Visita al Tolmo de Minateda, por Paco Acosta
Las comunidades vecinas de la
Región Murciana concentran últimamente buena parte de nuestras excursiones y
visitas culturales. Esta vez la elegida fue Castilla La Mancha. En concreto
estuvimos en el parque arqueológico del Tolmo de Minateda, situado sobre un
cerro amesetado, en las cercanías de Hellín.
Este parque arqueológico es muy
poco conocido, a pesar de encontrarse a escasa distancia de la carretera nacional
A-30, la que une nuestra región con Madrid.
Fue excavado en la década de 1980,
declarado Bien de Interés Cultural en 1992 y desde entonces ha permanecido
cerrado hasta hace unos meses.
Se ha identificado el Tolmo de
Minateda con Madinat Iyyhu (o Eio, en denominación romana) una de
las 7 importantes ciudades-territorio del Sureste español recogidas en el Pacto de Tudmir (junto con Orihuela,
Begastri -actual Cehegín-, Mula, Lorca, Alicante y Elche). Tudmir designó en
árabe el territorio del sudeste ibérico que se hallaba regido y gestionado por
un gobernador cristiano llamado Teodomiro, miembro de la aristocracia visigoda
en el momento de la conquista musulmana. Dicha región aglutinaba diferentes
áreas de las actuales provincias de Murcia, Albacete, Alicante y Almería, con
unos límites que quedaban delimitados por estas 7 ciudades.
Este pacto de capitulación permitió,
en el año 713, la extensión de los musulmanes por el territorio de Teodomiro
sin que se presentase batalla. Los habitantes de la Cora de Tudmir adquirieron
la condición protegidos del islam y podían continuar con sus costumbres y
credos religiosos; se respetaban sus vidas y haciendas a cambio del pago de
impuestos en moneda y en especie (trigo, cebada, vinagre, miel y aceite).
Con anterioridad, el Tolmo de
Minateda había sido un importante asentamiento ibérico convertido en municipio
romano. Por su posición estratégica en el eje de comunicación entre Toledo (sede regia visigoda) y Cartago Spartaria -la actual Cartagena-
(capital bizantina), tuvo relevancia en los s VI -VII, con ocasión de los
conflictos gótico-bizantinos. Llegó a ser sede episcopal, con una importante
basílica y residencia del que administraba los territorios que iban ampliándose
en el avance visigodo hacia la costa sudeste.
Su importancia
histórica queda bien patente en los restos de murallas, baluartes, basílica
episcopal y otras edificaciones, que se pueden observar en este parque
arqueológico.
La
profesionalidad, los conocimientos y el interés en las explicaciones de la
magnífica guía que nos acompañó en todo el recorrido, hizo que disfrutáramos de
una muy interesante visita.
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