EL SER HUMANO ACTUAL -PRODUCTOR CONSUMIDOR- (XI), por Eladio Chávarri filósofo [1952-2002] en estudio y comentario de Baldomero López Carrera, filósofo.
Entregas anteriores en nº 66, nº 67, nº 68, nº 69, nº 70, nº 71, nº 72, nº 73, nº 74 y nº 75
Una muestra de la modalización
económica y biopsíquica de las demás dimensiones valorativas
1. La modalización de la dimensión valorativa cognitiva
La modalización económica y
biopsíquica de la dimensión valorativa cognitiva se manifiesta en la función
hegemónica y casi absoluta que se le da al conocimiento científico y
tecnocientífico. ¿Por qué? Porque la mitad de ser y de vida económica, la mitad
de la riqueza actual de las sociedades desarrolladas, depende del cultivo de
muchas teorías científicas. Y no sería exagerado añadir, que bastante más de la
mitad del cultivo de los valores biopsíquicos, desde las células a la limpieza,
depende de otro número igualmente grande de otras teorías científicas. Esto
significa que los demás saberes (común, filosófico y teológico) queden
oscurecidos, y que, por lo mismo, la educación de la juventud sea absorbida
casi por completo por el saber científico.
Pero, qué tipo de conocimiento necesitan, sobre todo, estos últimos marcos de experiencia? Pues los que se originan en la variación valorativa cognitiva del saber científico, en la que incluyo también la variación de saber tecnocientífico. De ahí que la masiva demanda de valores biopsíquicos y económicos conduzca inevitablemente a una demanda también masiva de conocimiento científico. Suele decirse que la mitad de ser y de vida económica, es decir, la mitad de la riqueza actual de las sociedades desarrolladas depende del desarrollo de muchas teorías científicas.
Es
un hecho incuestionable, por consiguiente, que el centro valorativo dinámico de
nuestra situación valorativa atrae hacia sí con gran fuerza a una parte muy
relevante de la variación valorativa epistémica científica. Se comprende que
esta modalización biopsíquica-económica de la ciencia ha de tener hondas
repercusiones específicas en el interior de la propia ciencia, en los demás
valores y contravalores cognitivos, en el sistema de educación cognitiva de la
juventud y en la orientación de instituciones como las universidades y las
empresas.
(continuará)
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