miércoles, 22 de abril de 2020

ECO.53 Pandemia de Covid-19. Un nuevo reto

Pandemia del Covid-19. Un nuevo reto, por Francisco Ramos, médico


Hoy, 7 de abril, día mundial de la salud nos encontramos inmersos en una pandemia que afecta o afectará a todos los países por igual, en algunos hará más estragos, como siempre, en los países más pobres, en otros los que presumen de tener más recursos, se pelearán por adquirir los recursos necesarios para paliar esta pandemia con más eficacia.
Esta publicación se caracteriza por ser un instrumento donde se da información, opiniones y reflexiones que enriquecen el conocimiento y sobre todo genera una corriente de crítica de los hechos. Acogiéndome a estos principios, no me voy a dedicar a dar recomendaciones sobre cómo prevenir el contagio o abordar la infección de "Covid-19". Esta información es más que sabida porque el Gobierno del Estado español y las autoridades sanitarias así lo hacen, dando información básica y actualizándola conforme los nuevos conocimientos así lo evidencian. Me voy a referir, con vuestra licencia a enunciar la cronología de las últimas pandemias y  reflexionar sobre ello:
·    En 1997 se produjo el primer caso de gripe aviar en el ser humano y los gobiernos y autoridades sanitarias vieron un riesgo de pandemia e hicieron avances sobre la elaboración de vacunas, pero aquella amenaza desapareció. No obstante, se siguen vigilando los casos que aparecen de gripe aviar.
·        En 2009 hizo presencia la pandemia del virus de la gripe A subtipo H1N1. Esta pandemia se preveía que tendría un gran efecto sobre la salud, pero se superó mejor de lo esperado. No obstante, se criticó al gobierno, por cierto socialista, de haber hecho un gran acopio de vacunas y fármacos. Posteriormente, se ha seguido introduciendo en la vacuna anual de gripe el subtipo de H1N1 que generó la pandemia.
·      En el año 2003 y 2012 se detectaron 2 brotes de coronavirus, el SARS (virus respiratorio agudo y grave) y MERS (virus respiratorio de oriente próximo) respectivamente, que, aunque producían una alta letalidad tuvieron poca incidencia. Ambos muy similares genéticamente con el covid-19.
·     Como sabemos, a finales de diciembre de 2019 ha aparecido este nuevo coronavirus y sorpresivamente se ha comportado con una alta transmisibilidad y letalidad, cogiendo a todos los gobiernos desprotegidos, sin armas terapéuticas eficaces y sin tiempo para reaccionar con medidas para evitar su trasmisión.

Reflexiones:
Este virus parece que viene para quedarse, como el de la gripe, por lo cual tenemos que aprender a vivir con él.
§  Por su facilidad para trasmitirse todos estamos condenados a infectarnos, al igual que pasó con la pandemia de gripe de 1919. Y para poder ser atendidos por los servicios sanitarios, con un mínimo grado de eficacia, debemos infectarnos escalonadamente, no todos a la vez.
§  En los países "ricos o desarrollados", fruto de la investigación de las industrias farmacéuticas, todos los meses se aprueban multitud de medicamentos nuevos o se modifican las indicaciones de los ya existentes para tratar enfermedades crónicas con la finalidad de alargar unos meses la vida o mejorar la misma. Igualmente, se incorporan nuevas técnicas quirúrgicas o diagnósticas con la misma finalidad. Por contra, pocos avances hay en la terapia de enfermedades infecciosas, quizás porque su incidencia en las sociedades desarrolladas es baja o porque su consumo está limitado en el tiempo, con alguna salvedad, como es el caso de VIH-Sida donde los avances terapéuticos han conseguido que pase a ser una enfermedad crónica que conlleva tratamiento crónico de por vida.
§  Esta pandemia es previsible que produzca muchas muertes, más de las esperadas, pero ¿superará a los más de 6.000.000 personas que mueren todos los años por tuberculosis, los 1.500.000 niños que mueren por desnutrición o los más de 500.000 que lo hacen por falta de agua potable o malaria?, esperemos que no sea así. Estas muertes que se producen en los países pobres y que se podrían evitar, sí... Se podrían evitar porque conocemos cómo abordar el problema; es simplemente, mejorando las condiciones de vida de estas personas.
§  La facilidad de trasmisión del "covid-19" está facilitada, sin lugar a dudas, por la globalización, la comunicación entre comunidades bien comerciales o lúdicas, la fluidez del tránsito de personas y mercancías. Esto que es una ventaja para mantener el comercio y la sociedad del consumo, también va a contribuir a globalizar las enfermedades y en ese sentido, van a aparecer enfermedades emergentes, unas nuevas como ésta y otras que ya estaban erradicadas como el paludismo.
§  No quiero seguir profundizando en el tema, espero que haya más ocasiones. Solo quiero hacer una reflexión final:
§ Tenemos el mejor sistema de salud pública del mundo, estoy convencido, tenemos avances tecnológicos sofisticados, participamos en líneas de investigación innovadoras y los profesionales sanitarios gozan de habilidades, conocimientos y actitudes con capacidad para enfrentarse a cualquier reto. No obstante, ahora nos dicen que la única forma de evitar que esto sea catastrófico es manteniendo medidas de higiene, lavado de manos, ropa, enseres y modificación de conductas. Cuando fracasa la tecnología solo queda recurrir a lo más básico, lo más elemental y de sentido común, hábitos que no se deben olvidar ni dejar de practicar y que deben haber sido adquiridos en la más tierna infancia.

Por último, con vuestro permiso, os voy a comentar una experiencia que me ocurrió en la década de los años 90, cuando en una emisora de radio de gran audiencia, un periodista de gran renombre criticó y atacó duramente por simplista y xenófobo un libro que hablaba de hábitos higiénicos y pautas de conducta, del cual yo era coautor y coordinador. Evidentemente, este ataque no iba directamente contra mí, no soy tan importante, me imagino, tal como demostraron los hechos, que iba dirigido al político de turno que había autorizado la edición y distribución del mismo. Este hecho me marcó muy seriamente. Desde entonces no he vuelto a escribir ni coordinar ningún libro, a excepción de alguna colaboración en capítulo de libro y en esta publicación donde vengo colaborando desde el principio y que próximamente dejaré.
Me imagino que os preguntaréis por qué os relato este acontecimiento, simplemente porque, a pesar de considerarlo simplista y xenófobo, me reafirmo que cumplía su finalidad de socializar los conocimientos y generar una actitud crítica sobre nuestra forma de comunicarnos.


Salud, Suerte y Optimismo.

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