EL SER HUMANO ACTUAL -PRODUCTOR CONSUMIDOR- (VII), por Eladio Chávarri filósofo [1952-2002] en estudio y comentario de Baldomero López Carrera, filósofo.
Entregas anteriores en nº 66, nº 67, nº 68, nº 69, nº 70 y nº 71
b) El modelo humano en el que uno vive es el que marca a cada ser humano la orientación y el sentido de su vida
Es cierto que hacemos tal o cual cosa con un fin particular y concreto: obtener una satisfacción, un dinero, una amistad, etc. Pero el sentido último de todas las acciones en conjunto y de cada una en particular no es otro que el de alcanzar nuestra propia humanización. Ésta es la meta de nuestra vida, el horizonte de sentido de todo nuestro obrar. Ahora bien, el modo de humanizarse, a cada uno le viene dado en gran medida por el modelo humano en el que está insertado. Así pues, preguntarse por el sentido de una acción es preguntarse por su contribución a la humanización que marca un determinado estilo de vida o modelo humano. Según eso, el sentido que tiene el trabajo, la amistad, la ciencia, el arte, el ocio, la religión, la moral o el estudio dependerá del modelo humano desde el que se contemplen estos seres. Lógicamente no será el mismo para el modelo humano de la sociedad de consumo que para la del ahorro, para los antiguos griegos que para los celtas, para los ateos que para los creyentes. Cada uno tiene un modelo humano diferente, que dará sentido también diferente a todas las experiencias de la vida.
c)
La gran mayoría de las personas acepta complacida la oferta de sentido
que le proporciona su modelo humano
Algunos,
sin embargo, solo la adoptan en parte; otros recorren la vida en
lucha con ella; y los hay también que la rechazan y se quedan marginados.
Ello les causará, sin duda, no pocas tensiones y conflictos en su interior y
también en sus relaciones con los demás.
d)
El modelo humano no es algo cerrado sino un horizonte de sentido que
remite constantemente a otro horizonte de sentido, a otro modelo humano de
mayor calidad
Función de dar
validez/invalidez humanas a las acciones
Sabemos
que “válido”
indica el grado y la forma que ha de tener un valor
para
ser aceptado como tal valor. Pues bien, el punto de referencia
último para establecer la validez e invalidez humanas de las acciones es un
determinado modelo humano. No hay una sola validez humana de la ciencia, por
ejemplo, sino que han existido tantas como modelos humanos. Y lo mismo podemos
decir de la validez o invalidez de la libertad. La ciencia, por ejemplo, ha
tenido que adaptarse a la función de producir bienes económicos y
biopsíquicos en abundancia para que así pueda recibir el veredicto de “válida”.
Y eso mismo se puede decir de los programas de televisión, de la libertad, del
ocio, de los Dioses, de los estudios o de las agrupaciones.
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