Cambio Climático. Comunicado de Prensa del IPCC -Marzo 2023- (y II)
(continuación)
Un claro camino por recorrer
La solución radica en el
desarrollo resiliente al clima. Ello implica integrar las medidas de adaptación
al cambio climático con acciones orientadas a reducir o evitar las emisiones de
gases de efecto invernadero, de manera tal que aporten mayores beneficios.
Por ejemplo, el acceso a las
energías y las tecnologías limpias mejora la salud, especialmente en el caso de
las mujeres y los niños; la electrificación con bajas emisiones de carbono, los
desplazamientos a pie y en bicicleta y el transporte público mejoran la calidad
del aire, la salud y las oportunidades de empleo, a la vez que fomentan la
equidad. Los beneficios económicos para la salud humana derivados solo de la
mejora de la calidad del aire serían aproximadamente iguales, o quizás incluso
superiores, a los costos que implican reducir o evitar las emisiones.
El desarrollo resiliente al clima
se torna cada vez más difícil con cada aumento del calentamiento. Por este
motivo, las decisiones que se tomen en los próximos años serán fundamentales
para determinar nuestro futuro y el de las generaciones venideras.
Para que esas decisiones resulten
eficaces, deben estar basadas en nuestros diversos valores, opiniones y
conocimientos, incluidos los conocimientos científicos, indígenas y locales.
Este enfoque facilitará el desarrollo resiliente al clima y generará soluciones
adecuadas a nivel local y aceptables desde una perspectiva social.
“Los mayores avances en
materia de bienestar podrían lograrse al priorizar la reducción de los riesgos
climáticos en las comunidades marginadas y de bajos ingresos, incluidas las
personas que viven en asentamientos informales”, expresó Christopher
Trisos, uno de los autores del informe. “La acción climática
acelerada solo se concretará si se aumenta considerablemente la financiación.
La financiación insuficiente y asignada incorrectamente frena el avance”.
La facilitación de un desarrollo sostenible
Existe suficiente capital en el
mundo para disminuir rápidamente las emisiones de gases de efecto invernadero
si se reducen los obstáculos existentes. Para lograr los objetivos climáticos a
escala global, es importante aumentar la financiación destinada a las
inversiones en la esfera del clima. Los gobiernos, mediante la financiación
pública y unas señales claras a los inversionistas, son fundamentales a la hora
de reducir estos obstáculos. Los inversionistas, los bancos centrales y los
reguladores financieros también pueden aportar su contribución en este sentido.
Existen medidas de política de
eficacia comprobada que pueden ayudar a lograr una reducción drástica de las
emisiones y a impulsar la resiliencia al clima si se amplían y se aplican de
manera más generalizada. El compromiso político, las políticas coordinadas, la
cooperación internacional, la administración de los ecosistemas y la gobernanza
inclusiva revisten importancia para propiciar la acción climática eficaz y
equitativa.
Si se comparten las tecnologías,
los conocimientos especializados y las medidas de política adecuadas, y se
aporta de inmediato la financiación suficiente, cada comunidad puede reducir o
evitar el consumo con altas emisiones de carbono. Al mismo tiempo, mediante una
inversión considerable en las medidas de adaptación, es posible evitar los
crecientes riesgos, especialmente en el caso de los grupos y las regiones
vulnerables.
El clima, los ecosistemas y la
sociedad están interconectados. La conservación eficaz y equitativa de entre el
30 % y el 50 %, aproximadamente, de los recursos terrestres, marinos y de agua
dulce de la Tierra ayudará a garantizar la salud del planeta. Las zonas urbanas
ofrecen una oportunidad a escala global para fomentar una acción climática
ambiciosa que contribuya al desarrollo sostenible.
A través de los cambios en el
sector alimentario, la electricidad, el transporte, la industria, los edificios
y el uso de la tierra, se pueden reducir las emisiones de gases de efecto
invernadero. Al mismo tiempo, estos cambios pueden ayudar a las personas a
llevar un estilo de vida con bajas emisiones de carbono, lo cual también promoverá
la mejora de la salud y el bienestar. Con un mayor conocimiento de las
consecuencias del consumo excesivo, las personas pueden tomar decisiones mejor
fundamentadas.
“Es más probable que los
cambios transformadores prosperen cuando existe confianza, cuando todos
colaboran para priorizar la reducción de los riesgos, y cuando los beneficios y
las cargas se comparten de forma equitativa”, sostuvo Lee. “Vivimos
en un mundo diverso en el que cada persona tiene diferentes responsabilidades y
distintas oportunidades para generar cambios. Algunas personas pueden realizar
una gran contribución, mientras que otras necesitarán apoyo para gestionar el
cambio”.
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