto de la Gran Recesión en la salud mental en España. “Es muy frustrante, si ahora tengo más tiempo que nunca para trabajar. Pero es que no me llaman para ninguna entrevista”.
Actualmente, los jóvenes en paro ya son minoría. Salvan mejor la situación gracias al amparo de padres y abuelos, que les permite retrasar la emancipación, superior a la media de la Unión Europea. Sin embargo, esto se debe más a la dificultad de disponer de vivienda, problema que arrastra décadas en nuestro país.
Lo de los mayores, entre los más longevos del mundo, se presenta difícil. Las grandes entidades bancarias y comerciales lo ponen cada día más. Cierran oficinas, reducen personal, reducen horario, exigen trámites informáticos que no están al alcance de la mayoría…
Puedo decir que Carrefour, del que fui cliente durante décadas, me invalidó la tarjeta; el Banco de Santander, por su parte, me denegó el adelanto de una mensualidad de mi pensión.
Supongo que no soy el único en semejantes situaciones.
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