"Turistas extranjeros" por la zona de Cartagena y Mazarrón, en los siglos XVIII y XIX (IV), por Paco Acosta
(continuación)
SAMUEL EDWARD COOK
(1787-1856)
Este viajero inglés, capitán de
navío, realizó dos viajes a España, que relató -junto con sus impresiones sobre
los españoles- bajo los nombres Sketches in Spain during the years
1829-1832 (publicado en 1843, en 2 volúmenes) y Spain and the Spaniards
in 1843 (que fue publicado en 1844). Pasado el tiempo tomó el
apellido materno Widdrington, y con este nombre se editaron algunas
reimpresiones de sus libros.
Pasó por Cartagena, destacando su
Puerto y Arsenal, aunque los encuentra en estado de abandono. Comenta que los
franceses, a pesar de intentarlo con su escuadra, no pudieron conquistar Cartagena
durante la guerra de Independencia. La ciudad la encuentra en franca decadencia
y de su comarca dice que está “desprovista de recursos de toda clase”.
Pasa por Almazarrón, que
dice “es una aldea grande situada en un valle aproximadamente a una legua
del mar, y que goza de un saludable clima, más moderado y sano que Cartagena”.
Comenta que en Mazarrón no había ninguna posada, y fue acogido en casa
de una hija del Director de las industrias de Alumbre. Explica que la piedra de
alumbre se obtiene en la colina de San Cristóbal, de la que se
saca “una tierra roja o almagra” que se emplea para el pulimento
de espejos. También indica que “es una de las zonas más importantes de
cultivo de barrilla”.
CHARLES DEMBOWSKY (1808-1853)
Este viajero polaco, con
pasaporte francés, publicó en Paris, en 1841, sus impresiones de nuestro país,
bajo el título Deux ans en Espagne et en Portugal pendant la guerre
civile, 1838-1840.
Tuvo una breve estancia en Cartagena,
de la que destaca y elogia su puerto y las fortificaciones que lo rodean - también
menciona que sus baterías impidieron a la armada francesa entrar en el puerto-.
Dice que “Cartagena no ofrece nada notable, a no ser su
magnífico arsenal”, aunque a continuación comenta que “está desierto
desde que España ha perdido sus colonias de América”.
CHARLES WILLIAM VANE (1778-1854)
Noble irlandés (era marqués de
Londonderry), viajero incansable, llegó a Cartagena por mar.
Tras regresar de su largo
periplo, publicó A steam voyage to Constantinople, by the Rhine and the
Danube, in 1840 - 41, and to Portugal, Spain etc. in 1839.
Cartagena la encuentra
como una ciudad en decadencia, con escaso comercio y gran pobreza en sus
habitantes. Visita el arsenal y lo encuentra todo derruido; respecto al puerto,
dice que estaba vacío, no obstante, su elevada capacidad.
THÉOPHILE GAUTIER (1811-1872)
Este conocido poeta, periodista y
escritor fue publicando sus impresiones viajeras por España primeramente en la Revue
de Deux-Mondes, y posteriormente las recopiló, en 1843, en un libro que
tituló Voyage en Espagne: tra los montes. De este libro se estuvieron
haciendo reimpresiones hasta bien entrado el siglo XX. Sin embargo, dada la relevancia
del escritor, podría esperarse que su relato fuera más descriptivo y detallado.
Su llegada a Cartagena,
desde Málaga por mar, la adorna con algo de fantasía al relatar cómo unos
pilluelos, ya en la lancha que tomaron para bajar a tierra, les “cantaban
los encantos de una colección de Balbinas, Casildas, Hilarias, Lolas…”.
Textualmente dice “el aspecto
de Cartagena es completamente distinto del de Málaga”. Mientras a
Málaga la encontró “alegre, riente, animada”, los adjetivos que le
sugiere Cartagena son “triste, ceñuda”, con “rocas peladas y
estériles, tan secas como las colinas egipcias”. El Arsenal lo encuentra “en
un estado de abandono que causa pena”, con sus “talleres inactivos”.
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