El segundo Barco Fenicio de Mazarrón (II), por Paco Acosta
(continuación)
Con el hallazgo del “Mazarrón-II” se pudo documentar por primera vez y de modo excepcional la vía marítima de la explotación del metal que los fenicios practicaron en la península ibérica, que solo se conocía a través de los textos clásicos. Además, este yacimiento da a conocer por primera vez la construcción naval, la vida a bordo, el sistema de estibado y abarrotado y el uso de anclas construidas más antiguo que se conoce.
Se trata de un barco fechado en el siglo VI a. C. que cuenta con unas medidas de 8,15 m de longitud por 2,25 m de manga construido con madera de ciprés, pino carrasco, higuera y olivo.
Como ya se ha comentado antes, tras extraer su carga, el barco quedó en el yacimiento (bajo el agua), en el mismo lugar donde se encontró, protegido por la “caja fuerte” que se construyó expresamente para él, y cubierto por arena con el fin de garantizar su conservación.
Las pequeñas dimensiones del pecio “Mazarrón-II” inducen a pensar que se habría dedicado a cubrir rutas cortas, realizando una navegación de cabotaje, con viajes diurnos y paradas nocturnas, seguramente transitando a lo largo de la costa mediterránea peninsular. Esta navegación de recaladas también vendría avalada por el tipo y origen de la mercancía que transportaba, que permaneció a bordo tras el naufragio; se recuperó en la primera campaña de excavación, y está expuesta en el Museo Nacional de Arqueología Subacuática (ARQUA) de Cartagena. El “Mazarrón-II” transportaba 2800 kilos de mercancías, un peso importante pero muy por debajo de las 90 toneladas, que según algunos expertos llevaban los grandes barcos fenicios -o incluso de las 20 toneladas, según citan otros autores-.
El producto transportado era
plomo litargirio fundido en forma de tortas, un mineral de desecho durante la
extracción de plata que probablemente se utilizaba para realizar nuevos
procesos de copelación que permitían extraer más plata. El origen del mineral,
según las pruebas de isótopos de plomo que se realizaron tras la excavación,
está en las minas de Mazarrón o Cartagena, un área conocida y explotada por sus
recursos metalíferos. Esta información sugiere que el barco, cuando se hundió,
no estaba en su destino, sino en su punto de origen, cargado y dispuesto
para iniciar el viaje.
Y ahora, recién terminada la
extracción troceada del “Mazarrón-II” (el contemplar los trabajos de los
arqueólogos, ha sido una de las atracciones de los que pasaban por la Playa de
la Isla), se ha vuelto a reavivar la controversia sobre «el lugar en
donde quedará expuesto el “Mazarrón-II” »…
(continuará)
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