sábado, 26 de agosto de 2017

ECO 37. FIESTAS DEL CARMEN EN LEIVA

Fiestas del Carmen en LEIVA, por A.F.García

No siempre cuando uno tiene varios compromisos opta por el más cómodo. El que escribe estos renglones tenía cuatro compromisos el viernes, día 14 de julio, y se fue a Leiva, el más lejano.

La información de María es muy fiable. Me resultó muy fácil llegar a la iglesia de Leiva. Me acerco al grupo de asistentes y el protagonista cultural del evento viene a saludarme gratamente sorprendido de mi llegada. Gracias a María.

Había mucha gente conocida de la Universidad Popular y del mundo cultural del Municipio, sin que faltaran algunos concejales, la alcaldesa y Antonio Balanza de la Voz de Mazarrón.




Inició la presentación un joven alcalde pedáneo, agradeciendo la presencia de las autoridades municipales y de todos los presentes. Siguió Juan Francisco, haciendo reconocimiento público de la colaboración de Juan Soler y otras gentes de la localidad en su investigación etnográfica. Siguió Alicia Jiménez, la Alcaldesa, que, por costumbre, hace más directas y explícitas sus manifestaciones de aprecio cuando es un particular el que ha realizado una gran contribución cultural al entorno municipal.



La presentación específica del libro estuvo a cargo de Mª. José Gómez, amiga del autor, poetisa de la que conocemos algún libro, que concentró sus elogios en unos versos muy sentidos. Juan Antonio Soler Clemente, Juan Soler, nació y creció en un paraje cercano a Leiva, a cuya escuela fue de niño, compartiéndolo con sus faenas de casa. Fue a la mili voluntario y año y medio después entró en la Guardia Civil.
Mantuvo desde niño su afición a leer y escribir, lo que consolidó ya jubilado y vuelto a su tierra. Entre los suyos, profeta en su tierra, está desarrollando esa admirable labor creativa y cultural, que ellos, sus paisanos, y sus amigos apreciamos.



Mientras me dirigía al coche, impaciente por llegar al siguiente compromiso, escuchaba el pregón de las fiestas de boca de un joven, que se manifestó ligado al pueblo y la iglesia: en el siglo XIX, 1874 si no me equivoco, unas lluvias torrenciales arrasaron la localidad, sin que hubiera víctimas personales, y destruyó la iglesia. Los vecinos se ofrecieron a reconstruirla entre todos y fue la familia de los antepasados del joven pregonero la que cedió el terreno para la nueva edificación.

Nos da satisfacción la población que mantiene viva su historia.



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