lunes, 22 de enero de 2024

ECO.76 Derechos Humanos (XVI)

Derechos Humanos (XVI), por A. Fernández García

(continuación)

 

ARTÍCULO 18

“Toda persona tiene derecho a la libertad de expresión de pensamiento, de conciencia y de religión; este derecho incluye la libertad de cambiar de religión o de creencia, así como la libertad de manifestar su religión o su creencia individual y colectivamente, tanto en público como en privado, por la enseñanza, la práctica, el culto y la observancia.”

 

Este artículo parece concebido desde países democráticos y para países democráticos. Cuando nuestra actual Carta Magna acaba de cumplir 45 años considero que supone uno de los periodos más estables de nuestra historia, a pesar del ruido cotidiano.

Durante más de ocho siglos la Península Ibérica estaba compartida por musulmanes, cristianos y judíos, con intervalos de paz.

Después (S.XVI) se expulsa a los judíos y moriscos, lo que, considerado desde hoy, pudo ser un error.

Desde nuestro Siglo de Oro, (XVI-XVII) la Inquisición llegó a ser una losa para clase intelectual hasta muy entrado el Siglo XIX.

A partir de ahí se desarrolla la Edad de Plata de nuestra cultura, truncada por la Guerra Civil.

Entre 1936 y 1975, para la élite intelectual transcurre un largo y negro periodo en cuanto a libertades se refiere: libertad de expresión, libertad religiosa, libertad política; privación de muchas libertades, especialmente para la mujer; la mujer supeditada al marido, sin capacidad de decisión: para desplazarse, viajar, disponer de dinero en una cuenta, aunque fuera suyo.

Cientos de intelectuales, profesores, escritores, creadores artísticos fueron sacrificados, simplemente por sus ideas; cientos de ellos se exiliaron para salvar su vida.

Ahora los españoles de ambos sexos tienen más libertades que nunca. Los medios de comunicación se han multiplicado con gran libertad.

Ello hace que las personas puedan estar más informadas por gran variedad de profesionales de la prensa y los diferentes medios informativos. Hasta están al acecho de las contradicciones de los líderes más destacados.

Ahora, en una segunda parte, consideremos la ÉTICA y LA ESTÉTICA, la honradez, el respeto y la tolerancia en la información. Yo, muy modesto escritor aficionado, no me siento enemigo de nadie y de modo consciente no dirigiré a nadie expresiones que le puedan ofender.

Me siento profundamente enemigo de la mentira, la falsedad, el cinismo, el falso testimonio, el habla mordaz…; sobre todo si son deliberados y persistentes.   


(continuará)



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