Va por ellas, ¡¡¡Por todas!!!, por "Sienso"
Hace ya casi dos meses que se
celebró el día de la mujer.
En 1910 tuvo lugar el segundo
encuentro internacional socialista en Copenhague. Allí se propuso fijar un día simbólico,
en torno al 8 de marzo, que sirviera para reivindicar los derechos. de todas
las mujeres, principalmente el derecho al voto.
Desde hace más de 100 años, en la
citada fecha, se celebran los derechos conseguidos por las mujeres en todos los
ámbitos y se conmemora la larga historia de luchas y sacrificios para
conseguirlos.
En la actualidad se celebran
marchas y concentraciones en todo el mundo para denunciar que todavía queda
mucho camino por recorrer hasta conseguir la ansiada igualdad entre sexos. Pero
la realidad constata que, en muchos países, nacer mujer aún es una desventaja
social.
Aquí en España surgió un grupo de
mujeres, nacidas entre los años 1898 y 1914, abiertas a nuevos conceptos de
modernidad, de las ideas avanzadas y vanguardistas provenientes de Europa.
Fueron mujeres comprometidas con su tiempo y realidad social que tuvieron una
actitud rompedora para intentar transformar la realidad y el panorama cultural
en campos tan variados como la poesía, la literatura, la música o el cine en
aquella España tan atrasada y convulsa. Algunas de ellas fueron exiliadas y
tuvieron que continuar su actividad fuera de nuestro país.
Sin restarles méritos, en
absoluto, es justo hacer constar que todas procedían de clases sociales
acomodadas, que todas pudieron acceder a la cultura y contaron con los medios
materiales necesarios para dedicarse plenamente a profundizar en el arte en el
que habían destacado y para el que tenían aptitudes. También tuvieron la
posibilidad de viajar por diferentes países para, además de difundir su obra,
ampliar sus conocimientos.
Más adelante, a principios de los
años 80 del siglo pasado, comenzó a celebrarse con fuerza en nuestro país lo
que en principio se llamó "día de la mujer trabajadora" y más tarde,
simplemente "día de la mujer". Las calles de las principales ciudades
se llenaron de mujeres que portaban pancartas y lanzaban proclamas reivindicando
protagonismo y derechos. Pasaron los años y el movimiento continuó creciendo,
aunque el protagonismo se lo fueron disputando mujeres, sindicatos y partidos
políticos.
Pero quiero en estas líneas
recordar y hacer un homenaje a unas mujeres, para mí, muy especiales e importantes
en nuestra historia reciente. Me refiero a las mujeres del mundo rural que
vivieron durante nuestra guerra civil y en las décadas posteriores. Ellas
llevaron, en buena parte, el peso de la vida doméstica de su entorno; de ellas
dependía la economía pues eran las administradoras, el cuidado y la
alimentación de la prole, la limpieza y el mantenimiento del hogar, ayudaban en
las tareas del campo, especialmente en época de siembra y recolección; además,
no dudaban en realizar eventualmente trabajos ajenos remunerados que siempre
venía bien a la economía familiar.
Pero cuando verdaderamente hacían
magia era a la hora de poner cada día sobre la mesa los alimentos suficientes
para alimentar a la familia. El "super" era para ellas la huerta y el
corral. De ahí había que abastecerse diariamente tratando de ser suficiente y
original para no repetirse mucho; la comida dependía de lo que daba la huerta,
de algún pequeño animal de corral y de los huevos que ponían las gallinas.
Si había que hacer magia
diariamente, un día clave era cuando se celebraba el mercadillo semanal del
pueblo vecino. El grupo de vecinas se apoyaban en todo y para todo
continuamente. Diariamente hacían el mismo ritual, muy temprano iban cada una a
su corral y hacían acopio de todo el material posible que solía estar compuesto
por unos cuantos huevos, quizá un par de conejos y algún pollo; siempre
cuidando de que el equilibrio de la fauna doméstica no se resintiera. Con el
escaso dinero obtenido se compraba lo más necesario para el hogar ya que
siempre solía haber alguna emergencia, se reponía algo de vestimenta para quien
más lo necesitaba, había que comprar algo de pescado para la paella que era el
menú especial para ese día. Finalmente había que comprar unos
"pirulís" para los más pequeños que los esperaban con ansiedad.
Esto recordaba el milagro de
" los panes y los peces"
Eran grandes mujeres, mujeres de
verdad, muy fuertes, mujeres CON MAYÚSCULAS.
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