Cambio Climático. El "Negocio Internacional" de la contaminación (II), por Paco Acosta
(continuación)
Las limitaciones de espacio en el boletín anterior, no permitieron rematar adecuadamente esa parte del artículo. Es más, se quedó en un punto que podría dar pie a unas conclusiones “incorrectas”. Me explico.
Efectivamente entre los tres primeros emisores mundiales de Gases de Efecto Invernadero (GEI), -China, Estados Unidos e India-, se supera la mitad de las emisiones mundiales… Y de ellos China “se lleva” casi un tercio de las emisiones mundiales. Y si continuamos sumando, los diez primeros países del ranking, “sueltan” casi el 69% de los GEI que se emiten en todo el mundo. Hasta ahí las cifras son inapelables.
Pero hay que señalar que los seis países asiáticos que aparecen en el ranking, son de los más poblados del planeta. Y si tenemos en cuenta la población, resulta que la cantidad de CO2 que, per cápita, se emite en Europa es significativamente mayor en Europa que en Asia.
Y para complicar aún más el razonamiento, todos sabemos que, desde hace algún tiempo, las actividades más contaminantes (extracción de petróleo y gas, fabricación industrial, etc.) se concentran, o se han trasladado, a unos pocos países productores. Por lo que si queremos tener una visión más global, a la hora de evaluar la huella de carbono de las poblaciones, hay que tener en cuenta también las emisiones vinculadas a los productos importados.
Por tanto, conscientes de que es
una obligación de todos reducir la contaminación, los principales
países, -y entre ellos también la Comunidad Europea-, han puesto en marcha un
ambicioso proyecto para proteger la salud humana y el medio ambiente.
¿Qué es el comercio de
emisiones?
El comercio de derechos de
emisión de GEI (Gases de Efecto Invernadero), es un mecanismo que permite a los
países y empresas comprar y vender permisos para emitir una cantidad
determinada de GEI, con el objetivo de reducir las emisiones globales de manera
eficiente y económica.
Los programas de comercio de
derechos de emisión tienen dos componentes clave: un límite (o tope) a los
GEI que pueden emitirse en una región o sector específico y los derechos
de emisión negociables equivalentes al límite que autoriza a los titulares
de esos derechos a emitir una cantidad específica (por ejemplo, una tonelada de
CO2) de GEI.
El fijar un límite concreto
garantiza que se cumpla el Objetivo ambiental.
El comercio (compra / venta) de
derechos de emisión facilita a los países la posibilidad de negociar permisos
para emitir GEI.
Este sistema se basa en la idea de que las emisiones globales deben reducirse, pero no todos los países tienen la misma capacidad o necesidad de reducir sus emisiones.
Límites de Emisión: Cada país tiene un límite establecido sobre la cantidad total de emisiones que puede generar, basado en compromisos internacionales, como los del Protocolo de Kioto o el Acuerdo de París.
Asignación de Derechos:
Los gobiernos asignan derechos de emisión a las empresas dentro de su
jurisdicción. Estos permisos suman el total del límite establecido y pueden ser
distribuidos según determinados criterios, o subastados a las empresas.
Los derechos de emisión, al ser negociables -es decir, se pueden comprar y vender- brindan flexibilidad para que las fuentes de emisiones individuales establezcan su propio camino de cumplimiento de los objetivos.
Comercio: Si una empresa emite menos gases de lo que tiene permitido, puede vender sus derechos no utilizados a otra empresa que necesite emitir más. Las empresas que logran reducir sus emisiones por debajo de su cuota pueden vender sus permisos sobrantes. Esto crea un incentivo económico para reducir las emisiones, ya que las empresas pueden beneficiarse financieramente al vender sus excedentes. Y aquellas que, por sus propias circunstancias, vayan a superar sus límites, pueden adquirir derechos de otras empresas.
Flexibilidad: El sistema no se refiere únicamente a un comercio “interno” entre las empresas de un país, sino que el comercio internacional permite a los países cumplir con sus objetivos de reducción de emisiones de manera más flexible y eficiente.
Por ejemplo, un país que logra reducir sus emisiones significativamente puede vender sus derechos sobrantes a otro país que tenga dificultades para cumplir con sus metas.
Mercados: Existen mercados específicos donde se compran y venden estos derechos, lo que ayuda a establecer un precio para las emisiones y fomenta la inversión en tecnologías más limpias. De esta manera, se crea un mercado de carbono donde el precio de los permisos fluctúa según la oferta y la demanda.
Impacto Ambiental:
La idea es que, al permitir el comercio, se logre una reducción global en las
emisiones a un costo menor y se incentive la innovación en energías renovables
y tecnologías sostenibles.
Este sistema ha sido objeto de
críticas y debates, especialmente en cuanto a su efectividad real para reducir
las emisiones y su impacto en el medio ambiente. Sin embargo, sigue siendo una
herramienta importante en la lucha contra el cambio climático.
(continuará)
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