Constitución Española 1978 (XXV), por A. Fernández García
(continuación)
Artículo 40 Redistribución de la
Renta. Pleno empleo
1. “Los poderes públicos promoverán las
condiciones favorables para el progreso social y económico y para una distribución
de la renta regional y personal más equitativa en el marco de una política de
estabilidad económica. De manera especial realizarán una política orientada al
pleno empleo.”
El progreso social y económico en
nuestro país atraviesa un buen momento en estos años posteriores a la pandemia.
Los índices de crecimiento figuran entre los más altos de la UE y de la OCDE en
unos años en los que la evolución, aunque positiva, es lenta.
La distribución de la renta
regional y personal, en cambio, dista mucho de ser la deseable. La diferencia
entre Zahínos, Higuera de Vargas con una renta anual de 13.746€ y 15 municipios
más entre Extremadura y Andalucía con rentas similares, por un lado; por otro,
Pozuelo de Alarcón con 85.323€ en Madrid. Por regiones, Melilla, Canarias,
Andalucía, Extremadura, de menos a más, por un lado, por otro, de más a menos,
Madrid, País Vasco, Navarra, Cataluña. Entre los 17.747€ de Andalucía y los
32.048€ de Madrid.
Considero que se mantiene una
política de estabilidad económica. La política orientada hacia el empleo
existe, pero el pleno empleo nunca se da en nuestro país, ni siquiera ahora con
más de 21 millones de empleados, la cifra más alta de nuestra historia.
Se da la paradoja: a fecha de hoy
hay más de 2,7 millones de españoles en paro y más de otros tantos extranjeros
trabajando.
Por parte de nuestro empresariado
se dan alertas sobre la falta de empleados para el campo, para la hostelería, para la
construcción, falta de obreros cualificados. Yo me pregunto si todos nuestros
jóvenes aceptan esos trabajos; es más ¿están dispuestos a obtener la debida
cualificación?
2. “Asimismo, los poderes públicos fomentarán
una política que garantice la formación y readaptación profesionales; velarán
por la seguridad e higiene en el trabajo y garantizarán el descanso necesario,
mediante la limitación de la jornada laboral, las vacaciones periódicas
retribuidas y la promoción de centros adecuados.”
En muchos de los contenidos de
este apartado ha habido grandes lagunas, a veces, graves: los poderes públicos
fomentarán una política que garantice la formación y readaptación
profesionales. La gran crisis que se originó en Estados Unidos con la quiebra
de Lehman Brothers el 15 de septiembre de 2008 por la burbuja inmobiliaria se
extendió a todo el mundo en profundas restricciones y falta de liquidez, que
como es habitual en nuestro país, se aplican a los dos sectores básicos: la
educación y la sanidad. Se redujeron en gran medida los centros formativos. Se
generalizan los aprendices en muchas profesiones de largos horarios, no siempre
asegurados, en condiciones que dejaban en el aire los últimos supuestos de este
apartado hasta no hace muchos años.
Creo tener noticia de que desde hace algunos meses se está reactivando la formación profesional, lo que no deja de ser una noticia muy positiva.
(continuará)
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