El
pasado sábado, día 20 de Mayo, asistimos a la representación de una preciosa y
gran obra clásica de nuestro teatro nacional. Escrita por F. García Lorca y
estrenada, en el año 1930, por la insigne Margarita Xirgú.
La
puesta en escena ha corrido a cargo del grupo de teatro Canalejas, cuyo
director, Miguel Morales, ha llevado a cabo una buena dirección y ha sabido
llevar a los actores a la vida y a las vicisitudes de cada uno de los
personajes: la Zapatera ,
con su viveza, alegría y donaire; el Zapatero, todo sencillez, mesura y bondad;
el alcalde, autoridad y lenguaje descarado; la niña, sencillamente sensacional,
bordó su papel; y el coro de mujeres ha llenado el escenario con sus
maledicencias y, sobre todo, con sus cantes y bailes.
Excelente
adaptación de Miguel, que en ningún momento ha mermado el contenido y el
mensaje del autor: expresión del espíritu femenino y alegoría del alma humana.
La sencilla pero adecuada coreografía representa fielmente el lugar andaluz.
Las
buenas interpretaciones de Gala Jiménez; María Blázquez, ésta bordando su
personaje; Manuel Gómez; Miguel Morales; Socorro Barcelona; Salvadora Sánchez;
Felisa Girado y Carmen Martín nos han deleitado gratamente. La historia de la
obra es el casamiento, por conveniencia, entre una mujer guapa, alegre y joven
con un hombre serio y metido en los cincuenta. Ella es la alegría y las ganas
de vivir, dispuesta a festejar un piropo, pero con la atención debida al
marido, que es todo lo contrario a ella: hombre bueno, sin ambiciones y
queriendo solamente vivir de forma sencilla en familia. Posiblemente la falta
de un hijo es lo que más desune al matrimonio.
Un
día huye el zapatero de la casa. Cree que no ama a su mujer, pero pronto
comprobará que no puede vivir sin ella. A su mujer, la Zapatera , le ocurre lo
mismo pues la ausencia de su zapatero la asume en una nostalgia y un sin vivir,
que solo terminará con la reconciliación. La vuelta al hogar del marido,
extraordinaria aparición del zapatero con su disfraz de titiritero montado en
bicicleta, acabará, después de un bello diálogo entre los dos, con el
ajuntamiento de los enamorados.
El
público, que completó el aforo de la amplia sala de la UP de Mazarrón, premió el
esfuerzo y el buen hacer de estos brillantes aficionados del Grupo de teatro
Canalejas del Club de Pensionistas de Mazarrón con varios aplausos a lo largo
de la representación y una prolongada ovación al final.
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